¿De qué está hecha tu ropa? Del sufrimiento del pueblo uigur

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La imagen de los niños cosiendo balones ha desaparecido de nuestro imaginario, pero no de la realidad de la industria textil.

Instituciones tan creíbles como Associated Press, Axios, Wall Street Journal y medios australianos, entre otros, han conducido un reciente estudio publicado y difundido el mes pasado por más de 180 organizaciones por los derechos humanos. Señalan que, según sus análisis, las siguientes marcas se han beneficiado de la mano de obra esclava uigur: Adidas, C&A, Amazon, H&M, IKEA, Calvin Klein, Muji, Nike, Puma, Uniqlo, Victoria’s Secret, Tommy Hilfiger, Zara y decenas de marcas más.

¿Qué alegan los denunciantes? Que todos estos mayoristas de la moda son cómplices de las violaciones de los derechos humanos y el trabajo forzoso que se perpetran contra millones de personas uigures en la región de Xinjiang, a el noroeste de China. El país es el principal exportador de algodón del mundo, y el 84% de su producción nacional proviene de Xinjiang, donde se encuentran los campos de reeducación para uigures. Los investigadores sostienen que están “virtualmente convencidos” de que al menos una de cada cinco piezas de algodón vendidas en todo el mundo provienen de mano de obra esclava y espacios en los que se perpetran violaciones de los derechos humanos.

¿Y qué sucede con esta población? Se trata de un conjunto de grupos étnicos de las regiones del noroeste de China, principalmente en la Región Autónoma Uigur de Sinkiang. Han mostrado tradicionalmente oposición al gobierno chino, dado que el país se incorporó el territorio hace poco más de un siglo. En los años 40 hubo terrorismo independentista y desde entonces el Partido ha ido presionando culturalmente a la región hasta desembocar en la situación actual, en la que 1.8 millones de personas, especialmente los uigures musulmanes, son retenidos en campos de reeducación denunciados por decenas de instituciones y documentos del Partido filtrados, aunque Pekín siempre niega todos los hechos. Aunque no se puede hablar de genocidio, sí de una brutal limpieza cultural y étnica.

Las marcas se defienden: al ser interpeladas algunas de las compañías señaladas han respondido. H&M e IKEA han asegurado (como seguramente ocurrirá con la mayoría) que no tenían constancia directa de que estaban sucediendo estos hechos, ya que trabajan en la zona mediante intermediarios. Ambas compañías han asegurado que dejarán de comprar material de Xinjiang. Adidas contradice a los periodistas y niega que reciba algodón de esta región. Muji y Uniqlo aseguran que, aunque sí compran a Xinjiang, han llevado auditorías que les aseguran de que la mano de obra no es esclava.

Una canción que no es nueva: también el año pasado otra investigación llevada a cabo por un programa de ABC aseguraba que había encontrado evidencias del abuso de los uigures en fábricas que proveían a IKEA y H&M, entre otras. En este caso las empresas negaron todos los hechos.

Por qué el conflicto uigur seguirá dando vueltas mucho tiempo: en los tiempos recientes países como Reino Unido y especialmente Estados Unidos están presionando para meter este tema en la agenda internacional. El año pasado una veintena de países, entre los que se encontraba España, enviaron una carta a la ONU pidiendo por el fin del hostigamiento. Pero a día de hoy los países aliados con China a este respecto son más numerosos, con territorios como Rusia o Arabia Saudí apoyando las “medidas antiterroristas y desradicalizadoras” llevadas a cabo por Xi Jinping.

Foto: Kashgar.

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