Hay escasez de vacunas contra la Covid. ¿Por qué? Porque los países ricos están acaparando todas

Vacuna Sudáfrica.
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Europa se sitúa estas semanas en el centro de la última ola del Covid, la sexta, con casi un millón de nuevas infecciones cada dos días y representando casi dos tercios de los nuevos contagios en todo el mundo. La situación no pinta nada bien. Y la solución más desesperada por la que están optando ahora mismo los países es administrar una tercera vacuna, las llamadas dosis de refuerzo.

Sin embargo, con dicha estrategia estamos pasando por alto la situación de las naciones más empobrecidas, donde el porcentaje de vacunados es muy escaso. Y el mundo ya prevé un déficit de inyecciones para el próximo año.

Crisis de vacunas. El mundo enfrentará un déficit de 3.000 millones de vacunas contra el Covid a principios del próximo año si las naciones más ricas refuerzan "agresivamente" a los adultos y abren la inmunización a los niños, lo que obstaculiza aún más la implementación de inyecciones en las naciones más pobres. Es la última advertencia de la Organización Mundial de la Salud. Una situación peliaguda porque también se trata de un esfuerzo de los países desarrollados por defenderse de ómicron, la variante preocupante de Covid identificada en el sur de África el mes pasado.

Y esto supone un problema, ya que sólo alrededor del 7% de las personas que viven en países de bajos ingresos han recibido al menos una dosis de cualquier inyección. Y 98 países, aproximadamente la mitad de los de todo el mundo, no han inmunizado al 40% de su población.

¿Sirven los programas de refuerzo? Para algunos. Ya son aproximadamente 120 países los que han iniciado programas de refuerzo, entre ellos España, y 30 están vacunando a niños. Los primeros datos muestran que los potenciadores BioNTech / Pfizer podrían aumentar la protección contra ómicron. De hecho, el Reino Unido ha dicho que su objetivo es ofrecer una dosis de refuerzo a todas las personas mayores de 18 para fin de año. ¿Quién sale mal parado de todo esto? África, que está siendo castigada por las naciones más ricas en la batalla de Covid. Si los países más ricos amplían sus programas de refuerzo a todos los ciudadanos, la oferta allí continúa siendo muy escasa.

Y lo catastrófico es que los contagios que se originan allí tienen su eco después en países europeos o Estados Unidos, como ha ocurrido con la variante ómicron. Lo que pone de relieve aún más la necesidad de que la pandemia no terminará si el resto del mundo no se vacuna. Que esto no es cosa de unos cuantos, y menos en un mundo tan globalizado.

El resultado: 200.000 personas contagiadas en un día. La Sanidad de Reino Unido revelaba hace unos días que unas 200.000 personas del país británico habían sido infectadas con la variante ómicron en un solo día. Y que, si los contagios continúan duplicándose cada 2,5 días, habrá un millón de personas infectadas la próxima semana.

Incluso la cifra de 200.000, que se basa en el modelo de UKHSA, podría ser una subestimación. Los casos están aumentando más rápidamente en grandes ciudades como Londres, donde se han más que duplicado en la última semana y ahora están aumentando a más del 10% cada día. Los motivos son bastante obvios: el crecimiento está siendo impulsado por adultos jóvenes (los casos entre personas de 20 a 34 años aumentan un 15% todos los días) y esas ciudades recibe más viajantes procedentes de Sudáfrica, por lo que las importaciones se realizaron primero allí.

Tampoco quieren vacunarse. En Sudáfrica no solo existe un problema de acceso a las vacunas, sino de miedo generalizado a unos supuestos efectos adversos de la inmunización, a pesar de todas las campañas y los esfuerzos de las autoridades para explicar que se trata de un medicamento perfectamente seguro. Con una media de 3.000 nuevos contagios al día (en la última semana los casos positivos han pasado de 2,3% a 9,8% de las pruebas realizadas), la estrategia es que sea la responsabilidad individual, y no las restricciones, la que ayude a reducir los efectos de la cuarta ola, en la que está previsto que se entre durante el mes de diciembre.

También se baraja seriamente que la vacuna sea obligatoria para entrar en locales públicos o para realizar ciertas actividades sociales. "Vacunarse es un acto de solidaridad. La sociedad ha tenido tiempo suficiente para vacunarse, ha habido un número elevado de campañas de información… Es el momento de actuar, hay que hacerlo", explicaba Matthew Parks, portavoz del Congreso de Sindicatos Sudafricanos.

Lo que le espera a Europa. España ya ha detectado hasta 38 casos de ómicron, según consta en el último informe de la situación epidemiológica del Ministerio de Sanidad. Al menos 19 contagios de la nueva variante no están vinculados a viajes y esto muestra que el virus ya está circulando de forma comunitaria entre la población. Y los otros 17 contagios corresponden a viajeros procedentes de Sudáfrica o a sus contactos estrechos. Se prevé que el número de contagios, las hospitalizaciones y la mortalidad por Covid crecerá en las próximas semanas en Europa, según el Centro Europeo para el Control de Enfermedades.

En Portugal crecen los contagios, pero el Gobierno descarta imponer la vacunación obligatoria o la restricción de vuelos dada la alta tasa de inoculados. Pero esta semana han cerrado ya los clubs nocturnos en Francia y está prohibido bailar en cualquier local. En Alemania se confirma una tendencia al alza en el número de decesos, 484 en las últimas 24 horas y Austria ha visto un confinamiento. Algunos estados de EEUU han reintroducido la mascarilla en los lugares públicos. De nada servirán estas medidas si al otro lado del mundo los esfuerzos son mínimos. En esta batalla hay que luchar todos a una.

Imagen: Shiraaz Mohamed (GTRES)

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