“Nadie dice que tenga que ser necesariamente producto de una civilización alienígena, pero desde luego el fenómeno merece ser estudiado”. Esto es lo que han informado ayer mismo en su página web varios miembros del SETI, un organismo que busca vida inteligente más allá de nuestro planeta. Según los investigadores del grupo Centauri Dreams, la anómala señal se detectó por primera vez el septiembre del año pasado Por el radiotelescopio RATAN-600 en Zelenchukskaya, Rusia, y desde entonces ha seguido aumentando el interés en sus investigaciones.
Los del observatorio ruso lo describieron entonces como “una fuerte señal en dirección HD164595”, proveniente de un sistema planetario de la constelación de Hércules. Al ver sus extraños resultados, la señal será contrastada de nuevo por telescopios en California y Panamá en el futuro, y también se discutirá la importancia de la señal en el Congreso Internacional de Astronáutica del próximo mes en México. "Si se tratara de una señal centrada en nuestro sistema solar, sería de una potencia equivalente a una civilización de Tipo II Kardashev", indica N. N. Brusilov, líder del grupo de astrónomos que ha dado a conocer la noticia.
Esta pinta tenía la señal de radio en dirección a HD164595 el año pasado.
Para entendernos, la escala de Kardashev es una forma de medir el avance tecnológico de una sociedad en base a la cantidad de energía que tiene a su disposición. Las de Tipo I deberían ser capaces de aprovechar toda la energía disponible a partir de una estrella cercana, recolectándola y almacenándola para satisfacer las demandas de la población (¡hola, viajes interestelares!).
Las de Tipo II, como la detectada ahora, pueden aprovechar totalmente el poder de su estrella. Las que pertenecen al grupo del Tipo III son las que han sido capaces de dominar todo lo relacionado a la energía. Nosotros no llegaríamos a quedar recogidos en el grupo I, seguiríamos en el 0 (aunque según las previsiones de Michio Kaku, en 100 años estaríamos listos para entrar en la categoría I).
Así que sí, la estrella de la que proviene la señal tiene unos 4.500 millones de años, está a 94 años luz, tiene unas condiciones químicas muy similares a nuestro Sol y cuenta con un exoplaneta con 16 veces la masa de la Tierra, que la orbita cada 40 días. Los científicos calculan que tiene un potencial para poseer vida inteligente y, por tanto, haber hecho sus cálculos para dirigir la señal a un planeta que saben habitado por otras criaturas racionales.
Otro problema es el, de momento, escueto análisis que se ha realizado sobre la señal. A más tiempo la investiguen, más podrán clarificar si se trata de un patrón matemático explicable por otros motivos.
Y a eso se van a dedicar ahora, a dilucidar si la señal es realmente lo que parece ser o si hay que descartar que se trate de un mensaje inteligente por haber mayor probabilidad de acierto apoyándose en otras teorías.
Otras hipótesis que ya están ofreciendo otros científicos a esta anómala señal:
Ruido causado por la microlente gravitacional.
Que la señal venga distorsionada por otros objetos aún no descubiertos (como ya ha pasado más veces).
Hipótesis que nos gustaría que se confirmase:
