La legislatura más corta de la historia de la democracia española se ha visto salpicada de numerosos casos de corrupción. En su corto tiempo hemos asistido a la imputación al completo de un partido en la ciudad de Valencia, de la dimisión de un ministro por poseer una cuenta bancaria en Panamá y de la filtración de escuchas que indican que otro ministro podría haberse valido de las instituciones para fabricar escándalos políticos. Dado el corto periodo de tiempo que va de diciembre a junio, ¿cómo han afectado todos los casos, en las plazas donde han sido protagonistas, a los resultados de las elecciones?
Hemos echado un vistazo en detalle a algunas de las circunscripciones protagonistas en estos últimos seis meses y esto nos hemos encontrado.
Valencia: el PP levanta cabeza tras las municipales
La Comunidad Valenciana ha sido uno de los focos más persistentes de corrupción de toda la geografía española. También una de las regiones más sólidamente gobernadas por el PP durante los años de la burbuja inmobiliaria. Pese a los estereotipos, los valencianos sí dejaron de votar al PP al albur de los numerosos casos que impregnaban sus localidades: en las autonómicas y municipales de 2015, el partido conservador perdió la alcaldía de la capital y el gobierno de la comunidad, que fue a parar a manos de Compromís y del PSOE respectivamente. ¿Qué ha pasado desde entonces? Que el PP ha mejorado.
Y eso que, entre tanto, el grupo municipal popular en pleno ha sido imputado, y que Rita Barberá sólo ha escapado de su imputación gracias a su condición de aforada como senadora. Los primeros seis meses han vuelvo a teñir al PP valenciano de corrupción, pero no ha tenido reflejo en las urnas del 26J. En la comunidad, el partido ha ganado 40.000 votos, pasado del 31% al 35% (y ganando dos escaños). Gran parte de esa ganancia se debe a Valencia capital: 36,14% de los apoyos y casi 15.000 votos más. Un éxito sin paliativos pese al caso Taula.
Granada: abrumadora victoria del PP
La ciudad de Granada vivió uno de los casos de corrupción más sonados de la primera mitad de 2016. Tanto el alcalde, José Torres Hurtado, como el concejal de urbanismo fueron detenidos por la policía relacionados con una trama de concesiones urbanísticas ilícitas. El impacto de la noticia fue muy amplio, y provocó que el Partido Popular perdiera una plaza que había controlado desde 2003 (Ciudadanos decidió retirar su apoyo al gobierno municipal y permitió la investidura de Francisco Cuenca Rodríguez, del PSOE).
¿Ha tenido reflejo esto en las elecciones del 26 de junio? No. A nivel local, el PP ha conseguido menos votos que en diciembre, pero más porcentaje (la participación en Granada capital ha bajado). Del 38,21% obtenido en las primeras elecciones al 43,08% obtenido en las segundas. Su distancia con el segundo partido en liza, el PSOE, se ha disparado, superando los veinte puntos. A nivel provincial, el PP también ha sido el partido más votado, recuperando más de 10.000 votos tras su pobre desempeño en 2015. La corrupción no ha penalizado a los populares.
Barcelona: Fernández Díaz suma aún más votos
Jorge Fernández Díaz, ministro del Interior, se ha visto salpicado durante los últimos días en un escándalo de escuchas filtradas y posibles conspiraciones para involucrar a partidos de la oposición en escándalos de corrupción. Su actuación ha sido censurada por todos los partidos de la oposición. Tanto Podemos como PSOE como Ciudadanos han pedido su dimisión para, al menos, abrir una investigación que esclarezca lo sucedido. Fernández Díaz ha rechazado la idea y ha anunciado una investigación para saber quién había ordenado las escuchas. Volvía a ser cabeza de lista por el PP en la circunscripción de Barcelona.
¿Resultado? El PP lleva años en retroceso en Cataluña, donde el auge independentista le ha dejado relegado a una posición más minoritaria. Sin embargo, en las elecciones de 2016 le ha ido relativamente bien en la provincia de Barcelona, posiblemente gracias a la clave nacional y no catalana de los comicios. La presencia de Fernández Díaz no ha sido impedimento para que el Partido Popular pase de 321.980 votos a 356.361, llegando al 13% del voto total y superando en el camino, atención, a Convergència.
Las Palmas: sin Soria, el PP sigue creciendo
Fernández Díaz no ha dimitido, pero sí lo hizo su ya ex-compañero de gobierno José Manuel Soria, ministro de Industria durante la primera legislatura de Mariano Rajoy en Moncloa. La filtración periodística más importante de la historia, los Papeles de Panamá, reveló que Soria había mantenido empresas offshore en diversos paraísos fiscales. Aunque no existía base ilegal alguna ni tampoco fue posible demostrar que Soria empleara aquellas empresas para evadir impuestos, las contradicciones en su defensa provocaron que el gobierno y su partido le dieran la espalda. Soria tuvo que marcharse del gobierno en abril.
Seguía siendo diputado, eso sí, por Las Palmas. En esta ocasión, ya retirado de la política, el Partido Popular acudía a la circunscripción sin él. La sombra de Soria ha sido inexistente en campaña y tampoco ha tenido reflejo en los resultados obtenidos por la formación conservadora en la provincia. El PP ha pasado de 145.372 a 170.048, del 28,17% al 33,92%, un notable crecimiento de electores que, sin embargo, no le ha valido para aumentar su bolsa de escaños (tenía 3, seguirá teniendo 3). Su mejor resultado, en Lanzarote: siete puntos más.
Tarragona: ligera pérdida de votos para el PSC
Ensombrecido por otros casos de corrupción de mayor escala, el caso Inipro ha golpeado de lleno al PSC en la provincia de Tarragona. A principios de mayo, la Guardia Civil registraba los consistorios de Tarragona, Viladecans y Palau Solità i Plegamans (estos dos últimos barceloneses) y detenía a varios concejales y políticos socialistas por la supuesta concesión de contratos negociados y sin publicidad a la empresa Inipro. Pese a que el alcalde de Tarragona, al contrario que Torres Hurtado, no se ha visto implicado, el escándalo afecta de forma directa al aún resistente y antaño poderoso poder municipal del PSC.
¿Qué reflejo ha tenido en las urnas? Al igual que en el caso del PP, muy pequeña o nula. En Tarragona capital el PSC, que controla el ayuntamiento, ha perdido votos, pero ha aumentado su porcentaje sobre el total, pasando del 16% en 2015 al 17% en 2016 (es decir, no ha habido penalización sino mayor abstención). En Viladecans, antaño bastión socialista ahora en manos de En Comú-Podem, el PSC apenas ha variado su porcentaje de apoyos (unas décimas en torno al 24%); y en Palau Solità i Plegamans, al igual que en Tarragona provincia, una muy ligera pérdida de votos y de porcentaje sobre el total.
Imagen | Chema Barroso/Gtres