Cada año Philips celebra un evento, Simplicity, en el que, además de nuevos productos como los Flavors o el Wake-Up Light, también nos muestran algunos conceptos de futuro.
Aunque estos no tienen porque convertirse en productos reales, nos muestran algunas de las tendencias que podremos ver entre los próximos tres y cinco años según el fabricante holandés. Este año se ha centrado mucho en los aspectos medioambientales y en como la tecnología puede mejorar para reducir nuestro impacto en el mundo.
Nos lo mostraron con tres conceptos distintos. El primero es el de una cocina ecológica, que se centra sobre una mesa central dinámica que realiza diversas funciones. No hay sobre ella una zona definida sobre la que cocinar, sino que cualquier punto puede hacer esa función, al colocar sobre ella el recipiente adecuado.
No solo podemos calentar o cocinar, sino también enfriar productos, como por ejemplo una botella de vino, mediante el correspondiente refrigerador portátil. Todas estas funciones (por ejemplo, la temperatura que queremos obtener) se controlan directamente sobre la mesa, mediante su superficie táctil.
El grifo inteligente es otro de los apartados de esta cocina, en el cual indicamos la temperatura del agua en la superficie de la mesa mediante un deslizador y el grifo la ofrece. Pero para no malgastar agua, esta no sale hasta que está a la temperatura adecuada. Además, junto a la pica podemos ver en cada momento lo que estamos consumiendo, así como el consumo acumulado, lo que nos permite concienciarnos sobre el gasto de agua.
El reciclaje es otro de los puntos básicos de esta cocina, con un recipiente que se guarda bajo la mesa y en el que podemos realizar compostaje de los restos orgánicos que producimos, aprovechando estos para plantaciones de productos, por ejemplo, especias o pequeñas plantas.
El siguiente concepto sale a la calle. Es el Light Blossom, una evolución de las farolas actuales, con el que se quiere no solo reducir el consumo eléctrico, sino también la contaminación lumínica que se encuentra en la mayoría de ciudades.
Esta farola, con una forma similar a la de una palmera, puede plegarse. En sus "hojas" se encuentran situados paneles solares que captan la luz del sol y la almacenan. En caso de que haya poca luz, también aprovecha el viento, funcionando con energía eólica.
Por la noche no se encuentra encendida en todo momento. Mediante el uso de LEDs se puede regular el brillo producido por la luz y, a través de sensores, detecta la presencia de personas en la cercanía y activa la luz conforme es necesario.
Finalmente, Circle of Life se introduce en las tiendas y nos presenta un concepto de como podrían ser las compras en un futuro. La idea de esto es ofrecer productos personalizados para el cliente y que puedan ser creados en el mismo instante de la compra.
Mediante una superficie táctil en la pared podemos escoger el producto que queremos y sus funcionalidades, esto último con el objetivo de que no compremos más de lo que en realidad necesitamos. Este producto, además, puede ser customizado con distintos colores, acabados o, incluso, grabado.
Para hacer más sencilla la elección se pueden utilizar fotos de allí donde vayamos a instalarlo (imaginemos, por ejemplo, una foto del salón para ver como quedaría un nuevo televisor), de forma que podemos ver cual sería su tamaño adecuado, el color que más favorece,...
Todo esto se complementaría con un proceso de reciclado de los viejos productos que lleváramos a la tienda, los cuales nos ofrecerían una especie de "puntos", que podríamos utilizar en la compra de un nuevo producto o bien donar a distintas ONGs.
Interesantes ejemplos de como podría ser el futuro, muchas de las cuales ya podrían ser aplicadas con las tecnologías actuales, y que seguro que acabamos viendo, aunque sea con alguna variación, en los próximos años.