El testículo vacío: un deprimente viaje por los huevos cada vez más estériles del hombre occidental

El testículo vacío: un deprimente viaje por los huevos cada vez más estériles del hombre occidental
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Os presento a Mato. Es un tipo clásico, de los de antes. Un agente comercial acostumbrado a viajar y a competir contra otros agentes comerciales. Vive en un mundo donde llegar el primero es todo, obsesionado por el trabajo y un ritmo de vida agotador. Epidídimo, su pueblo, es el típico pueblo envejecido. Antaño, en los años sesenta estaba lleno de gente; pero conforme el país se fue industrializando, se ha ido quedando vacío.

Mato es un espermatozoide y sí, se está quedando solo.

La calidad del semen se ha desplomado

Al menos eso dice un estudio que acaba de publicar Human Reproduction Update en el que un equipo internacional de investigadores analizó 185 estudios que sumaban 43.000 hombres de EEUU, Australia, Nueva Zelanda y Europa. Entre 1975 y 2011, la concentración de espermatozoides en el semen ha caído un 52,4%. Eso es, efectivamente, más de la mitad.

Captura

Al ser una revisión sistemática (es decir, una recopilación de toda la investigación sobre el tema) no podemos decir que sea una sorpresa. Lo que sí podemos decir es que el descenso en la cantidad y la calidad de los espermatozoides es preocupante.

En los últimos 40 años la calidad del semen se ha desplomado en los países del primer mundo

Los investigadores señalan directamente a los "compuestos químicos" (que hacen las veces de disruptores endocrinos) como causantes del problema. Esto, a diferencia del declive del esperma, está muy lejos de estar claro. En realidad, no tenemos ni idea de qué causa este problema. Ninguna.

Los primeros estudios que señalaban este problema se empezaron a publicar hace más de 25 años y como explicaba uno de los autores a The Guardian "los resultados son muy impresionantes. Es el clásico problema enorme de salud pública que pasa bajo el radar".

¿Qué está pasando?

Joshua Allwood 285692

Ciertamente, es un problema poco estudiado. Y cuando nos ponemos a cartografiar las posibles causas vemos que hay muchos indicios, pero pocas pruebas sólidas: hay estudios que los vinculan con el sobrepeso, el tabaco, el sedentarismo o la exposición de las embarazadas a químicos problemáticos.

También hay quien sugiere que es el resultado natural del proceso de 'pacificación de las costumbres' (y la disminución de los niveles de testosterona). Esta disminución no parece depender de la edad, sino del contexto: el hecho de que las sociedades sean más pacíficas, más tranquilas y más igualitarias se canaliza también cambiando la bioquímica de sus ciudadanos.

De hecho, apuntan algunos investigadores, "es un proceso inevitable" vinculado al descenso de la violencia. Y otros lamentan esa, según ellos, 'feminización del hombre' como si de una Arcadia feliz se tratase. Pero, como digo, aún no sabemos con claridad qué ocurre y de nada sirve caer en sentimentalismos extraños. Esa es la principal contribución del estudio que acaba de publicarse: establecer que hay un problema y que tenemos que empezar a pensar en él.

Imágenes | Mattheu Dix - Unsplash

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