Quizá gracias y no a pesar de su extravagante personalidad, Elon Musk se ha convertido en uno de los empresarios más audaces del siglo XXI. Su firma se imprime sobre una miriada de proyectos de corte futurista que en el corto plazo aspiran a ganar millones y millones de dólares, pero que en el largo aspiran a resolver algunos de los problemas más acuciantes de la humanidad. Lo llamativo de Musk no es tanto el carácter idealista de sus proyectos como que... Los pone en práctica.
Aunque no siempre con excelente resultado (un fuerte abrazo para The Boring Company), las empresas financiadas o ideadas por Musk están tomando la delantera en sectores tan dispares como la privatización de los viajes cósmicos o la homogeneización de los coches eléctricos. Es aquí donde sus logros acaso son más resonantes. Tesla fue un proyecto que se adelantó a las tendencias del futuro. Y gracias a ello es hoy el fabricante de vehículos eléctricos más exitoso del planeta. Sus cifras son incomparables: en 2020 colocó casi 500.000 coches en todo el mundo.
El siguiente fabricante por volumen de EVs, Volkswagen, no le llega ni a la mitad (220.000). A partir de ahí las diferencias son aún más grandes: BYD no supera los 180.000; BMW, los 163.000; Renault, los 124.000, etcétera.
La base de su dominio se asienta sobre su más económico, el Tesla Model 3, la gran esperanza de una producción en masa y para un público generalista de Musk. Aunque aún está lejos de conseguirlo (los modelos más baratos sobrepasan los 40.000€), es innegable que el aire tecnológico, deportivo y aspiracional de Tesla ha embaucado al mercado global. El fabricante vendió unos 365.000 Model 3 al cabo de 2020, casi cuadriplicando al siguiente EV utilitario europeo, el Renault Zoe (100.000).
Siendo el coche eléctrico aún un lujo para compradores con bastante presupuesto, el posicionamiento de alta gama de Tesla, sus prestaciones y el aire deportivo de sus coches le ha permitido ascender al primer escalón de preferencias entre los potenciales consumidores. Cuando alguien piensa en el mejor coche eléctrico posible suele pensar en un Tesla, por más que el dinero no le alcance. Es su principal barrera de entrada. Pero no es la misma en todos los países del mundo. Los hay donde hacerse con uno es comparativamente más barato que en otros.
Lo ilustran estos gráficos elaborados por Budget Direct. Basados en los propios precios de venta ofrecidos por Tesla en su página web y por otros agregadores de datos, los mapas ponen de relieve las disparidades de precio geográficas en todos sus modelos, desde el Model X (generalmente el más caro) hasta el Model 3 (siempre el más barato). Entre medias se ubican el Model S y el Model Y. El ejercicio es significativo porque en Europa un consumidor ávido de Tesla podría ahorrarse un puñado de miles de euros cruzando al otro lado de la frontera.
Cuánto dinero de tu sueldo mensual tendrías que desembolsar para acceder a un Tesla (precio medio).
Por ejemplo, y retomando el ejemplo del Model 3, en España los potenciales compradores tendrían que desembolsar a día de hoy 47.000€. Un vistazo alrededor de la península ofrece resultados de búsqueda bastante más atractivos: en Francia el precio cae a los 45.000€; en Alemania se desploma hasta los 43.000€; mientras que en Rumanía se marcha a los 39.000€. Todos ellos resultan más económicos que el mercado sueco, donde el Model 3 se marcha a los 53.000€, una diferencia de casi 14.000€ con, por ejemplo, Hungría. Lo mismo sucede con el resto de modelos.
En términos agregados, lo relevante no es tanto cuánto cuesta un Tesla en cada país... Sino en qué escala se coloca su precio medio en relación al salario mediano de sus habitantes. Para un español medio, por ejemplo, se situaría un 327% de sus ganancia mensuales. El porcentaje disminuye al 237,5% en Francia; al 198% en Suecia; y al 104,7% en Noruega, parcial explicación a su alucinante popularidad (los EV son ya más del 50% de su cuota de mercado). En Marruecos está un 4.800% por encima; en la India, un 8.600%; mientras que en Estados Unidos apenas un 110%.
Hay varias explicaciones al fenómeno. Por un lado los costes de producción, transporte y distribución. Hay un motivo por el que Estados Unidos ofrece los modelos de Tesla más baratos de todo el planeta: porque los fabrica allí, hundiendo el gasto de la cadena logística. Por otro, las estrategias comerciales de la empresa. China ofrece el Model 3 más económico (poco más de 30.000€) porque Tesla está intentando romper su potente mercado de vehículos eléctricos. Es algo que no sucede con otros modelos, como el S, más caro que en el resto de Europa.
En un mundo globalizado, este tipo de estrategias pueden ser beneficiosas también para el consumidor informado. Esto es algo especialmente en regiones donde muchos países aglutinan diferentes precios en muy pocos kilómetros cuadrados, como Europa. Si se tiene el tiempo y la voluntad suficiente, es posible recorrer medio continente para rebajar el precio de un Model 3 casi un 10% (mimetizando unos patrones de consumo geográficos muy comunes entre los concesionarios nacionales, aunque limitados a la movilidad entre provincias o comunidades autónomas).
Aquí os dejamos los mapas para que podáis explorar las disparidades de precios vosotros mismos.
