A la pregunta sobre qué hace un portátil en una obra de arte griega del año 100 a.C., sólo podemos responder con otra: ¿por qué alguien quiere hacerle creer al resto que algo así es posible? Básicamente debido a dos cosas que molan: las conspiranoias y los viajes en el tiempo. La idea de que en la Grecia de hace veinte siglos hubiera gente toqueteando trastos tecnológicamente avanzados hace explotar nuestra imaginación.
Sabemos que no es posible, entre otras cosas por aquello que dicen algunos de que, si en algún momento de nuestra historia vamos a inventar la máquina del tiempo, ¿cómo es que no ha venido nadie del futuro a contárnoslo? O a aniquilarnos. Paradojas a un lado, y dejando los condensadores de fluzo para otro día, ¿qué es lo que está tocando entonces esa mujer de la escultura?
Según la descripción que figura en la ficha del Getty, el museo donde está expuesta esta obra, "la mujer alcanza a tocar la tapa de un pequeño cofre de poca profundidad sujetado por una sirvienta".
El origen de la teoría conspiranoica
El siguiente vídeo fue subido a YouTube por el usuario StillSpeakingOut hace año y medio, y por alguna razón ha estado ganando atención durante los últimos días. En él explica su particular teoría sobre la escultura 'Grave Naiskos of an Enthroned Woman with an Attendant':
Dejando a un lado esa musiquita y ese tono de voz, lo que viene a dar a entender StillSpeakingOut es que el objeto sujetado por la sirvienta es demasiado poco profundo y estrecho como para ser un joyero. Tampoco se ajusta a la definición de la Caja de Pandora, asegura nuestro querido conspiranoico, y además se parece demasiado a un portátil. ¡Si hasta tiene un par de puertos USB!
Muy bueno también el paralelismo entre ese supuesto ordenador portátil de la Grecia antigua y el Oráculo de Delfos, un lugar al que los sacerdotes acudían para “conectar con los dioses y obtener información avanzada sobre distintos temas”. Es fácil imaginarlos a todos corriendo hacia el Santuario de Delfos para revisar el correo en uno de los terminales a su disposición y hacer cuatro o cinco consultas en Google con las que impresionar al pueblo más tarde.
El arte funerario griego
Retomando la descripción del relieve que figura de forma oficial en el Getty, la mujer de la derecha representa a una fallecida que probablemente formó parte de una familia acaudalada y bien posicionada. En el arte funerario griego es muy habitual encontrar representaciones de personas fallecidas alcanzando objetos sujetados por sirvientes en lo que podría simbolizar la esperanza de disfrutar de los placeres de la vida desde el más allá.
En referencia a la teoría de StillSpeakingOut, la arqueóloga Dorothy Lobel King ha asegurado en Discovery News que “la afirmación es ridícula, se ve claramente que es una caja”. Y no sólo eso: considera que el reclamo es tan idiota que ni siquiera merece contestación. Y acaba con esta perla: “cualquier viajero del tiempo sabría que los portátiles necesitan electricidad, y los griegos no tenían enchufes”.
Janet Burnett Grossman, autora de ‘Greek Funerary Sculpture: Catalogue of the Collections at the Getty Villa’, describe a la mujer del relieve alcanzando a tocar “la tapa de una caja plana abierta o un espejo sujetado por una chica situada delante suyo. Esa pose es similar a la vista en varios monumentos de Delos”.
¿Y los agujeros? Si fuera un portátil serían los puertos USB, sí (bueno, siendo quisquillosos... no, porque en realidad son rectangulares), pero en este caso se trata de algo bastante común en esculturas de mármol. Por lo general estos orificios se usan para sujetar otros objetos que pueden estar tallados en madera o algún otro material perecedero, tal y como apunta Kristina Killgrove en Forbes. También podría tratarse de alguna pieza faltante, ya que este relieve en concreto ha sido retocado con el paso del tiempo, o un simple error en caso de tratarse de una réplica.
Más pruebas sobre viajes en el tiempo que no han sucedido
Demontada en Science Alert.
Más información en Techeblog.
Desmontada en Salamanca.com.
Más información en Museums and the Web.
Y uno de los mejores casos para finalizar: el de la señora que parecía ir hablando por un móvil en el año 1928 durante el estreno de la película 'El Circo' de Charlie Chaplin.
Resultó ser un amplificador de sonido fabricado por Siemens en 1924: