El mundo de la productividad, de la comunicación efectiva y del desarrollo personal está lleno de reglas, métodos y 'hacks' para conseguir nuestros objetivos. Pero no hay muchos que estén avalados por investigaciones de universidades de primer nivel. Ese parece ser el caso de la regla del 7-38-55.
Una técnica que pone en el centro de la comunicación efectiva la importancia de la congruencia entre nuestras palabras, el tono de nuestra voz y el lenguaje verbal (incluida la facial). La música suena bien; la letra no tanto.
La regla. La regla del 7-38-55 nos dice que "solo el 7% del potencial de la comunicación recae en las palabras". Frente a eso, el lenguaje corporal se llevaría un 55% y el 38% recaería en el lenguaje paraverbal (el tono de la voz). Así, las conversaciones telefónicos solo podrían alcanzar el 45% del potencial comunicativo pleno y un texto escrito podría, como mucho, llegar al 7%.
Es un concepto altamente utilizado para "resaltar la importancia de la comunicación no verbal y cómo esta puede influir significativamente en la percepción y comprensión del mensaje".
No es oro todo lo que reluce. En 1967, Albert Mehrabian publicó un par de artículos en los que estudiaba el papel del mensaje, el tono de voz y la expresión facial en las conversaciones sobre emociones o actitudes. De ahí (y de un libro posterior) surge la regla. Sin embargo, su validez en la vida real es muy dudosa.
En primer lugar, porque los experimentos se referían a interacciones en las que no se conocen los interlocutores; se centraban en conversaciones sobre emociones o actitudes y, por si fuera poco, solo trataban de cuantificar lo que ocurría cuando había una incoherencia entre ellos. Es decir, lo que hizo Mehrabian fue tratar de medir la confianza de un mensaje en condiciones de laboratorio.
Basta revisar los artículos para darse cuenta de que son tentativas muy iniciales y que, de hecho, no sirven para "alumbrar" una supuesta regla de oro de la comunicación humana. Es coger el rábano por las hojas.
¿Entonces por digo que puede ser de utilidad? Porque el éxito de estas reglas, como la de los 10.000 pasos, es que encapsula una idea que en términos generales es correcta dentro de un mensaje muy bien construido a nivel de marketing.
Como decía el filósofo Gustavo Bueno, hay mitos luminosos y mitos oscurantistas. Los primeros, "aún no siendo verdaderos, nos orientan correctamente a la hora de explicar un hecho". Los segundos "nos confunden y nos conducen a falsas creencias". La duda no es si la regla del 7-38-55 es un mito (claro que lo es). La duda es si ese mito nos orienta correctamente a la hora de comunicarnos mejor.
Y, en efecto, a la hora de iluminar el papel que tiene la comunicación no-verbal y paraverbal en nuestra vida, la regla es muy útil. A la hora de cuantificar ese papel, en cambio, la regla es un absoluto fracaso.
Imagen | Antenna
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