No es como si el mundo fuese a quedarse sin objetos que vender. Siempre podrás bajar a la librería o el centro comercial y coger cualquier cosa de sus estantes. Pero imagina que fueras una de esas personas meticulosas y calculadoras, que sólo quiere comprar y regalar el producto exacto.
Si ese es tu caso, ya hay algunos medios de recomendaciones que te instan a que pienses en adelantar tus compras de Navidad un poco antes. Si a principios de año la esperanza era que los cuellos de botella que obstaculizaban la cadena de suministro global en 2020 se hubieran despejado, lo que ha ocurrido es lo contrario: está yendo a más y la temporada navideña está en riesgo en todo el planeta.
La escasez de contenedores afectará a muchos: en este artículo Bloomberg habla con los fabricantes chinos de juguetes. “Nunca habían visto algo así”, donde se les acumula el stock actualizado al no encontrar cómo enviarlo. Arrastran problemas desde hace cuatro meses. Uno juguetes que se habían hecho populares recientemente, las LOL Surprise, se acumulan en 600 contenedores en los puertos. Confirman que esto podría ocurrir con muchos otros productos infantiles, sobre todo los de más demanda por ponerse de moda. Aquí Oliver Giner, responsable del departamento de Internacional de la Asociación Española de Fabricantes de Juguetes (AEFJ), ha dicho que notan que habrá problemas no sólo con estos, sino también con los “clásicos”, esos juegos de mesa de toda la vida o peluches que no han cambiado en décadas. El director de un fondo de inversión de minoristas de EEUU confirma que lo que estos locales están haciendo es recurrir al stock viejo de hace un par de años que ya tenían sin vender y que, de otra manera, hubiesen acabado en mercados menos competitivos que el europeo y el estadounidense.
A la ropa también le ha afectado. La cadena H&M no puede, al parecer, satisfacer ya su demanda. Nike ha rebajado su previsión de ventas post Covid-19 por el cierre de fábricas en Vietnam, y han reconocido que, si antes de la pandemia, les costaba 40 días llevar unas playeras de su cadena de producción a occidente, ahora el tiempo ha ascendido a 80 días.
¿Y los libros? Se sabe al menos que así sucederá en los mercados francés, estadounidense y checo: hay además escasez de la materia prima del papel, así como un aumento de precios de impresión por la escasez de trabajadores. Los estantes otoñales están llenos de ediciones planificadas, por lo general, cuatro meses atrás. Los más afectados serán, como con los juguetes, esos booms de temporada, bestsellers que se descubran como tal ahora por la boca-oreja, y cuyas impresiones de nuevas tiradas para hacer frente a la súbita demanda podrían no estar listas de cara a la campaña navideña, debiendo posponerse a más tarde. Esto pasa además en uno de los mejores años para la literatura: gracias a la pandemia la gente lleva un año y medio aficionándose mucho a la lectura, con incrementos de ventas de libros impresos de un 13% anual en EEUU y un 15% en el mercado español (cuando normalmente en un año bueno esa demanda crece un 3, 4% anual).
Microchips. Por supuesto, nuestros compañeros de Xataka ya han hablado ampliamente de la escasez de conductores para productos electrónicos. Este año, y al contrario que en anteriores ocasiones, el nuevo Apple Watch no se lanza a la vez que el iPhone, sino meses después por retrasos de producción. El Google Pixel 5A sólo estará disponible en ciertos modelos. Antonio Tornos, presidente de la asociación de empresarios de comercio de Zaragoza y provincia (ECOS), dice que nota problemas “hasta en bombillas, sartenes o secadores de pelo”. Wired es tajante: “si le tienes echado el ojo a algún dispositivo particular, este no es el mejor año para esperar a los descuentos del Black Friday”. La semana pasada tanto Amazon como Walmart ya han anunciado un plan de chollos “tan buenos como el Black Friday”, para que puedas ir planeando tus compras.
Ojo, podría no pasar “nada”. Como cuentan en este reportaje de El Heraldo, “a fecha de hoy no existen grandes problemas que deriven en falta producto, pero quedan meses y puede pasar de todo". Es decir, el sector está siguiendo planes para evitar unas navidades desastrosas que podrían no ocurrir. Hay también una motivación lógica para que los vendedores urjan a las familias más nerviosas a comprar los regalos lo antes posible, ya que así cuentan con esos ingresos y pueden maniobrar mejor con su stock.