Por entonces la mayoría de nosotros todavía pensábamos en 16 bits, pero en julio 1993 Microsoft fue ambiciosa y presentó Windows NT, la primera versión pura de 32 bits de su larga saga de sistemas operativos.
Aquel desarrollo que estos días cumple 25 años apostó por varios conceptos rompedores para lo que eran los Windows tradicionales basados en MS-DOS. Entre otras cosas ofrecía soporte multiproceso y multiusuario, pero también quiso ser un sistema operativo agnóstico del procesador, pudiendo correr en IA-32, MIPS, DEC, Alpha, Power PC e Itanium, además de las plataformas x86 y ARM.
Agnóstico en hardware y software
Usar aquellas siglas como apellido del sistema operativo (NT era considerado inicialmente el acrónimo de "New Technology", "Nueva Tecnología") ya eran una declaración de intenciones de un sistema operativo pensado originalmente para estaciones de trabajo y servidores.
Originalmente se concibió como el sucesor del también mítico OS/2 de IBM, pero cuando la relación entre esta empresa y Microsoft se rompió, fue la compañía de Redmond la que acabó llevándose el gato al agua.
Los requisitos hardware de Windows NT 3.1, la primera versión de aquel sistema operativo, eran muy altos para la época: uno necesitaba un potente 386 a 25 MHz, al menos 16 MB de RAM y 90 MB de disco duro, una configuración a la que no muchos podían acceder.
Era el Windows de los usuarios avanzados y empresariales que se beneficiaban de aquellas redes locales que empezaron a mostrar sus virtudes gracias a este desarrollo. Al menos lo fue durante los primeros tiempos, porque poco a poco muchas de sus características acabarían haciendo que fuera esta —y no la familia de versiones Windows 9x— la base de sistemas operativos posteriores como Windows 2000 o Windows XP.
En las distintas versiones de Windows NT debutaron características como el directorio activo, el sistema de ficheros NTFS, BitLocker, Windows Update o Hyper-V. La emulación parcial de aplicaciones MS-DOS gracias a la llamada NTVDM (NT Virtual DOS Machine, también conocida como WOW o Windows On Windows") permitió que antiguas aplicaciones corrieran sin demasiados problemas en este SO de nueva generación.
Windows 10 tiene mucho de Windows NT
Sin embargo fue esa independencia del hardware y el software su característica más llamativa. La idea era poder tener una base de código común a la que luego se le añadiera una capa de abstracción hardware (HAL) para cada plataforma. El sistema operativo que apareció para diversas plataformas (IA-32, MIPS, DEC Alpha, Power PC, Itanium, x86-64 y ARM) fue poco a poco abandonando la mayoría de ellas, no obstante.
Otra de sus grandes novedades fue la introducción de una multitarea preemptiva que permitía por fin llevar ese tipo de gestión de procesos a los sistemas operativos Windows. A diferencia de una multitarea cooperativa, mucho menos eficiente si uno ejecutaba varias tareas al mismo tiempo, este sistema operativo planteaba por fin la posibilidad de trabajar con entornos multitarea de forma mucho más potente.
Aquel sistema operativo acabaría siendo mucho más importante para usuarios finales de lo que estos seguramente imaginaron cuando apareció en el mercado. De hecho el apelativo Windows NT desapareció como tal, pero todas las versiones modernas de Windows (incluida Windows 10, que acaba de cumplir 3 años de su lanzamiento) son herederas de aquel esfuerzo que se comenzó su andadura hace 25 años. Ahí es nada.
Vía | The Register
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