Las normas de uso en cuanto a insultos y ataques verbales en las redes sociales están muy claras. Cuando Twitch u otra plataforma advierte de que estas acciones son penalizadas como corresponde, lo suelen decir bastante en serio. A no ser que seas, claro, Sweet Anita. Espera, ¿qué me he perdido? ¿Sweet qué? A través de sus diversos canales, esta streamer y youtuber inglesa entretiene a más de un millón de seguidores con contenidos de videojuegos y chats. Y bueno, seguramente al entrar a su canal te des cuenta de algo bastante obvio. Tiene síndrome de Tourette.
“Puta lasaña”, “me follaré a tus amigos”, “¿me puedo correr en tu galleta?”
No son frases que estemos acostumbrados a escuchar, y menos en una plataforma como Twitch. Pero también son el lastre que esta joven tiene que soltar en forma de tic impulsivo para controlar su rara enfermedad neurológica. Una afección que, entre otras cosas, hace que las personas emitan sonidos o hagan movimientos involuntarios. Ella dice que se lo diagnosticaron hace cuatro años y que se ha pasado la vida gritando palabras obscenas a extraños por la calle. Durante sus retransmisiones es una constante escucharla silbar, hacer “pops” con la boca y decir un sinfín de otras vulgaridades, muchas veces sexuales.
En su canal se dedica a charlar con sus seguidores compartiendo su vida, desde su amor por los animales hasta el empoderamiento de las mujeres, o cómo vivir con el síndrome de Tourette. Cuando empezó a transmitir en la conocida plataforma de videojuegos, temía que la excluyeran porque sus tics verbales son del tipo conocido como coprolalia, con el cual se dicen obscenidades y cosas inapropiadas. Pero sucedió todo lo contrario.
A los pocos meses de haber empezado con sus streams, Anita consiguió aproximadamente 150.000 seguidores. Ahora cuenta con 1,7 millones. Incluso Twitch le firmó un codiciado acuerdo de partnership en 2018 que le daba más opciones de monetización. Su ascenso a la fama en Internet fue meteórico. Y por un tiempo, muchos (incluídos ella misma) pensaban que la vetarían en las plataformas por romper las reglas. Tampoco sucedió.
La streamer ha contado en entrevistas cómo funciona su pulsión: "Siento un impulso muy fuerte. Y si no lo hago, entonces me quedo muy estresada y distraída". Cuando siente que se acerca el tic, para ella es "agonizante" y explica que estaría dispuesta a reprimirlo si no tuviera una gran sensación de alivio después.
Como cualquier persona con síndrome de Tourette, está acostumbrada a todo tipo de reacciones. "Hay términos y condiciones en Twitch que prohíben el contenido abusivo, no puedes usar insultos raciales y fóbicos, y mis tics a veces me obligan a hacerlo", explicaba. Nada hizo la plataforma. Y las donaciones y las suscripciones pagadas convirtieron gradualmente las transmisiones en un trabajo de tiempo completo, que ahora transmite seis días a la semana a miles de personas.
¿Qué dice Twitch? El umbral de lo aceptable
El debate de cuál es la cabida de Anita en la plataforma era más que evidente, sobre todo cuando algunas de las consignas que (sin querer) lanzaba ofendían a las personas de color. Al final, Twitch se ha pronunciado. "Queremos crear un ambiente acogedor que establezca un nivel de decencia y respeto por la comunidad". Han defendido la situación de Anita y explicado que están “encantados de apoyar a streamers como ella a medida que hacen crecer sus carreras".
Aunque la plataforma apoya los esfuerzos de Anita, no toda la atención que recibe ha sido positiva. Los usuarios de redes sociales como Reddit la han acusado de fraude e incluso se burlan ocasionalmente de sus tics. Pero la polémica más grande estalló cuando el 9 de diciembre de 2019, estaba retransmitiendo en vivo y se le escapó un "maten a los judíos" mientras hablaba de sus impulsos.
Apagar la retransmisión poco después del bombazo no le sirvió para que el clip se difundiera a través de las redes rápidamente. En un tuit eliminado desde entonces, el socio de Twitch, Lil Chipmunk, exigió a la plataforma de streaming que castigara a la creadora de contenidos: "Twitch, ¿cómo se permite esto? No me importa si tiene Tourettes. Debería tener alguna forma de silenciarse o algo así" y criticaba que así se "promovía" el odio.
El rechazo a una enfermedad
A medida que el clip seguía compartiéndose, Anita decidió dar su punto de vista sobre la situación explicando que la mayoría de las personas con el mismo síndrome tienen epítetos raciales en su vocabulario, ya que saben de qué se trata. Y también sus Tourettes. "Eso no significa que sea algo que crea o sienta por alguien", señalaba.
Ella misma lo sabe mejor que nadie. Y también sabe lo que es ser "rechazada silenciosamente" cuando solicita trabajo e incluso cuando es desalojada de muchos lugares debido a la poca conciencia sobre el síndrome. "A medida que la gente comprende más mi condición, el mundo se vuelve un poco más seguro para gente como yo", contaba.
Al final, Anita ha encontrado un nicho particular en Internet, pese al acoso de agunos usuarios. ¿Pero qué hubiera sido de su vida si su canal de Twitch no hubiera despegado o si la misma plataforma no la hubiera aceptado por su condición? Un pequeño apunte de su perfil en YouTube resume bien todo lo que le está pasando: "Siento que Tourette es como dejar que la función de autocompletar termine tu frase, pero son sólo las cosas que la sociedad te dice que no digas".