Longhorn fue el nombre en clave de un nuevo sistema operativo Windows que acabó llamándose Windows Vista. Sin embargo, el hecho de que a mitad de desarrollo Microsoft decidiera reiniciarlo por completo para empezar desde cero lo ha convertido en todo un mito dentro del mundo de la informática.
Hoy vamos a echar la vista hacia atrás para descubrir la historia del desarrollo de un Windows especialmente ambicioso en cuanto a sus opciones y herramientas. También veremos cómo era aspecto del que ha acabado siendo un eslabón perdido que explica la transición que supuso el pasar de Windows XP a Windows Vista.
Un pequeño proyecto que se hizo grande
La historia de Windows Longhorn empieza tras el lanzamiento de Windows XP. El proyecto en principio sólo iba a ser una actualización menor para Windows XP, una especie de actualización intermedia entre XP y otro proyecto llamado "Blackcomb", que más adelante se retomaría con el nombre "Viena" y acabaría convirtiéndose en Windows 7.
Pero según avanzaba su desarrollo iba recibiendo más y más funciones e innovaciones, y finalmente decidieron que se convirtiese en la próxima versión de Windows. En octubre del 2003 Microsoft anunció el desarrollo Windows "Longhorn" durante una conferencia para desarrolladores, asegurando que llegaría para el año 2006.
El principal objetivo con esta nueva versión era el de mejorar el estado de la seguridad en sus sistemas operativos, ya que las vulnerabilidades fueron las mayores críticas hacia XP y sus predecesores. También incorporaría el ambicioso sistema de archivos WinFS, uno de sus caballos de batalla, así como el subsistema gráfico "Avalon", el modelo de programación WinFX o la nueva arquitectura de comunicaciones "Indigo".
Otro de los aspectos más llamativos de este proyecto era su propia interfaz de usuario. Tenía aún varias formas curvadas en sus ventanas e iconos que recordaban a Windows XP, pero añadían novedades como una barra lateral derecha y una gran cantidad de opciones de las que os hablaremos un poco más adelante.
Bill Gates estaba especialmente orgulloso del sistema de archivos WinFS, ya que con él quería que los usuarios pudieran rastrear todo su ordenador en busca de cualquier archivo en el que hubieran trabajado en relación a temas concretos. Una especie de buscador temático que eliminara la necesidad de ir buscando en cada carpeta.
El desarrollo del nuevo sistema operativo fue avanzando, y fue demostrando tener una gran inestabilidad, con numerosos bugs y errores. Tal y como el desarrollador Wes Miller contaba en Quora hace unos años, Longhorn tenía toneladas de herramientas, pero no tenía una propuesta cohesiva que los consumidores o empresas fueran a entender. Había demasiadas herramientas sin relación entre ellas.
Para 2004 ya era evidente que algo iba mal, se perdió el norte de lo que se necesitaba para la versión final.
Para 2004 ya era evidente que algo iba mal. El sistema operativo seguía teniendo serios problemas de estabilidad y numerosos bugs que no terminaban de solucionarse. Esto provocó problemas y divisiones internas en la propia Microsoft, y todo acabó llevando a que en agosto del 2004 decidiesen reiniciar su desarrollo.
El proyecto seguiría siendo el mismo, sólo que pasarían a trabajar sobre el código de Windows Server 2003 Service Pack 1 en vez de sobre el de Windows XP. Con esta decisión Longhorn cambió de rumbo, y esta nueva dirección le llevó a convertirse en el Windows Vista que tan malos resultados le dio a Microsoft.
Aquel reinicio ha hecho que muchos hablen del "primer" Longhorn como un sistema operativo a parte que fue discontinuado, pero el proyecto fue siempre el mismo aunque a mitad de camino decidiesen cambiar muchas cosas. Algunas de las tecnologías revolucionarias como WinFS no llegaron a la versión final, pero muchas otras sí que consiguieron evolucionar hasta convertirse en funciones oficiales de Vista.
¿Por qué se decidió reiniciar su desarrollo?
Microsoft estaba dividiendo el trabajo de su sistema operativo en varios grupos, cada uno desarrollando por separado herramientas como WinFS, Avalon (que acabó llamándose Windows Presentation Foundation), y el Windows Communication Foundations (WCF). Con estos componentes se permitirían nuevas clases de aplicaciones más potentes que podrían ser desarrolladas rápida y eficientemente.
Pero había un problema serio. Tal y como explicaba el Wall Street Journal en 2005, los programadores estaban creando cada uno sus piezas de código, pero que no fueron capaces de hacerlo funcionar todo junto. El resultado, definido por los usuarios que probaron las betas, fue un sistema horriblemente inestable, lleno de bugs y con serios problemas de rendimiento. Ante este panorama los responsables del proyecto comunicaron a la directiva de Microsoft que la cosa no iba a funcionar.
El que peor se lo tomó fue el propio Bill Gates, que estaba estaba especialmente orgulloso de la innovación que suponía su WinFS. Pidió que se invirtiese más tiempo en seguir intentándolo, pero la competencia empezaba a apretar. Apple y Linux avanzaban con paso preocupante, y las alarmas saltaron cuando en 2004 Google empezó a trabajar en una herramienta de búsqueda para escritorio que ofrecía algunas de las funciones de un WinFS que seguía sin funcionar.
Aquí hay que entender que por aquel entonces Microsoft era prácticamente un monopolio en los sistemas operativos y software de ofimática. Su negocio se basaba en lanzar un nuevo sistema libre de bugs cada pocos años, con actualizaciones frecuentes entre cada una de estas versiones para ir añadiendo mejoras o igualando la de los competidores.
Los retrasos de Longhorn no suponían un peligro a corto plazo, pero este estancamiento hacía peligrar el largo plazo si seguían sin reaccionar mientras la competencia no sólo avanzaba e iba presentando novedades, sino que mostraba una dinámica de trabajo más flexible basada en versiones beta cada poco tiempo.
Longhorn pasó a ser un sistema modular en el que cada componente pudiera añadirse o quitarse sin afectar al resto del sistema.
Microsoft tuvo que tomar la decisión de adoptar un nuevo método de trabajo. Longhorn dejaría de ser un único módulo y pasaría a ser un sistema modular en el que cada componente pudiera añadirse o quitarse sin afectar al resto del sistema. La manera más rápida de conseguir esto era empezar de cero creando un sistema operativo más simple, puesto que reescribir todo el código sólo les haría perder aún más tiempo.
Esto creó varios problemas internos, con un Bill Gates frustrado que no quería deshacerse de la versión original de Longhorn según fuentes del WSJ, pero que no sólo tuvo que claudicar, sino ver cómo la joya de la corona de este sistema operativo, WinFS, quedaba finalmente fuera de la versión final. El procedimiento de prueba de nuevas funciones también se automatizó: si una tenía demasiados bugs quedaba fuera automáticamente.
El principal miedo de Gates era que se pasase demasiado tiempo cumpliendo los estándares del nuevo método de trabajo y sin centrarse en idear innovaciones para los usuarios. De hecho, según el WSJ, fruto de la frustración llegó a increpar y a culpar a propios los desarrolladores de los retrasos en una reunión. Pero no pudo hacer nada, el nuevo método acabó imponiéndose con muy buenos resultados en forma de betas con menos bugs de los esperados.
Pero pese a que las cosas estaban empezando a funcionar Gates seguía sin estar nada contento. No sólo seguía sin gustarle esta manera de trabajar, sino que estaba frustrado porque toda la directiva se limitase a expresar lo contentos que estaban cómo iba la cosa y no hablasen de si los trabajadores se estaban adaptando bien.
Tomándose en serio esta preocupación, Microsoft empezó a tirar de sus mejores y más veteranos desarrolladores para convencer a sus compañeros de las bondades del nuevo método de trabajo. Eso no quitó que hubiera disputas y riñas con los que se quejaban, pero poco a poco todos acabaron adaptándose.
Finalmente, y no sin retrasos extra, en julio del 2005 el proyecto Longhorn pasó a llamarse Windows Vista, que llegó al mercado a finales de enero del 2007.
Por cierto, esta metodología a la hora de desarrollar software acabó cambiando por completo el enfoque de Microsoft respecto a sus sistemas operativos. Ahora estamos acostumbrados a este tipo de builds y al concepto de Microsoft Insider, pero los cimientos de esta manera de trabajar codo con codo con la comunidad se pusieron durante las turbulencias de Longhorn.
Así lucía la versión deshechada Windows Longhorn
El principal atractivo de las primeras builds del proyecto Longhorn estaba en su aspecto. Las esquinas redondeadas en las ventanas y los botones de menú hacían que el aspecto de este sistema operativo recordase al Windows XP al que iba a suceder. También destacaba, como vemos en el vídeo de arriba, por tener una enorme cantidad de ajustes para adaptar Windows a nuestro gusto, y sobre todo por introducir el concepto de la barra lateral derecha.
A esta barra lateral se le podían añadir diferentes herramientas, y como hemos mencionado antes acabó llegando a la versión final de Windows Vista como uno de sus grandes añadidos. Pero ni ella ni todo el sistema de gadgets que se le podían añadir acabaron cuajando, y una prueba de esto es que fueron discontinuados en versiones posteriores del sistema operativo.
El menú de inicio y la barra de tareas también modificaban notablemente su diseño en comparación con Windows XP. Los desarrolladores incluso probaron con modificar Internet Explorer. El sistema lo reconocía aún como la versión 6.0 que venía en XP, pero la interfaz era totalmente diferente.
Otra de las principales señas de identidad de este Windows Longhorn era su explorador de archivos. Por una parte tenía varias interfaces dependiendo de la carpeta en al que estuvieras, gracias en parte a WinFS. Por ejemplo, en la de fotografías las opciones y herramientas estaban en la barra superior, dejando libre la columna izquierda para añadir un sistema de búsquedas avanzadas con filtros.
El explorador de archivos también añadía nuevas herramientas como un visor de contactos y un reproductor multimedia. En la parte inferior izquierda de este explorador supervitaminado también había una pequeña barra desplegable con la que cambiar rápidamente el tamaño de los iconos.
En cuanto a las tecnologías que incluía debajo del capó, como hemos dicho un par de veces la más destacada era el WinFS del que ya hemos hablado. Se trataba de un sistema de archivos que suponía un importante paso adelante con respecto a NTFS al incorporar funciones de búsqueda típicas de una base de datos.
Este nuevo sistema de archivos aspiraba a superar la relación jerárquica entre carpeta y archivo. La idea era la de añadir metainformación a los archivos con información semántica asociada al contenido. De esta manera se podrían habilitar instrumentos de búsqueda de manera muy similar a como se busca en la red, encontrando la información relacionada a lo que buscamos independientemente de en qué carpeta se encuentre.
Más allá de los aspectos técnicos, querían que el resultado final fuera que si tú buscabas "fotos de mis vacaciones del 99” el sistema respondiese mostrándote ficheros cuya temática corresponda con este tema. Esto se haría independientemente de dónde estén los ficheros, el nombre de su directorio o el propio nombre del archivo.
De cara a los desarrolladores suponía un paso más en la migración al entorno de código basado en .NET llamado WinFX, y suponía la emancipación limpia y final de todas las API de Win32 del pasado. Era una de las grandes apuestas del sistema operativo, posiblemente la que más especial hacía el proyecto. Sin embargo nunca terminó de funcionar del todo bien, y acabó descartándose para seguir utilizando el NTFS en Windows Vista.
Había otras tecnologías que sí llegaron a la versión final como el Windows Presentation Foundation (or WPF) o "Avalon", un subsistema gráfico para el renderizado de interfaces de usuario en las aplicaciones. Con él Gates quería que hubiera diferentes niveles de funcionalidades para que cada aplicación pudiese utilizar uno. También era una apuesta por un modelo de gráficos de PC basado en tarjetas gráficas potentes y exigentes de recursos.
Y también estaban el Windows Communication Foundations (WCF) para crear la infraestructura de red o el Windows Graphics Foundation (WGF). Este último era una nueva arquitectura gráfica con la que el escritorio podría utilizar la potencia de procesamiento de gráficos 3D de una GPU en lugar del blitter 2D tradicional.
El proyecto que no fue del todo
El mito de Longhorn nace en parte por el mero hecho de que su desarrollo fuera reiniciado, lo que unido a la mala aceptación de Vista ha hecho que muchos usuarios piensen si la cosa no hubiera ido mejor con el planteamiento inicial. Pero vista la cantidad de errores, bugs e inestabilidad general que acabaron con el proyecto parece difícil que fuera así.
Sin embargo, en el tintero quedaron ideas como una interfaz más parecida a Windows XP que la cristalina que vimos con Aero, y sobre todo un innovador sistema de archivos WinFS que podía haber puesto a Vista en la vanguardia de la innovación gracias a los buscadores internos que se estaban preparando en torno a él.
El desarrollo inicial de Longhorn seguirá siendo recordado por tener una de las UI más atractivas que ha tenido nunca Windows. También será un recordatorio de lo importante que es organizarse bien y de que la búsqueda de innovaciones no debe pelearse por tratar de conseguir una buena estabilidad. Microsoft perdió en el desarrollo de Vista un tiempo que le hubiera venido bien para afrontar la llegada de los smartphones, lo dijo el propio Ballmer, un error que todavía hoy están pagando.
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