Hay personas que tienen una capacidad extraordinaria para reconocer caras. Son personas capaces de recordar con una claridad pasmosa el rostro del señor que les vendió un calippo en el verano de 1992, reconocer a un extra de una serie de televisión porque protagonizó un anuncio de tapones de cartones de leche y que, ante un test de reconocimiento facial, son capaces de reconocer el 95% de las caras frente al 20% de media que recordamos el resto de mortales.
Los "superreconocedores" (como se les suele denominar) están llamando la atención de los cuerpos de policía y las agencias de seguridad nacional. Al fin y al cabo, en un mundo en el que los hackeos están a la orden del día, es posible que después de todo la clave esté en el factor humano.
Superhumanos vs superordenadores
En Dune, la sociedad vivía con el temor de que las máquinas y las inteligencias artificiales volvieran a esclavizar a la humanidad. Por eso, había una serie de humanos que habían sido entrenados para pensar como computadoras, los mentat. La idea de Frank Herbert consistía en la posibilidad de entrar en un trance donde las emociones que "distorsionaban" el pensamiento se desactivaban y los mentat podían centrar toda la actividad cerebral en resolver funciones lógicas, matemáticas y estadísticas.
Cada vez está más claro que hay individuos que son muy muy buenos sólo en una tarea
Efectivamente, es ciencia ficción. Pero cada vez parece más claro que hay individuos que son muy muy buenos en sólo una tarea cognitiva (o en muy pocas). Una de las cosas más interesantes hoy por hoy son, precisamente, los llamados superreconocedores de caras. Una habilidad que no está especialmente relacionada con un alto CI o con otros tipos de memoria, pero que puede revolucionar lo que sabemos sobre seguridad.
Pese al escepticismo inicial de los científicos, parece demostrado que estos superreconocedores tienen la capacidad de recordar caras que han visto muy pocas veces incluso cuando han pasado muchos años. En Scientific American, nos hablaban de un estudio de laboratorio que en un superreconocedor reconocía inmediatamente la cara actual de una niña a la que había dado clase. Aunque no la había visto en más de diez años y la niña, ahora, era una adulta.
La percepción facial sigue siendo una de esas tareas en las que los humanos seguimos siendo imbatibles
Hace unos años, el reconocimiento facial automático solo acertaba el 45% de los casos. Ha mejorado, pero, aun así: en el día a día, los superreconocedores baten a los ordenadores sin demasiados problemas. Y es que es una de las tareas en las que los humanos somos especialmente buenos.
Durante muchos años, los científicos han coincidido en que las caras son especiales. Muchos neurocientíficos coinciden en que tenemos partes específicas del cerebro dedicadas al reconocimiento e interpretación de caras. Y el hecho de que existan trastornos como la prosopagnosia (la incapacidad para reconocer rostros) parece confirmarlo. Por lo demás, es un fenómeno poco estudiado y del que aún no sabemos casi nada.
Una policía inolvidable
En los últimos años, los superreconocedores se han hecho muy populares dentro de la policía y las agencias de seguridad nacional. Sin ir más lejos, la Policía Metropolitana de Londres (que también ha probado los sistemas automáticos) ha creado una unidad formada por superreconocedores que con sus 140 efectivos rastrean todo Londres.
En estos años, algunos de sus inspectores han sido capaces de identificar a más de 800 sospechosos solo con verlos en fotos o circuitos cerrados de televisión, fueron fundamentales para identificar a cientos de participantes en los disturbios de 2011 y se espera que supongan un plus en la prevención de ataques terroristas. Precisamente esto último es lo que está empujando la popularidad de estos planteamientos.
La unidad fue creada tras estudiar la trayectoria de los agentes del cuerpo, pero ya están trabajando en tests que faciliten la identificación en el proceso de reclutamiento. Mucha gente es superreconocedor sin ser consciente del todo. De hecho, la Universidad de Greenwich tiene una prueba online que permite evaluar nuestra habilidad en el reconocimiento de caras. Es una buena forma de contribuir a la ciencia y, quién sabe, igual ganarse un puesto en la policía del futuro.
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