¿Qué tendrán las grandes instituciones del establishment que, cuando se ponen a promulgar cambios en los hábitos diarios que suponen una merma para el confort de los individuos, pone a multitudes en su contra?
Dúchate con agua fría. Esta ha sido la última recomendación, ya viral, defendida por el Foro Económico Mundial en sus redes sociales. Aquellos individuos que lo hacen se cogen de media un 29% menos días de baja por enfermedad al año, lo que supone un claro beneficio para todos, aunque sobre todo para los empleadores. “Empezar la mañana con una ducha helada puede que sea una forma bastante desagradable de empezar al día”, concede la investigadora a cargo del post republicado en la web de la organización, pero aún así, considera que hay motivos más que suficientes para entregarse a ellas.
People who have regular cold showers take 29% fewer days off work.
— World Economic Forum (@wef) October 31, 2021
Read more about the cool benefits of cold showers: https://t.co/VZN1bRLdXl pic.twitter.com/XJePpWImo5
La gente no está muy por la labor, como te puedes imaginar. Hay miles de respuestas al tuit original, pero tal vez la más tajante a la par que elocuente es la de Dani: “¿Sabes quién se va a duchar con agua fría? Exacto, tu p*** madre”. Hay chanza, pero sobre todo enfado: ¿por qué nos dicen lo que tenemos que hacer millonarios globalistas de Rolls Royce en la puerta”? ¿Por qué todas las recomendaciones que nos hacen desde foros así dan la impresión de englobarse en el “come peor, vive peor, renuncia a la civilización”?
La microdirección de tu vida. “Toma duchas de agua fría, come insectos, gasta menos, renuncia al coche y al avión”. Por aquí han pasado desde la ONU hasta El País, grandes altavoces y centros de influencia que, en su deseo por promover cambios sociales que a la larga pueden ser buenas para el conjunto de la sociedad, acaban convirtiéndose en una suerte de Señorita Rottenmeier, autoridades severas que sólo parece que están ahí para regañar y darte con el palo olvidándose de la zanahoria.
No importa que el mismo FEM tenga varios artículos donde defiendan beneficios para el empleado frente a los intereses de sus patrones, o que, en sus listas de acciones climáticas, citen habitualmente soluciones que deben pasar por las corporaciones y no por los ciudadanos. Estos vídeos hacen calar en la opinión pública la idea de que hay una desigualdad en el trato, donde se persigue desproporcionadamente al pobre y pequeño consumidor y se deja operar impunemente al pez grande.
Desilusión. Justo esta misma semana se ha visibilizado la existencia de una especie de reaccionarismo al cambio climático que puede ser fatal a nivel político para el futuro apoyo popular a la lucha ecologista. Como sabemos, y para cumplir los objetivos del Acuerdo de París, se vienen medidas que tendrán una importante merma en la calidad de vida de los ciudadanos de los países desarrollados. Hay ciertas corrientes negacionistas como el de este vídeo de Dalas o fatalistas como el de este hilo que logran gran resonancia pública y con los que se defiende que el margen de maniobra de los individuos para paliar la crisis climática es mínimo (lo cual no es cierto). Música para los oídos de los que no quieren abandonar el coche o comer menos carne, pero es que, si en la misma semana tenemos al FEM diciéndonos esto mientras vemos que muchos conferenciantes de la cumbre del COP26 han ido a dar charlas en sus jet privados, se comprende ese deseo inmovilista.
Bueno, ¿pero ducharse con agua fría tiene beneficios? La cosa es que sí, podría ser muy bueno para nuestra propia salud. El estudio neerlandés que citan muestra que la gente que se duchó al menos los últimos 30 segundos del baño con agua fría enfermaron menos que los que lo hacían sólo con agua caliente. La hipótesis es que la estimulación de la producción de la noradrenalina robustece tu sistema inmune, y culturas de todo tipo a lo largo de la historia han incitado a sus jóvenes a lavarse con agua helada.
