En 1986, los redactores de The Economist tuvieron una idea: equiparar el poder adquisitivo de todos los países del mundo en función del precio de un Big Mac. El índice funcionaba como aproximación certera a la riqueza de cada nación. Al fin y al cabo McDonalds, una de las mayores multinacionales del planeta, había medido al milímetro el umbral de popularidad/rentabilidad de su producto estrella.
Nacía así el Big Mac Index, uno actualizado anualmente. The Economist eligió un producto muy americano y al mismo tiempo muy presente en todas las sociedades bajo el paragüas del capitalismo. Podría haber elegido otros productos de consumo, algunos de ellos inherentes a cualquier sociedad, capitalista o no, desarrollada o subdesarrollada. Podría haber elegido el precio del corte de pelo. Es lo que ha hecho NetCredit en este estupendo recopilatorio gráfico donde, partiendo de los precios ofertados en 102 capitales del mundo, crean su particular Haircut Index.
Como es de esperar, hay enormes variaciones en función del continente. También en función del género. El coste de la peluquería para las mujeres es sustancialmente superior en todos los países, aunque el alcance de la brecha cambia. El corte femenino en Andorra sólo es un 5% más caro, frente al exageradísimo 634% de Nigeria. Taiwán (8%), Estonia (18%) o Vietnam (20%) se cuentan entre los más contenidos, frente a Argelia (402%), Colombia (476%) o Fiji (547%).
En términos absolutos y para el caso de las mujeres, el país más caro es Dinamarca ($102). España se encuentra en un término medio ($48) sólo en el contexto europeo, donde los precios son mucho más altos. El resto del mundo es más barato: una mujer puede encontrar peluquerías a $6 en las calles de Sarajevo, de 16% en las de Sao Paulo o de $27 en las de Ciudad de México. El contraste con Washington ($95), París ($77) o Varsovia ($63) es realmente llamativo. Parte de la brecha se explica por los cortes más elaborados, y por lo tanto más costosos, de las mujeres.
Si nos vamos a los hombres hay pequeñas variaciones, aunque el cuadro general de la economía es muy similar. Estados Unidos eleva el ticket a los $44, lejos aún del récord absoluto en la materia (Noruega, $64). España contiene el precio a los $21, en la órbita de Francia ($37), Australia ($46) o Alemania ($35). Los cortes más baratos se encuentran en Latinoamérica: $3 en Argentina, $5 en Bolivia, $9 en Perú o $5 en Costa Rica. El precio mínimo global lo ofrece Zambia ($1,65), seguido de cerca por Nigeria ($1,83) o Kenya ($4,55). Sólo Sudáfrica se acerca allí a los $20.