Cómo Latinoamérica se adueñó de la inmigración hacia Estados Unidos, en un ilustrativo gráfico

Inmigracion
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Estados Unidos es probablemente el mayor experimento social y demográfico acometido jamás por el ser humano. Desde que Reino Unido conquistara y colonizara la costa este de América del Norte, el flujo migratorio hacia el interior del futuro estado-nación ha sido incesante. Primero desde el propio Reino Unido, más tarde desde Europa, forzosamente desde África y finalmente desde América Latina y Asia. Un mejunje de culturas e idiomas sintetizadas en una identidad común, tan vasta como defectuosa.

Entender hoy a Estados Unidos obliga a numerosos ejercicios de retrospectiva migratoria. Pese a las raíces anglosajonas del país, la "etnia" mayoritaria es la alemana, si bien tamizada por costumbres y lenguas cada vez más integradas en ese arco identitario al que llamamos "americano". Entre la clase dirigente, protestante y blanca, de Estados Unidos se cuelan suecos, noruegos, italianos, irlandeses y algún que otro polaco.

Todos ellos viajaron allí impulsados por las difíciles circunstancias económicas de Europa a finales del siglo XIX y principios del siglo XX. Irlanda, por ejemplo, sufrió una de las peores hambrunas modernas a causa de una crisis en el cultivo de la patata, lo que motivó un éxodo dirigido fundamentalmente hacia Boston o Nueva York. El sur de Italia, depauperado a la altura de 1900, encontró una vía de escape hacia las mismas ciudades. La terrible posición política y económica del campesinado alemán o sueco (pese al desarrollo económico posterior de ambos países) hizo lo propio pre-Primera Guerra Mundial.

Durante este tipo, la política migratoria de Estados Unidos fue amable. Europa colonizó la costa este pero muy especialmente el primer interior, eso que hoy viene a bautizarse como el "Medio Oeste", y donde abundan los apellidos alemanes o nórdicos.

La Primera Guerra Mundial cambia todo, también en Estados Unidos. La inmigración es menos bienvenida y el flujo se detiene. Tras la guerra, una Europa más industrializada disfruta de un breve periodo de bonanza, despresurizada ya por la abundancia demográfica de las décadas previas. La Segunda Guerra Mundial y el boom económico posterior del continente europeo detendrían para siempre una inmigración que forjaría desde la base (para lo bueno y para lo malo) el carácter estadounidense.

Y es aquí donde entra en juego el gráfico de hoy, publicado por VisualCapitalist: la ascendencia de América Latina en la inmigración hacia Estados Unidos. Tras la guerra, Europa pasaría a un segundo plano en favor de otros países y continentes. México aparecería entonces a la cabeza: si hoy el discurso anti-inmigración de la derecha estadounidense se dirige ante todo contra la población latina se debe a que durante más de medio siglo el flujo migratorio ha estado capitalizado primero por México y después por otros países centroamericanos.

Latam

La cultura latinoamericana y, por ende, el español, se convirtieron así en otro elemento central de Estados Unidos, hasta el punto de copar hoy buena parte de los estados del sur y el oeste del país. En California más del 38% de la población ya es de ascendencia "latina", mientras que en Nuevo México o Texas las bolsas demográficas de hispanohablantes o de tercera generación de "inmigrantes" son gigantescas. La cocina, las costumbres, la forma de vida y la política de la inmigración latinoamericana domina buena parte de Estados Unidos. Forma parte indisoluble de ella.

Se trata de un proceso que mimetiza al de los inmigrantes europeos en el siglo XIX y principios del XX, y al que se adhirieron poco a poco otros países, como Guatemala, Nicaragua u Honduras. En 2019 más del 50% de la inmigración estadounidense seguía siendo latinoamericana. Su dominio sólo ha sido compensado durante las décadas más recientes por los migrantes asiáticos: chinos, indios, coreanos o vietnamitas han acudido a Estados Unidos con más frecuencia, en ocasiones centrados en sectores muy técnicos como el tecnológico.

África también ha hecho algún avance, aunque tímido, no representando más del 6% del total. La historia de la segunda mitad del siglo XX en Estados Unidos es la historia de su relación con Latinoamérica, muy especialmente en materia migratoria.

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