Siete millones de hectáreas después, Australia vive una catástrofe medioambiental sin precedentes en su breve historia como nación independiente. La crisis forestal ha devenido en crisis política, con múltiples manifestaciones públicas protestando por la gestión gubernamental de los incendios. Dadas las circunstancias, los ejecutivos federales se ha visto obligado a tomar medidas extremas para proteger su fauna.
Y una de ellas incluye apoyo aéreo.
Volando voy. El ejecutivo de Nueva Gales del Sur ha fletado un helicóptero con una misión: lanzar zanahorias y patatas dulces sobre las precarias poblaciones de wallaby, una especie de marsupial endémico de Australia particularmente afectado en algunas zonas del estado. El objetivo es asegurar su nutrición. Como se explica aquí, los animales sobreviven a los incendios. El problema es que luego se mueren de hambre.
Supervivencia. La misión, bautizada "Operación Wallaby de las rocas", ha sido un éxito. Los helicópteros operan como un equipo de salvamento en zona de guerra. Sobrevuela el hábitat del wallaby (variante "cola cepillo de las rocas", en estado vulnerable según IUCN) y vuelca las verduras. El ejecutivo ha vertido ya más de una tonelada de zanahorias y patatas, para gozo de los especímenes y del equipo de comunicación de los ministros del estado.
Amenazas. Las llamas están causando estragos entre algunas especies endémicas de Nueva Gales del Sur. El wallaby es una de las más afectadas. De la treintena de especies catalogadas, al menos una quincena ha visto sus números muy mermados. Patrimonio nacional australiano (su equipo de rugby toma su nombre de ellos), Nueva Gales del Sur prevé seguir lanzando comida hasta que puedan alimentarse por sí mismos.
Disputa. Es indudable que los incendios han mermado de gravedad a numerosas especies. ¿Pero cuántos animales han perecido? Lo cierto es que no lo sabemos con exactitud. Las cifras difundidas en los medios de comunicación oscilan entre los 500 millones y los 1.000 millones, pero son meras estimaciones surgidas de un estudio de 2007, a su vez basado en el volumen de mamíferos, reptiles y aves por hectárea.
Es una elucubración. Durante las últimas semanas otros expertos han tratado de rebajar el tono dramático, apuntando a la imposibilidad de tener, a día de hoy, cifras concretas.
Koalas. Por ejemplo, durante los días más crudos de la catástrofe forestal se llegó a difundir que en torno al 30% de los koalas habían perecido pasto de las llamas, colocando a la especie al borde del peligro de extinción. Las cifras son menos alarmantes. El porcentaje hacía referencia a una región muy concreta de Nueva Gales del Sur. Hay más de 330.000 koalas en Australia, de los cuales unos 25.000 podrían haber muerto (un 7,5%).
Sea como fuere, pueden contar con el apoyo de su gobierno. Por tierra, mar y ahora aire.
Imagen: Matt Kean