Antes de la pandemia, la esperanza de vida aumentaba de forma casi monótona en la mayoría de los países gracias a los avances logrados en tecnología y sanidad. Hasta que llegó el Covid. La pandemia ha afectado a la salud de la población mundial reduciendo en 1,2 años la esperanza de vida. El virus ha provocado un aumento significativo de la mortalidad en 2020 de una magnitud que no se había visto desde la Segunda Guerra Mundial en Europa Occidental.
Y España ha sido uno de los países más gravemente afectados, tanto en la primera oleada como en las sucesivas. Su esperanza de vida ha mermado de manera desigual en cada provincia.
El estudio. Una investigación del Centro de Estudios Demográficos se propuso estimar los cambios en la esperanza de vida en 2020 en comparación con el período 2017-19 en 50 provincias españolas. Para ello, se utilizaron datos de mortalidad de la estimación del número de defunciones semanales (EDeS) durante el brote del virus del INE por grupos de edad, sexo y provincia de ocurrencia. Así como de la incidencia acumulada de contagios en las provincias españolas utilizando datos de seroprevalencia de la cuarta ola.
En total, se produjo una caída de 1,2 y 1,1 años en la esperanza de vida de hombres y mujeres en España en 2020, en comparación con 2017-2019. La esperanza de vida en España descendió de 80,6 a 79,4 años entre los hombres y de 85,9 a 84,8 años entre las mujeres.
Provincias desiguales. Pero los resultados del estudio fueron muy diferentes según la provincia. Donde más se redujo la esperanza de vida de los hombres fue en Segovia (−3,5 años), mientras que para las mujeres la mayor caída se observó en Salamanca (−2,8 años). Donde menos —y de hecho aumentó—, en Santa Cruz de Tenerife (+1,1 y +0,6 años para hombres y mujeres). En cuatro provincias de Castilla-La Mancha y Castilla y León, los descensos de la esperanza de vida al nacer fueron superiores a 2,4 años tanto en hombres como en mujeres: Segovia, Salamanca, Ciudad Real y Albacete. Las dos provincias más pobladas, Madrid y Barcelona, también experimentaron descensos sustanciales: 2,8 y 1,9 entre los hombres y 2,2 y 2,0 entre las mujeres, respectivamente.
Para que os hagáis una idea, los descensos en las provincias más afectadas devolvieron la esperanza de vida a los niveles de hace 15-20 años. Por ejemplo, entre hombres y mujeres, la esperanza de vida en Segovia y Salamanca cayó a los mismos niveles que en 2003/2004 y 1999/2000, respectivamente. Para Madrid y Barcelona, los niveles de esperanza de vida estimados en 2020 se asemejan a los de los años 2005-2008. Un paso atrás considerable.
Un precedente. Este estudio refleja los extraordinarios impactos que ha tenido la pandemia en la mayoría de las provincias españolas. Las caídas observadas no se habían experimentado desde la Guerra Civil, a finales de la década de 1930. Y en las primeras semanas de 2021, la tercera ola también ha producido un exceso de mortalidad observable a nivel nacional. Por ejemplo, las provincias de la Comunidad Valenciana se vieron muy afectadas, mientras que su impacto en 2020 fue uno de los más pequeños. Esto indica que es posible que la esperanza de vida para 2021 no se recupere completamente a los niveles de años anteriores.
No era sólo el virus. La epidemia también ha desencadenado una crisis de mortalidad global que plantea desafíos adicionales para la salud de la población. ¿De qué manera? Afectó indirectamente la mortalidad por otras causas de muerte contribuyendo negativamente a retrasos en investigación y tratamientos o a la ralentización de la búsqueda de curas para cánceres o enfermedades cardiovasculares.
En el mundo. Otra investigación similar a nivel global sugería que la esperanza de vida al nacer disminuyó de 2019 a 2020 en 27 de 29 países estudiados. Los hombres de EEUU y Bulgaria experimentaron las mayores pérdidas de esperanza de vida (2,1 y 1,6 años respectivamente), pero se documentaron reducciones de más de un año en 11 países para los hombres y 8 para las mujeres. La pandemia provocó un aumento significativo de la mortalidad en 2020 de una magnitud que no se había visto desde la Segunda Guerra Mundial en Europa Occidental o la desintegración de la Unión Soviética en Europa del Este. Las mujeres de 15 países y los hombres de 10 terminaron con una esperanza de vida al nacer más baja en 2020 que en 2015.
Las mayores pérdidas se sitúan entre los hombres de EEUU, Bulgaria, Polonia y Suecia, y las mujeres de EEUU y España. Por el contrario, la esperanza de vida se mantuvo o incluso mejoró en las mujeres de Finlandia y de ambos sexos en Dinamarca y Noruega.
El futuro, negro. Se estima que más de dos millones de vidas se perdieron debido al virus en todo el mundo en 2020. Si bien la pandemia podría verse como un impacto transitorio en la esperanza de vida, la evidencia de una posible morbilidad a largo plazo debido al Covid prolongado y los impactos de la atención tardía para otras enfermedades es una realidad. Además los efectos en la salud y el aumento de las desigualdades derivadas de la perturbación social y económica de la pandemia sugieren que las cicatrices de la pandemia en la salud de la población pueden ser más duraderas.
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