Ya hay sentencia. Uno de los mayores casos de corrupción política de la historia de la democracia ha llegado a su punto final. La Audiencia de Sevilla ha condenado a José Antonio Griñán y a Manuel Chaves, expresindentes de la Junta de Andalucía y destacados militantes del Partido Socialista Obrero Español, a seis años de cárcel y nueve de inhabilitación respectivamente. El motivo, su implicación en el caso ERE, investigado por la justicia durante casi diez años y hoy concluido.
¿Pero en qué ha consistido? A grandes rasgos, aquí va un resumen.
855 millones. La premisa es simple: la Junta de Andalucía repartió entre 2001 y 2010 más de 855 millones de euros en partidas discrecionales para asegurar una red clientelar a lo largo de la comunidad. Cuando una empresa entraba en crisis, la Junta regaba sus procesos de despido con ayudas a los trabajadores. Sin embargo, también incluía partidas para "intrusos" que jamás habían puesto pie en la empresa, y que se beneficiaban de partidas socioeconómicas ilegales.
El fondo de reptiles. En total, fueron alrededor de 200 las personas que se beneficiaron por la práctica. Según la investigación judicial, el entramado implicaba a la Junta de Andalucía de abajo a arriba y, en muchas ocasiones, a la colaboración necesaria de los sindicatos que gestionaban las ayudas para los despedidos. Gestionado por el exconsejero Javier Guerrero, pieza clave para desentrañar el caso, el "fondo de reptiles" empelado por la Junta defraudó 136 millones de los 855.
El dinero se destinaba a entidades gestoras sobrecomisionadas, a empresas que jamás deberían haber accedido a las ayudas, y a trabajadores intrusos que no podían recibirlas.
Modificaciones. El origen del mecanismo se remonta a la primera década del siglo XXI, cuando la Junta de Andalucía modifica los cauces habilitados para la concesión de subvenciones a desempleados. Lo hace a través del Instituto de Fomento de Andalucía y mediante partidas presupuestarias irregulares. El objetivo era agilizar el procedimiento de entrega de ayudas, pero en el camino se eliminaron todos los mecanismos de supervisión y control público.
Terreno abonado para que, durante más de una década, determinados políticos y figuras privadas se beneficiaran de la concesión de subvenciones irregulares.
El rol de Chaves. De entre todos los condenados, Chaves es el más importante. Fue presidente de la Junta durante varias décadas y llegó a ministro de la mano de José Luis Rodríguez Zapatero. Ya desvinculado de la política, fue imputado por el Supremo por sus conexiones con la trama. Chaves siempre ha afirmado que desconocía el procedimiento, pero hay hasta cuatro ERE concretos a los que está vinculado directamente. Ha sido inhabilitado por nueve años.
Según la investigación, Chaves permitió la creación del mecanismo de ayudas sociolaborales, aunque no se encargara de su gestión (ilícita) directa.
El rol de Griñán. De perfil más autonómico, Griñán es la otra gran pata sobre la que se ha sostenido la Junta de Andalucía en manos del PSOE durante toda la democracia. Él ha sido el cargo más alto condenado a cárcel (seis años), además de la inhabilitación. Ambos serían los responsables de crear un "sistema opaco" de repartos discrecionales. A Griñán el juez le sentencia por habilitar por inacción la trama ilegal y de impedir, a sabiendas, su fiscalización por otras entidades estatales.
Una mancha en Andalucía. Hay más de una veintena de relacionados en mayor o menor grado con los ERE, uno de los mayores escándalos de la España de la Corrupción. Ante todo, representa un borrón gigantesco en la gestión del PSOE en Andalucía, comunidad que ha controlado desde 1978. Chaves fue uno de los mascarones de proa del socialismo durante años, y tras 20 años en la Junta ha terminado en el banquillo de los acusados e inhabilitado.
Una condena de elevada trascendencia para el partido en plena formación de gobierno.
