Las islas albergan algunos de los ecosistemas más preciados y extraños del de la Tierra. Su carácter insular ha desarrollado de faunas y floras ajenas a los grandes continentes, pero también las ha expuesto a mayores riesgos medioambientales. El 75% de las especies extinguidas desde el siglo XVI se encontraban en islas. La introducción de predadores invasivos convierte a los territorios insulares en una trampa perfecta.
Nada les frena, y los animales autóctonos no tienen dónde ir.
¿Qué hacer? Erradicar a los mamíferos exógenos. Es al menos lo que plantea un reciente estudio publicado en Plos One. Su premisa es simple: la vía más corta para asegurar la supervivencia del 10% de las especies al borde de la extinción (descontando a los insectos) es exterminar al sinfín de cazadores invasivos introducidos por el ser humano. Desde los gatos hasta las ratas, pasando por los cerdos.
Los números. El estudio ampara su drástico planteamiento en datos. Los investigadores han identificado más de 3.900 "interacciones negativas" entre 1.184 especies de vertebrados autóctonos y 184 de mamíferos exógenos. El 83% de los conflictos, críticos para numerosos animales isleños, están causados por una decena de predadores repartidos a lo largo de 1.279 islas. La responsabilidad última de su presencia es humana.
En total, las "interacciones" ponen al borde de la extinción al 9% de las especies amenazadas en todo el mundo.
Las tentativas. El ser humano sabe cómo extinguir una especie, ya sea por accidente o por voluntad propia. Son diversos los proyectos de erradicación a gran escala. Australia, por ejemplo, introdujo hace algunos años un programa de extinción de más de dos millones de gatos ferales. El gobierno de Georgia del Sur logró aniquilar a sus ratas tras una década y $13 millones invertidos en la batalla.
En España, algunos expertos han planteado distribuir francotiradores para acabar con las cotorras.
Éxito. El estudio identifica más de 1.200 proyectos de aniquilación a lo largo de la historia, con una tasa de éxito de 85%. Dados los resultados, plantea iniciativas similares en 169 islas. Su éxito dispararía las posibilidades de supervivencia del 9% de las especies dele planeta cuyo estado es crítico. Según los investigadores, ya sería posible iniciar los planes de exterminio en 107 territorios insulares.
Resistencias. ¿Pero qué hay de los conflictos morales asociados a la erradicación de miles, si no millones, de mamíferos? Los planes de Australia para con sus gatos ferales ya fueron recibidos con escepticismo y críticas, así como los de Nueva Zelanda. Como se apunta aquí, las causas que ahondan en la extinción de determinadas especies van más allá de los mamíferos invasores, y seguirán ahí tras el exterminio.
En cualquier caso, la conclusión del estudio es clara: erradicación es supervivencia.
Imagen: Seabamirum