Segundo escándalo de entidad que golpea al ejecutivo de Pedro Sánchez. Tras el brevísimo paso de Màxim Huerta al frente de Minsiterio de Cultura, es ahora la titular de Sanidad, Carmen Montón, la que se enfrenta a un enredo mediático que podría terminar con su salida. Según ha destapado El Diario, obtuvo un máster sin acudir a la totalidad de las clases y en condiciones irregulares. ¿La universidad? La Rey Juan Carlos, la misma que regaló el suyo a Cristina Cifuentes.
¿Qué? Montón acredita en su currículum un máster en Estudios Interdisciplinares de Género cursado entre 2010 y 2011. Al parecer, la ministra sólo acudió a las clases a partir de enero, cuando algunas de las asignaturas ya habían finalizado. El pago de la matrícula se realizó fuera de plazo, en diciembre. Cuenta con la matrícula, las tasas pagadas y el Trabajo de Fin de Máster, según acredita. Pero numerosas alumnas que cursaron el mismo máster durante el mismo curso no recuerdan su presencia. El máster podía cursarse a distancia, defensa fundamental de Montón.
¿Cuál es el problema? Pese a que Montón sí parece haber cursado el Máster, e incluso haberlo terminado, revolotea la sombra de trato de favor. En sus reuniones con los medios, se mostró "sorprendida" por haber obtenido sobresalientes en asignaturas que, por plazos, jamás llegó a cursar. Montón habría convalidado algunas otras materias, algo difícil de encajar en la ortodoxia académica dado que no coincidirían con las de su carrera, Medicina. Las fechas de expedición del título no coincidirían con las de sus notas: se acredita la finalización un año más tarde.
¿Culpable? Montón ha salido al paso hoy en rueda de prensa. Achaca cualquier irregularidad a la universidad, y afirma que siguió lo que los directores del máster le exigieron en todo momento. Parte del problema proviene de sus explicaciones contradictorias: primero afirmó haber asistido a todas las clases, luego sólo desde enero; primero negó haber convalidado o haber cursado a distancia, después mostró correos de la directora que habilitaban a sus alumnos a cursar a distancia.
Montón tampoco recuerda el nombre de la mayor parte de los profesores o, de forma singular, el lugar en el que se encontraba el campus donde se impartía el máster.
¿Como Cifuentes? Los paralelismos son evidentes, y las comparaciones inevitables. A diferencia de Cifuentes, Montón parece contar con mejores mimbres para su defensa. Es una incógnita si será suficiente. El máster proviene de la misma institución (el Instituto de Derecho Público) que entregó sus respectivos másteres a Cristina Cifuentes y Pablo Casado, ambos en entredicho. Acumula numerosos escándalos a sus espaldas y dejará de existir este mismo curso.
Montón obtuvo su titulación en la Universidad Rey Juan Carlos; el director del IPD está imputado por el caso Cifuentes; la profesora y directora del mismo mástar de Montón, Laura Nuño, también. Son demasiadas casualidades, y juegan en contra de la ministra.
¿Por qué? El de Montón es el enésimo ejemplo de cómo las universidades españolas tienen un problema con el trato de favor a políticos. La fiebre por hinchar currículos y los fuertes lazos entre numerosas universidades y partidos de todo color han provocado que acceder a cátedras, másteres, plazas de profesorado sea una cuestión de afinidad, no de mérito. Para Montón, el problema principal es este: la opinión pública ya asume lo peor. Porque la experiencia le empuja a ello.
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