Llevamos muchos años diciendo que los juegos pueden ser herramientas muy potentes e incluso revolucionarias. Pero lo decimos como si fuera un trámite obligado, sin creérnoslo del todo y, por supuesto, sin apostar por ellos.
¿Pero qué pasaría si de repente un videojuego fuera lo mejor que le ha pasado a miles de personas con depresión, ansiedad o distintos tipos de fobias? ¿Qué pasaría si ya estuviera pasando eso? Es hora de enterrar para siempre aquello de que los videojuegos son cosa de niños, adolescentes y frikis, Pokemon Go no sólo está siendo un fenómeno social, sino que puede ser lo que nos hacía falta para cambiar todo lo que hacemos en salud mental.
"Está haciendo más por mí que cualquier cosa que me hay recetado mi psiquiatra"
Ari es usuaria de Tumblr y tiene 18 años. Vive en Orlando, Florida y desde hace tiempo arrastra problemas de depresión y ansiedad, dos condiciones que usualmente funcionan como vasos comunicantes. En los últimos tres años, se ha convertido en una especialista en evitar salir de casa más que lo estrictamente necesario.
Pero "tan pronto como conseguí Pokemon Go fui capaz de salir de casa y caminar fuera durante horas. Y de repente sentí que disfrutaba", explicaba a BuzzFeed.
No es un caso aislado. Desde el lanzamiento de Pokémon Go están surgiendo distintos testimonios de personas explicando que el juego, inesperadamente, les ha ayudado con su salud mental.
Cosas como "#PokemonGO va a hacer maravillas por mi salud mental dándome una razón para que salga a la calle por fin", "Hace poco pasé unos momentos malos pero hoy he pillado Pokemon Go, he pasado el día explorando y ha sido genial" y mucho más.
Real talk - as someone with anxiety/depression, the fact that I've spent most of this weekend outside with friends is unreal. #PokemonGo
— HiRez David (@uglycatlady) July 10, 2016
#PokemonGo has already been a better treatment for my depression than anything my doctor prescribed or therapist recommended
— Jesseanne Pope (@gleefullyhello) July 11, 2016
#PokemonGO is gunna cure my social anxiety. Everyone has been so nice. People are not as scary as originally perceived.
— Captain Naomi (@CptNaomi) July 11, 2016
#PokemonGO this is actually making me want to leave my room and interact with people finally after years of depression I love this so much
— Amy (@amyxplier) July 10, 2016
Took another 4 mile walk and talked to 4 people along the way. #PokémonGo may solve obesity and social anxiety in one app.
— Allan (@AllanTries) July 10, 2016
¿Y sabéis qué? Tiene todo el sentido del mundo.
¿Qué es Pokémon Go?
Antes que nada, Pokemon Go es un juego. Un juego que se basa en realidad aumentada y geolocalización para convertir nuestro barrio en un terreno de juego. En él, paseando por el vecindario, podemos encontrar pokemons que cazar y localizar a otros jugadores con los que poder jugar.
Ha sido un bombazo. Pero un bombazo absoluto. Durante estos días, las búsquedas relacionadas con el juego han superado a cualquier otro tipo de búsquedas y Nintendo se ha disparado en la bolsa. Pero, además de la locura que se ha despertado, una de las cosas más interesantes es esto que comentábamos, que de forma inesperada el juego está ayudando a muchas personas a salir de sus casas y vencer sus ansiedades sociales, sus fobias y sus depresiones.
Unos monstruos llamados depresión y ansiedad
Uno de los tratamientos más eficaces contra los trastornos emocionales en general (una categoría que incluye cosas como la depresión, la agorafobia o la ansiedad) es la 'activación conductual'. Se basa en una premisa tan sencilla como revolucionaria: más allá de cómo se generen los trastornos, una de sus características más importantes es que (ya sea mediante la inactividad o la evitación) nos alejan progresivamente de las cosas que nos gustan y nos hacen estar bien.
En el fondo, estos trastornos son 'estados' que impiden a las emociones adaptarse a la realidad. Y en esa desorientación emocional, los mismos esfuerzos que realizamos para evitar la tristeza, el miedo y el malestar son los que nos impiden relacionarnos con cosas que nos producen felicidad, seguridad y gozo.
Por tanto, una de las claves fundamentales para superar este tipo de problemas es conseguir que nuestra vida deje de estar controlada por nuestro estado de ánimo y que empiece a estar controlada por nuestros objetivos y planes. Es más fácil decirlo que hacerlo, claro. Los trastornos emocionales nos atrapan y funcionan como cárceles en potencia. No basta con decirle a alguien con depresión que se mueva, no basta con sugerir a una persona con ansiedad que se tranquilice.
El mundo, aunque a veces se nos olvide, está lleno de cosas maravillosas (cosas que los psicólogos llamamos 'intrínsecamente gratificantes') y que nos ayudan a soportar las cosas malas de la vida. El jamón serrano, por ejemplo. Los trastornos emocionales al hacernos huir y encerrarnos para no enfrentarnos a las cosas malas, nos impiden disfrutar de las buenas.
Por eso, Pokemon Go es algo tan rematadamente genial. En su propia lógica, obliga a los usuarios a salir, a buscar las cosas buenas y a suspender, por un momento, los miedos y ansiedades que los tienen lejos del mundo.
Un juego para cambiarnos la vida
La gamificación, esa idea de aplicar principios e ideas de los juegos a cosas 'serias', lleva años entre nosotros. No creo que haya mucha gente que niegue que es un enfoque muy interesante que permite crear sistemas de incentivos con relativa facilidad. Pero seamos sinceros, la dura realidad es que diseñar incentivos (o reforzadores, como los llamamos los psicólogos) es algo tela de complejo.
Las personas que se han dedicado a crear apps para la depresión y la ansiedad ya lo saben. También saben que la inmensa mayoría han sido un completo fracaso. Y lo han sido porque, como ocurre a veces en el sexo, uno se obsesiona tanto con el orgasmo que se olvida de disfrutar del resto de las cosas que ocurren en la cama.
Si nos centramos en ser demasiado serios, el juego sencillamente no funciona. Se convierte en otra losa insufrible más y pierde todo su sentido. Llevamos bastantes años pensado que los juegos podían ser herramientas potentísimas para educar, sanar y cuidar a las personas. Y lo son. Pokemon Go nos lo está dejando claro. Pero no debemos olvidar que para eso deben de emocionarnos, engancharnos y fascinarnos: deben ser juegos de verdad y no meras excusas.
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