La humanidad afronta una amenaza inminente en el aumento del nivel del mar. Es la única conclusión extraíble del último estudio sobre la materia elaborado por Climate Central y publicado en Nature Communications. Los investigadores han desarrollado un modelo que predice con relativa exactitud el comportamiento de los océanos, su crecida, hasta 2050. ¿Veredicto? Nada alentador para cualquier población a un palmo de la costa y sin apenas altitud. Este mapa interactivo ilustra con todo lujo de detalles qué regiones y ciudades del mundo correrán un destino similar al de la Atlántida.
Para el caso español, nuestros compañeros de Xataka han recopilado los eventos más destacados. El principal, por magnitudes demográficas y económicas, es el de la ría del Nervión. El Gran Bilbao. Grandes porciones de Deusto, Barakaldo, Getxo o Portugalete pasarían a manos del Cantábrico, cumpliendo así, quizá inesperadamente, con el gran sueño de Calatrava cuando le encomendaron el diseño del Nuevo San Mamés: que el estadio fuera inundable para que La Gabarra, la emblemática embarcación del Athletic Club sobre la que navega el equipo cuando obtiene un trofeo, pudiera llegar al interior del campo.
Un pequeño detalle en un mar (literal) de inundaciones. Países como Irak o Vietnam quedarían seriamente mermados, y regiones muy pobladas, como el estuario de La Plata, allá donde se aposenta el Gran Buenos Aires, Rosario y Montevideo, tendrían que vérselas con las aguas del Atlántico. La Europa continental, tan llana y expuesta al mar, sufriría pérdidas notables. Burdeos debería encomendarse a cualquier dios para evitar su desaparición bajo las aguas, no hablemos ya de Venecia, y el litoral de Países Bajos, por el que sus habitantes han luchado con tanto denuedo, desaparecería.
¿Alejandría? Hasta más ver. ¿Mumbai y Surat? Todo su litoral sería reclamado por el Índico. Los alrededores de Calcuta se converterían en la zona cero del calentamiento global, absolutamente arrasados, y Bangladesh, el país con la mayor densidad de población del mundo arrabalado sobre el delta del Ganges, sufriría una catástrofe de proporciones incomparables. De forma similar, la magnífica Shanghái que aspira a convertirse en la capital del planeta tendría tan sólo un puñado de años para conseguirlo, ante el imparable ascenso del Mar de China Oriental. Yakarta sólo sería agua. Indonesia lo sabe. Ya plantea trasladar la capitalidad.
El panorama, en apenas unos años, es terrorífico. Aquí van más ejemplos.