Hace poco más de un año, la Comisión de Peticiones del Parlamento Europeo pidió revisar el sistema de voto de los españoles que residen en otros países. Es decir, el voto rogado, la modalidad de sufragio en la que los electores deben rogar su derecho a ejercer el voto a la autoridad electoral. Según un informe de la Junta Electoral Central enviado al Congreso y al Gobierno días después de la petición de la Cámara Europea, la alternativa es estudiar la implantación del voto telemático, una de las variante del voto electrónico.
Sin embargo, pese a esta recomendación, otra hecha por el mismo organismo hace siete años y la tramitación parlamentaria de una ley de voto electrónico en Cataluña, destinada precisamente a los electores en el exterior, los intentos de implantar estos sistemas de votación no han prosperado en España. La cuestionada fiabilidad del voto electrónico y su costosa implantación han lastrado cualquier iniciativa.
De hecho, el Gobierno de España en boca del secretario de Estado de Seguridad, José Antonio Nieto Ballesteros, descartaba implementarlo pese a la reciente sugerencia de la Junta Electoral Central y la que hizo este mismo organismo hace siete años. "Hoy en día el voto electrónico está más lejos que hace diez años", aseguraba en el mes de junio, ante la creciente amenaza de la ciberdelincuencia. Los sistemas tradicionales de voto en papel, en su opinión, ofrecen "más garantías".
¿El rechazo de estas modalidades de sufragio es una cuestión de ludismo? ¿Por qué provocan tantas dudas? ¿Qué razones existen para que el voto electrónico no sea todavía una alternativa a considerar? Algunos expertos y profesionales familiarizados con esta clase de tecnologías y procesos electorales, con dudas sobre los métodos electrónicos, nos acercan a las respuestas. Son una pequeña muestra de las numerosas voces discordantes.
Por qué el voto electrónico no es una alternativa viable para algunos expertos

Allá por los años sesenta empezaron a emplearse los primeros sistema de votación electrónica para electorados en Estados Unidos, haciendo uso de tarjetas perforadas. Más de medio siglo después, en varias partes del país continúan empleándose máquinas de votación electrónica que recurrentemente se han llevado críticas. Como en 2012 o 2016 por posibles "pucherazos electrónicos".
Al país de las barras y las estrellas lo siguen en la utilización de estos sistemas, de forma parcial o total, naciones como India, Brasil, Venezuela, México, Perú, Argentina, Canadá o Francia. Y en la mayoría las quejas sobre el sistema son habituales, como frecuentes son incluso en escrutinios tan limpios y transparentes como el del sistema electoral español.

Si las acusaciones de adulteración de los resultados siempre van a existir, sean fundadas o no, ¿cuál es el problema? Como nos explica Josu Mezo, doctor en Ciencias Políticas y gran crítico con estos sistemas desde que empezaron a plantearse en España, "el problema es que no se podría explicar, no se podría probar o demostrar a un lego que no ha habido una manipulación o que todo ha ido bien". ¿Por qué? Porque "el voto electrónico en una urna electrónica y sin rastro de papel es equivalente a que en la actualidad, con el voto tradicional, unos señores de una empresa nos sacasen de los colegios de votación para encargarse ellos del recuento".
El también profesor de Sociología de la Universidad de Castilla-La Mancha, considera que mediante la votación electrónica "se está delegando en una empresa, en un código, en un software, que es incomprensible para los legos, un proceso importantísimo. Eso, naturalmente, crea desconfianza". "Si en España ya hay gente que desconfía del sistema actual, que es limpísimo y transparentísimo, imaginemos qué podría pasar si tuviésemos voto electrónico y el jueves, por ejemplo, saliesen resultados 'raros'. Tendríamos a medio país pensando que ha habido tongo, aunque no lo hubiese habido, sin posibilidad de desmentirlo fácilmente", apostilla.

Barbara Simons, científica computacional pionera en IBM Research, en una época en la que pocas mujeres formaban parte de esta organización, formó parte del comité de políticas públicas de la Association for Computing Machinery de Estados Unidos y dedica parte de su retiro profesional a alertar sobre los sistemas electrónicos que habían ganado el favor en los Estados Unidos después de las elecciones presidenciales de 2000. Según su parecer, "eran de mala calidad y eminentemente pirateables".
"No es que no me guste la informática o no me gusten los ordenadores. Quiero decir, soy una científica informática. Muchos de los principales oponentes de las máquinas de votación sin papel eran, y siguen siendo, informáticos, porque entendemos la vulnerabilidad del equipo de votación de una manera que la mayoría de los funcionarios electorales no tienen. El problema con la ciberseguridad es que tienes que protegerte contra todo, pero tu oponente solo tiene que encontrar una vulnerabilidad", afirma rotunda en una publicación de The Atlantic.
A pesar de no ser tomada en serio durante años, de haber escrito ríos de tinta sobre todo lo que podría salir mal, no fue hasta una simulación de ataque a máquinas de votación en la conferencia anual DEF CON, en Las Vegas, que comenzaron a tomarla en serio. Poco antes, las supuestas injerencias rusas también habían sembrado serias dudas. En septiembre, gracias a sus esfuerzos y a los de la organización Verified Voting, el estado de Virginia abandonó la práctica. Le preguntaron qué sentía tras ser escuchada: "Es horrible. Preferiría haberme equivocado".

Ángel Valencia, catedrático de Ciencia Política y de la Administración de la Universidad de Málaga, tampoco se muestra entusiasta del sistema y, a priori, desconfía. "Viendo que ahora tenemos más amenazas que nunca, tengo dudas sobre el voto electrónico", nos cuenta. "Es una práctica que ha tenido cierta implantación en unos pocos países y la Junta Electoral Central lo recomendó en España hace unos años, pero existen reticencias como consecuencia de la seguridad".
"El principal problema es la posibilidad de que exista un ataque informático, de tal manera que eventualmente puedan manipularse los resultados. Esto, en el sistema electoral español actual, resulta muy complicado", continúa. "Porque los controles de recuento son tan públicos que son imposibles de alterar, es imposible que haya un pucharazo, no existe posibilidad de manipulación. El peligro de estos nuevos sistemas que podrían simplificar el proceso es ese". Sin estar estrictamente en contra, creyendo que la democracia electrónica es una via interesante que debe explorarse, prefiere el papel en el momento actual.

Ricardo Galli, profesor asociado de Ciencias Matemáticas e Informática en la Universidad de las Islas Baleares y cofundador de Menéame, a cuenta de una votación llevada a cabo en 2014 en Podemos mediante mecanismos electrónicos, opinió en su blog con numerosos ejemplos sobre el voto electrónico. No se mostraba radicalmente en contra, pero tenía reservas sobre su fiabilidad respecto al sistema tradicional: "No estoy queriendo decir que es imposible el voto electrónico, ni que no se pueda hacer (se usa en muchos países), simplemente que es complicado".
Haciéndolo sencillo, comentaba, "cambiamos papeletas, personas y escrutinios completamente públicos por operaciones que se hacen en un ordenador, por un código que no podemos observar como hacemos en una votación tradicional y que al ser todo un sistema tan complejo (mucho más que mesas con urnas y papeletas) tiene muchos frentes de ataques".
"Como en seguridad informática", continuaba, "un sistema de voto electrónico es igual de seguro al eslabón más débil de toda la cadena". "¿Cuántos problemas técnicos solucionaba el DNI-e? Pero nadie los usa, ni los sabe usar", concluía. Y como supimos hace poco, la identificación electrónica ha sufrido problemas importantes en España.
El pro del posible aumento de participación y la aceptación en casos concretos

Una de las razones aludidas por los favorables a la implantación del voto electrónico es el aumento de participación que podrían suponer. Hablan tanto del voto en el territorio de la elección como el voto del exterior de los ciudadanos desplazados. Aunque en el primer caso las cifras podrían variar, en el segundo muchos son los que afirman con rotundidad que la votación electrónica, en modalidad presencial y sobre todo telemática, podría incrementar el ejercicio del sufragio. Preguntamos a nuestros expertos.
"Yo creo que la participación no la determina precisamente el medio para votar, sino el tipo de elección y lo que se juega la sociedad políticamente en casa proceso. En este caso, según mi parecer, la tecnología no sería algo decisivo a la hora de incentivar la participación", asegura el catedrático Valencia. "En el contexto de las elecciones autonómicas catalanas por ejemplo, con tanto interés suscitado, quizás la votación electrónica pudiese aumentar un poco la participación, pero el hecho de que el voto electrónico sea determinante en un aumento importante de la participación no lo creo".
"Con el voto telemático, mucha gente también argumenta que aumentaría la participación", corrobora por su parte el doctor Mezo. "Y es posible que haya gente perezosa o jóvenes que decidiesen votar de esta manera cuando normalmente no votan, puede ser, ¿pero ganaría mucha calidad nuestra democracia si personas así, que no se quieren molestar en ir al colegio electoral, ahora votasen? Pues es dudoso". "De todos modos", prosigue, "aunque se asegurase que se aumentaría la participación un 10 %, por ejemplo, los posibles riesgos y pérdidas del voto electrónico para mí son más importantes".
Y en el caso concreto y controvertido del voto rogado, ¿en alguna de sus modalidades podría ser una alternativa íntimamente viable?
Ángel Valencia cree que se necesitan más datos. "Habría que estudiar a fondo ese asunto para saber si la baja participación de los residentes en el exterior es causa de la dificultad del método o simplemente de un menor interés en la política al encontrarse en el extranjero", explica. "Una vez analizado, igual podría considerarse como alternativa, incluyendo el voto por Internet, pero no sin un estudio en profundidad con cifras concretas. Aunque igualmente cabría la posibilidad de problemas de seguridad".
Al respecto del asunto, el también editor de Malaprensa, Josu Mezo, tiene algunas ideas. "Si tuviésemos una especie de circunscripción separada para el voto exterior como tiene algún país, para que todos los votantes que viven en el extranjero eligiesen un reducido número de candidatos, los que les correspondiesen por población, podríamos considerar el voto por Internet para esos votantes porque en el peor de los casos solamente a esos pocos diputados que están en juego", nos explica.
Pero cree que puede haber soluciones más sencillas: "Por ejemplo, un sistema en el que se les diese una clave de acceso en oficinas consulares o similares con la que poder acceder a una web certificando su identidad y pudiendo imprimir una papeleta, con un formato distinto incluso, que enviar por correo como ahora. Se eliminaría el complejo sistema que existe en la actualidad con el envío de la documentación electoral". "Y aunque se asegurase su seguridad [en el caso del voto telemático], surge el problema del secreto del voto. Si votas a distancia nadie puede saber si tu voto a sido completamente tuyo o has sido coaccionado. Si tenías a un padre presionando a un hijo o un empleador presionando a un empleado. Eliminando el voto físico presencial estás eliminando una garantía muy importante: la libertad de voto".
La conclusión sobre las posiciones en contra de estos sistemas la da Mezo: "El principal problema es que no es seguro, y aunque fuera 100 % seguro, para el 99,99 % de la población esta seguridad se basaría en un voto de confianza completamente ciego. Aunque el mejor grupo de ingenieros del mundo asegurasen su fiabilidad, no dejaríamos de estar confiando en ellos, creyendo además que no se les haya pasado nada y que no haya alguien más listo que ellos. ¿Y todo para qué? Porque el voto electrónico tendría un coste enorme y no sabríamos muy bien qué ganamos".
En la modalidad presencial se podría obtener un recuento más rápido, pero dice el profesor de Sociología que "sería innecesario porque en España ya es suficientemente rápido". En la modalidad a distancia, en cambio y según su opinión, lo que haríamos es cambiar un problema por otro que se sumaría a los existentes, "por la complejidad técnica que entraña hacerlo a través de Internet". "De nuevo", cierra, "a cambio de nada". El debate sobre el peso de la seguridad frente a determinadas ventajas continúa vivo.
Imágenes | Málaga Ahora, Municipalidad de Miraflores, Joe Hall, José Carlos Cortizo Pérez y AraInfo | Diario Libre d'Aragón
En Xataka | Voto electrónico: éstas son las claves de su fracaso frente a la papeleta de toda la vida
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alberto_bengoa
El sistema de votaciones y escrutinio español es de los mas rápidos y eficientes del mundo.
El voto electrónico no aporta ningún valor al sistema que tenemos y sin embargo abre muchas puertas al fraude.
Voto electrónico, no gracias.
acerswap
El voto electronico es algo que no deberia ni plantearse, por no acercarse a los principios electorales de la democracia como la conocemos. Es manipulable en el escrutinio, permite que existan coacciones o compraventa y no es secreto.
Y decir que permitiendo determinado tipo de voto degradaria la calidad de la democracia es un enorme insulto a todos los democratas. La democracia está basada en que todos puedan participar, si asi lo desean, en el gobierno de su pais. Decir que "si eres un vago que no quiere acercarse a votar no tienes derecho a decidir" es algo que, como minimo, debería conllevar ser vetado en toda publicacion seria. Si fuera legitimo eliminar el derecho a voto de los vagos, tambien se podria eliminar el de la gente que no tiene cierto nivel intelectual o estudios, el de los que hayan consumido drogas en el ultimo mes o el de los que votan a determinados partidos. Eso no es legitimo. Los vagos, los tontos, los iletrados, los drogadictos y los que tienen determinadas ideas tambien tienen derecho a votar y a ser representados, porque sería injusto que no pudieran decidir quienes van a gobernarles.
jkujami
El mayor problema como siempre reside en dar el voto al ciudadano y el derecho a opinar, con el voto electrónico se podría avanzar en una democracia participativa por el bajo coste de las votaciones y eso no interesa.
Es el futuro sin duda para eso está criptografía y la cadena de bloques inmutable.
juanjod
Resulta curiosa la percepción que tenemos del sistema democrático... Más allá de cómo se realice una votación está la realidad de que el pueblo ha perdido su soberanía... Y eso es así porque, en realidad, los politicos a los que elige el vapuleado pueblo, en realidad, deciden bien poco... Por encima de ellos hay estructuras de decisión económica que condicionan todos y cada uno de sus actos... ¿Cómo puede ser el pueblo soberano si no puede votar al presidente de Standard & Poor's (por poner un ejemplo? Una empresa privada que, en la práctica, decide cómo será nuestra educación o nuestras condiciones laborales... El sistema que se utilice para votar es lo de menos... Nos entretienen con pantomimas de democracia...
Ignacio Molina Cuquerella
yo el problema que le veo al voto electronico no es tanto el "cambio" del voto, como la posibilidad de impedir que se pueda votar, no hay nada mas facil y barato que un ataque DDOS...
lastk
Algunas de las críticas que se exponen en el artículo son irrisorias. ¿Voto libre? si te coartan para que emitas un voto da igual que sea de forma telemática o presencial, si estas amenazado lo mismo vas a reaccionar dando un click que yendo a poner la papeleta.
¿Coste? Será de implantación, porque una vez desplegado bastante más caro sale la historia de pagar a los de las mesas, los colegios, las fuerzas de seguridad, el gasto en material, etc...
¿Ejercicio de fe para los legos??? Cuando me tomo un antibiótico no soy ningún biólogo, pero no tengo que hacer ningún acto de fe, me lo tomo, me curo. Pues el voto igual en cuanto se normalizara su uso ni nos plantearíamos estas cosas.
Que desde luego mejoraría la participación es innegable, y a los que lo dudan les invito a trabajar en hosteleria durante una jornada electoral, en el sur de españa que es donde más se estila tener a los empleado sin contrato, a ver como hacen para desplazarse al colegio en medio de su jornada de 12 horas sin que les cueste un disgusto.
Si el principal problema técnico es la complejidad de garantizar anonimato y no manipulación del voto. Dividamos la tarea. Incluso en una primera aproximación podríamos dejar las mesas electorales para verificación del voto. El sistema podría ser como sigue:
1- Con mi certificado digital accedo a un portal especifico donde indico que voy a realizar voto telemático y me genera una clave de un solo uso asociada a mi mesa electoral, actualizando en el listado del censo de dicha mesa que mi dni no va a poder votar ,presencialmente pq he elegido voto electrónico (obviamente esto habría que solicitarlo con un margen de tiempo, digamos hasta la semana anterior), esta clave se ha de almacenar para que pueda ser validada cuando vote, pero no ha de poder vincularse con mis datos en ningún caso para que nadie trace mi voto.
2-Antes del cierre de los colegios entro al portal pertinente y con la clave anterior (que no mis datos) elijo una bonita papeleta digital de entre las posibles y emito mi voto, que para poder seguir usando el mismo sistema de recuento que hasta ahora ya que es tan maravilloso, pues se env´´ia digitalmente a mi mesa electoral.
3-En la mesa cuentan papeletas como siempre, tanto en papel como digitales.
Tachan, hemos votado sin tener que desplazarnos, sin colas, de manera rápida y sencilla, desde cualquier parte del mundo y de forma que nadie sepa el que y sin que se añada opacidad al recuento. Lo mejor de todo que la tecnología para este sistema ya existe, sólo hace falte voluntad política.
epcot
"Habría que estudiar a fondo ese asunto para saber si la baja participación de los residentes en el exterior es causa de la dificultad del método o simplemente de un menor interés en la política al encontrarse en el extranjero"
Tenía entendido que hay mucha complejidad para poder votar desde el extranjero, alguien puede corroborar/desmentir esto?
matflo
Una pequeña corrección, en Argentina no hay voto electrónico, la idea es que la elección de la boleta sea de manera electrónica, por lo tanto se sigue votando en papel ya que cada uno imprime su voto.
cesarfernandez3
Hooo como se nota la ingenuidad Española, por favor estudiar la situación de Honduras en los años 2005, 2013 y ahora en el 2017, donde el voto físico en papeletas, parece ser un chiste difícil de entender por la multiplicidad de debilidades ante un sistema electoral sesgado y desentendido con el proceso en su totalidad, iniciando por la certificación de partidos politicos, personas,empresas, observadores nacionales e internacionales....
debate
El voto electrónico es perfectamente plausible, si se implanta correctamente (cosa que no sucede).
1º- El sistema de votación ha de ser de código abierto.
2º- A cada votante se le ha de asignar dos "ID" o códigos, uno personal y secreto el cual únicamete conocerá el (a no ser que voluntariamente quiera hacerlo público) el cual sirve para comprobar en el resultado electoral público que efectivamente se ha contabilizado su voto correctamente y que aparece el partido político que el ha elegido.
El segundo ID únicamente es para contabilizar los votantes, y será público, básicamente para confirmar que el ciudadano Juan Garcia Garcia ha votado (sin saber a que partido, para esto está el privado) con esto se evita falsos votos (votos de muertos, etc.) puesto que todos puden comprobarlo.
Con estas simples medidas, podrán hackear el sistema, pero en caso de hacerlo será facilmente detectable.
celgadis
Sin duda el recuento de votos telemáticos era un coladero con los sistemas informáticos tradicionales, sin embargo, desde el desarrollo de la tecnología de cadena de bloques (blockchain para puristas) no existe ningún problema de seguridad ni es posible el pucherazo.
juanjofm
Sinceramente creo que el voto electrónico sí es viable si "se hace bien" e incluso procura más seguridad.
Ahora bien, "si se hace bien". Porque como siempre, se haría mal y abriria las puertas a pucherazos. Pero el poderse hacer de forma segura sí se podría.
El voto analógico en España sí se puede manipular y ha pasado: gente del PP que lleva a viejos de residencias a votar ya con los sobres que les dan ellos, o en pueblos pequeños que no hay apoderados de otros partidos, o son todos del mismo, se podrían poner de acuerdo para hacer pucherazo (esto tengo constancia de que se ha hecho) o simplemente manipulando los sobres del voto por correo (tambien se ha hecho y denunciado muchos años).
¿Cual sería la fórmula para un voto electrónico (que no telemático) seguro? Pues empezando por un DNI electrónico con firmas seguras, pasando por hacer y utilizar elementos Open Source en toda la infraestructura de votación con bug bountys de bastante dinero. Después sería utilizar una red de blockchain que ya esté implantada y sea confiable para verificar los datos y para el voto en sí mismo, deberíamos mirar a los chicos de Agor Voting y su crypto... En las máquinas propias de votación, pues, seguir las buenas prácticas, usar un sistema linux especial, se me ocurre con grsec, incluso utilizar onion services de tor para conectarse a la blockchain de votacion etc...
Vamos, el voto electrónico seguro posible es posible, complicado también lo es, que la mayoria de veces los gobiernos optarán por hacer chapuzas, también y más viendo LexNet...
carlesescude
Los bancos operan informaticamente con la cosa mas sujeta a manipulaciones que puede haber: el dinero.
Si hay seguridad para eso, tiene que haberla para hacer un recuento de votos.