La humanidad lleva décadas contándose un error. La célebre tabla de multiplicar del siete para calcular la edad de los perros no es fiable. Un estudio reciente lo pone de manifiesto: pese a que existen numerosas coincidencias entre nuestros procesos de envejecimiento, los perros llegan a la adolescencia y a la edad adulta en un intervalo de tiempo más corto, para después envejecer con más lentitud. Se hacen mayores antes.
Veamos por qué.
Falso mito. El estudio en cuestión, publicado por la revista Science, evidencia hasta qué punto el cálculo matemático de la edad canina es más complejo que la tabla de multiplicar. El método ha sido elaborado por un grupo de investigadores de la Universidad de San Diego, interesados en las distintas modificaciones genéticas que surgen en perros y humanos conforme envejecen. La clave reside en la metilación.
Técnica. Explicado brevemente, la metilación es un mecanismo "epigenético" consistente añadir un "grupo metilo", una molécula compuesta por un átomo de carbono y tres átomos de hidrógeno, al ADC de un mamífero cualquiera. El proceso modifica la actividad de un segmento de ADN si alterar el ADN en sí mismo. Y su resultado es muy útil para conocer tanto nuestro "reloj epigenético" como el de los perros. O traducido de forma sencilla: la edad real de unos y otros.
La prueba. Los autores del experimento escogieron a un labrador para su comparación. Resulta que tan fiel raza animal cuenta con un proceso de metilación similar al de los humanos, de tal modo que permite observar ritmos y procesos de envejecimiento muy parejos en algunas zonas del genoma. Esto fue especialmente evidente cuando se comparaban a sujetos (caninos y humanos) del mismo rango de edad. Comparados los mecanismos de envejecimiento, llegaron a la siguiente ecuación:
edad humana = 16 In (edad del perro) + 31.
Si tenemos en cuenta que "In" es el logaritmo natural de la edad del perro, este parámetro es lo primero a calcular y puede hacerse en esta calculadora. Una vez lo hemos, se multiplica por 16 y a ese resultado le sumamos 31. Por ejemplo, para un perro de 5 años el logaritmo natural resulta de multiplicar 1.6094 por 16, lo que equivale a 25,75. Si a esta cifra le sumamos 31, la edad humana para un perro de cinco años se sitúa en los 56 años.
Coincidencias. Uno de los puntos en común entre labradores y humanos es su esperanza de vida. Los primeros suelen vivir de media 12 años, unos 70 años humanos. Del mismo modo, a un cachorro le nacen sus primeros dientes a las siete semanas de vida, lo que equivale a los 9 meses de un bebé humano. La fórmula ilustra cómo los datos de la metilación son coincidentes en las etapas de crecimiento y envejecimiento. La única diferencia es que en los canes las etapas de pubertad se dan a velocidad avanzada
De ahí que un perro de tan solo cinco años ya haya alcanzado la madurez humana.
Otras razas. Debido a que la esperanza de vida de la gran mayoría de los perros se sitúa en torno a los 12 años, el ejemplo del labrador sirve para calcular la edad de otras razas. Sin embargo, teniendo en cuenta que los chihuahuas viven entre 18 y 20 años y el caniche o el shih tzu rondan también los 18, esta fórmula no es del todo exacta para calcular su equivalencia en años humanos.
Imagen: Cheegs/Unsplash
