La mayor adquisición de la historia de los semiconductores no parece que vaya a tener un buen final. Nvidia anunció la compra de ARM por 40.000 millones de dólares, pero los reguladores han mostrado sus dudas sobre este acuerdo desde un primer momento. Un año y medio después del anuncio la compra no se ha materializado y, según apunta Bloomberg, no llegará a hacerse pues Nvidia ya ha tirado la toalla con ARM.
Nvidia ya habría comunicado a sus proveedores y aliados que no espera finalizar esta adquisición, según explica una fuente cercana a las negociaciones. Otra fuente apunta que SoftBank, dueño de ARM, estaría ya preparando una salida a bolsa de ARM como alternativa a la compra fallida por parte de Nvidia.
Incluso los clientes de ARM mostraban dudas
El acuerdo era histórico, pero también significaba un auténtico vendaval dentro del sector de los semiconductores. Incluso los propios clientes de ARM mostraron sus dudas ante esta adquisición, que daba demasiado poder a Nvidia.
El pasado diciembre, la FTC de Estados Unidos se posicionó en contra, apuntando que sería una compra anticompetitiva. Meses antes fue la Unión Europea quien se dispuso a investigar esta compra, describiendo que Nvidia no había "ofrecido suficientes concesiones" a ARM, incluso después de afirmar que ARM seguiría como proveedor neutral para marcas como Samsung, Apple o Qualcomm.
La decisión final de la Unión Europea está prevista para el 15 de marzo de 2022. Sin embargo, fuentes cercanas a Nvidia ya apuntan, según describe Bloomberg, que el acuerdo estaría perdido.
La adquisición también mostró síntomas de rechazo desde China, aunque el regulador chino no se ha pronunciado oficialmente.
Por el momento no hay comunicado oficial y el asunto no está cerrado. La postura oficial desde Nvidia es que siguen trabajando en para "demostrar que esta transacción beneficiará a la industria y promoverá la competitividad".
El caso podría acabar como el de Qualcomm con NXP, que tras dos años de discusiones entre las administraciones estadounidenses y chinas, la compra valorada en 47.000 millones de dólares no se materializó. Los gigantes del mundo de los semiconductores siguen moviéndose, pero en estos niveles la postura de los reguladores está muy presente.
Vía | Bloomberg
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