En 1989, el ayatolá Jomeini de Irán lanzaba una fatwa, una orden especial, en la que condenaba a muerte al escritor británico, de origen indio, Salman Rushdie. ¿La razón? 'Los versos satánicos', el cuarto libro del autor, considerado "blasfemo contra el Islam" y que había sido prohibido en trece países con importantes comunidades mususlmanas, incluida la India. Aunque Irán afirmó en 1998 que no llevaría a cabo dicha fatwa, ésta no puede invalidarse, y Rushdie ha vivido con esa condena desde hace casi treinta años.
Siempre se ha distinguido por una postura crítica con las religiones en general y con los fanatismos, y tras el atentado de Barcelona, su voz se ha recuperado para recordarnos el camino para no dejarse amilanar por los terroristas.
Rushdie ante los fanatismos
Para el escritor, Caballero del Imperio Británico desde 2007, lo importante es no perder de vista qué es lo que nos une frente a los fundamentalismos. Tras el ataque al semanario satírico Charlie Hebdo, Rushdie defendía la relevancia no sólo de la libertad de expresión, sino del humor:
"Religión, una forma medieval de sinrazón, cuando se combina con armamento moderno se vuelve una amenaza real para nuestras libertades. Este totalitarismo religioso ha causado una mutación letal en el corazón del Islam y vemos sus trágicas consecuencias hoy en París. Yo apoyo a Charlie Hebdo, como todos debemos hacerlo, para defender el arte de la sátira, que siempre ha sido una fuerza de libertad, y en contra de la tiranía, la deshonestidad y la estupidez. "Respeto para la religión" se ha convertido en código para querer decir "miedo a la religión". Las religiones, como cualquier otra idea, merecen crítica, sátira y, sí, nuestra falta de respeto sin miedo".
En ese aspecto, Rushdie ha abogado también por una renovación del Islam. En una columna de opinión en 2005, publicada por The Times y The Washington Post, afirmaba que "lo que se necesita es superar la tradición, y nada menos que un movimiento de reforma que traiga los conceptos básicos del Islam a la edad moderna, una Reforma Musulmana que combata no sólo a los ideólogos yihadistas, pero también los seminarios polvorientos y rígidos de los tradicionalistas, abriendo de par en par las ventanas para que entre un aire fresco muy necesario".
Rushdie vivió hasta 1998 prácticamente escondido y bajo protección del gobierno británico, sobre todo tras un intento de asesinato que sufrió en agosto de 1989. En 2010, Al-Qaeda lo incluyó en una lista de objetivos para sus seguidores. A pesar de todo esto, el escritor se ha mantenido activo apoyando diferentes causas políticas. Es un defensor del control de armas en Estados Unidos y fue de los que pidieron el "no" en el referéndum del Brexit.
Imagen | Fronteiras do Pensamento y web oficial