Malas noticias para los amantes de los buenos desayunos continentales. Se encarece (y mucho) el cacao, sube el azúcar sin refinar, el aceite y sube también el precio del café robusta, que ha escalado en los gráficos de cotización hasta situarse en niveles históricos. La propia Organización Internacional del Café reconocía en su informe de mercado de febrero que se habían alcanzado los valores más altos en casi tres décadas y otras instituciones, como el Banco Mundial, ya vaticinan que se mantendrán "altos" al menos lo que resta de año. Para entender esa deriva ascendente hace falta mirar a los cielos, el mercado… y las previsiones.
Estas son las razones de que café sea hoy algo más amargo.
El café robusta, en escalada. Los futuros del café robusta en Londres, un indicador de referencia internacional, rondan esta semana los 3.400 dólares la tonelada y a principios de mes llegaron a marcar un máximo histórico, rozando los 3.500 dólares. Para hacerse una idea de qué supone llega con echarle un vistazo al gráfico de la plataforma Investing con los valores de la última década y media.
Nunca desde 2009 los futuros habían escalado hasta cumbres tan altas. De hecho solo en el último año experimentaron un crecimiento notable, de cerca del 60%. Cinco Días sacaba hace poco la calculadora y concluía que en cuestión de década y media el grano de la variedad robusta se había disparado cerca de un 167%.
La situación del arábica. La situación es algo distinta si de lo que hablamos es del conocido como Café C, la variedad arábica, de mayor valor. Su precio está hoy sensiblemente por encima del que marcaba durante el otoño de 2023, si bien sigue por debajo del que llegó a alcanzar en el verano de 2022 o 2011. Nikkei apuntaba la semana pasada que sus futuros en Nueva York, su gran referencia, alcanzaron en diciembre su precio más elevado en 14 meses y en los últimos días las operaciones se han cerrado con precios un 24% superiores a los del pasado septiembre.
El World Bank muestra su confianza en cualquier caso que los precios del arábica bajen en 2024 y se estabilicen en 2025, a diferencia del robusta, que vaticina que se mantendrán "altos" este año antes de descender el próximo ejercicio.
Cuestión de variedades. Todo es café, pero robusta y arábica son dos variedades con profundas diferencias que se aprecian ya en la misma forma y dibujo del grano. Eso sin contar, por supuesto, con el sabor. Los robusta son más redondeados, con un toque más amargo y mucha mayor concentración de cafeína. De ahí que el arábica se considere a menudo una opción más delicada, se asocie a una calidad superior y suela conocerse como el grano de café gourmet.
A nivel de producción hay diferencias igual de notables: el robusta es más resistente, arroja mayores producciones y permite una explotación más barata que el grano arábica, que necesita unas condiciones muy específicas tanto de humedad como de temperatura y altitud. El cultivo actual de robusta se concentra sobre todo en el Sudeste Asiático, concretamente en Vietnam; en el caso del grano arábica, la producción por volumen parte sobre todo en Brasil, Colombia y Etiopía.
La más importada. "Aunque la variedad arábica es la más valorada, porque produce un café más aromático y fino, el robusta marcas como Bonka lo utilizan para elaborar sus propias mezclas y producir cafés de gran calidad", precisa la propia compañía. La AECafé, la asociación española del sector, explica que la variedad robusta es, de lejos, la más importada en España. Aunque su último informe constata un aumento de cuota de mercado del arábica, el robusta seguía representando en 2022 el 58,6% del total. Cerca del 33% del café verde importado de la variedad robusta procedía además de un mismo país: Vietnam.
Una demanda al alza. He ahí una de las claves que explican el escenario actual: la demanda. Las tablas de Statista reflejan un aumento prácticamente sostenido en el consumo mundial de café a lo largo de la última década, alcanzando en 2022-2023 los 178,5 millones de sacos de 60 kilogramos. Apenas 10 años antes, entre 2012-2013, el dato no llegaba siquiera a los 147 millones de sacos de 60 kg.
Y el indicador promete seguir en escalada. Nikkei habla de un incremento en el consumo mundial en 2023-2024 del 20% en comparación con 2013-2014, con un crecimiento especialmente pronunciado en Asia. Solo en China la OIC estima que se alcanzaron los 3,1 millones de sacos de 60 kilos a lo largo del período 2022-2023, lo que representa un alza del 15% con respecto al ejercicio anterior.
De bien de lujo a consumo diario. "En Asia el café era en gran medida un producto de lujo para las personas ricas, pero con el crecimiento demográfico y el desarrollo económico, la clase media se ha expandido y el número de personas que lo disfrutan a diario ha aumentado", comenta a Nikkei Taisuke Horie, directivo del departamento de bebidas de Marubeni. En el World Bank apuntan en cualquier caso que se prevé un "aumento significativo" en la oferta, de alrededor de siete millones de sacos durante la temporada actual, procedentes sobre todo de productores de grano arábica como Brasil, Colombia y Etiopía.
La producción de Vietnam. Vietnam es clave en el mapa de la variedad robusta, como recoge el informe de AECafé. Y la producción en el país del Sudeste Asiático no pasa desde luego por su mejor momento, marcado por una reducción de las áreas agrícolas, la meteorología adversa —en concreto, se apunta a los efectos de El Niño— y un descenso en los rendimientos de ciertas regiones, circunstancias a las que se añade un aumento del consumo local.
Ya a finales del año pasado la agencia Bloomberg vaticinaba que el país produciría entre 1,6 y 1,7 millones de toneladas de grano, sensiblemente por debajo de los 1,78 millones alcanzadas el año anterior. Kaifarm apunta también y de forma especial a "patrones climáticos impredecibles", con precipitaciones erráticas y oscilaciones de temperatura que han pasado facturas a ciertas regiones cafetaleras de la nación.
A nivel general, en todo el planeta, Statista calcula que durante la temporada 2022-2023 se produjeron cerca de 76,7 millones de sacos de 60 kg de robusta. El dato supone una caída de algo más de un millón de sacos si se compara con el de la campaña anterior. "Las previsiones apuntan a que ese descenso se mantendrá en la temporada 2023-2024", detalla la plataforma, que va incluso más allá y estima que esta campaña se producirán alrededor de 74,1 millones de sacos de robusta.
El (complejo) desafío climático. Otra de las grandes claves que explican el panorama que afronta el sector cafetero mundial. "Cada vez tenemos que excavar más hondo para encontrar agua. Algunos años no hay suficiente para regar y luego hay otros años de gran exceso", explicaba hace poco un agricultor vietnamita. Hay quien apunta ya de hecho que los desafíos climáticos impulsarán el grano robusta frente al arábica, más delicado y que requiere unas condiciones muy específicas para su cultivo, lo que también podría haber afectado a su precio.
Vietnam ya se ha mostrado dispuesto de hecho a promover la variedad robusta en un mundo marcado por el alza de las temperaturas. "La gente tendrá que encontrar un suministro alternativo", explicaba hace un año Pjham Thi Diep Giang, directivo de uno de los grandes productores del país a la agencia Swiss Info. Aunque sea más resistente, el robusta no se libra en cualquier caso de los cambios en el clima. Hoy mismo Bloomberg advierte de que la oferta de café exportadora de Vietnam bajará aún más este año en un escenario marcado por los cambios de temperatura, la sequía y los agricultores que acaban optando por pasarse a otros cultivos.
Imagen de portada | Milo Miloezger (Unsplash), World Bank y AECafé
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