Hace más de una década que se puso de moda el término Muk-Bang. En esencia, hablamos de la práctica donde el streamer de turno come mientras retransmite el banquete. La actividad se hizo popular en poco tiempo y los streamers fueron elevando el volumen de comida a ingerir hasta atracones muy peligrosos. Además, mezclaba mal con algunas culturas. China, por ejemplo, lo prohibió, pero la muerte de una joven hace unos días ha vuelto a traer la actividad a debate.
Muerte en directo. Pan Xiaoting, una ex camarera china convertida en mukbanger profesional, perdió la vida a principios de julio durante una de sus emisiones en directos después de que su cuerpo pareciera rendirse tras un exceso de alimentos ingeridos.
La causa oficial de la muerte de la joven de 24 años no se ha hecho pública, pero según el sitio web de noticias chino Sohu, su autopsia reveló que su abdomen presentaba deformaciones y su estómago estaba repleto de comida no digerida. Su desgraciada muerte debería servir como advertencia para otros streamers.
El origen del Mukbang. Se inició en Corea allá por el año 2013. Si la gente veía partidas de videojuegos, de póker o conciertos, la idea de ver comer en directo no era nada descabellada. El término procede de las palabras coreanas para comer (meokneun) y retransmisión (bandsong), y su crecimiento fue apoteósico, creando un nicho con estrellas (mukbangers) que iban subiendo el listón de los atracones.
Mukbang en China. El salto al país asiático fue tremendo. La acogida supuso un hito y los vídeos se multiplicaban en las redes del país, festines ultracalóricos donde se comía sin parar, y si hacía falta vomitar para seguir comiendo, se hacía. Pasa en todos los ámbitos de los streamers, la competitividad lleva a doblar la apuesta, y en el caso de los mukbangers, ese salto mortal llevó a algunos incluso a comer animales vivos en directo.
Ocurre que en China se encontraron con un problema doble. A la peligrosidad de la práctica se sumaba una idea que “cazaba” más bien mal con la cultura del país. De hecho, en el año 2020 el Partido Comunista lo acabó prohibiendo en sus plataformas por considerarlo un despilfarro alimenticio y obsceno. Lo hacía, además, tras la implantación de una serie de medidas en pos de la restricción y seguridad alimentaria.
El caso de Xiaoting. Claramente, aquella restricción no terminó con la práctica. La muerte de la joven este mes es solo la punta del iceberg, pero también explica el problema de fondo del Mukbang. Como han rescatado los medios, la joven inició el streaming de mukbang como una actividad secundaria, pero a medida que su audiencia creció, comenzó a verlo como una carrera potencial. Finalmente dejó su trabajo y alquiló una casa que usaba como estudio para sus emisiones.
Sin embargo, mantener a los espectadores entretenidos durante largos períodos de tiempo es difícil, por lo que en las últimas semanas, Xiaoting había dado un paso más. La streamer comenzó a plantearse todo tipo de desafíos extremos, desde comer sin parar durante al menos 10 horas al día, hasta consumir más de 10 kilos de comida por sesión de streaming. Desafortunadamente, su cuerpo no pudo seguir el ritmo de su rutina y el 14 de julio falleció en directo.
Otras formas de divulgar atracones. Por supuesto, en el mundo de los streamers “gastro” hay de todo, y muchos han elevado sus emisiones con trabajos donde se mezcla el entretenimiento con la divulgación. En España, por ejemplo, tenemos el caso de Sezar Blue (César Martinez), el hombre que está haciendo un trabajo encomiable por presentarnos esa “otra España” fuera de la gastronomía más elitista, rescatando los auténticos tesoros culinarios de mesones, asadores y masías que recorren las autopistas y pueblos de la Península.
Algo parecido le ocurre a Joe Burgerchallenge (Jorge González), el valenciano que dejó su carrera como policía para dar rienda suelta a su pasión por las hamburguesas creando un canal de lo más didáctico mientras degustaba y enseñaba a su público los secretos de la hamburguesa. Dos ejemplos y dos formas de entretener sin el exceso y los peligros para la salud.
Imagen | YouTube, Alpha
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