Más de 100 años después de que el Titanic emprendiera su viaje hacia Nueva York y chocara con un iceberg para hundirse en el Atlántico, llevándose consigo la vida de más de 1.500 personas, el barco tiene previsto su retorno para 2018. Clive Palmer, un multimillonario australiano, tiene la culpa.
El sucesor del Titanic se llama, cómo no, Titanic II, un nombre que de entrada no transmite buenas vibraciones, precisamente. “El Titanic fue el barco de los sueños. Titanic II es el barco en el que los sueños se harán realidad”, asegura orgulloso Palmer.
Esta secuela del famoso buque recrea la experiencia del original con todo lujo de detalles, desde la gran escalinata y los baños turcos hasta la antigua división de clases, pero también suma otras comodidades como el preciado aire acondicionado.
En Magnet le hemos estado dando vueltas a todo lo que podría ir mal con este Titanic II. No es que queramos que suceda nada de esto, es sólo que nos da por pensar cosas y...
Que vuelva a chocar con otro iceberg
En el momento más inesperado puede aparecer un buen trozo de hielo con mala leche y BOOM.
Que lo parta en dos un dinosaurio
Uno bien majo.
Que suene La Macarena
Que le caiga un rayo
Que ese día despierte Cthulhu
Que sea engullido por el Triángulo de las Bermudas
Que se acabe el mundo
Sin que le pase nada al barco.
Que en realidad lo haya fabricado Malaysia Airlines
Que sea hundido accidentalmente por un submarino ruso que pasaba por allí
Casualmente ruso, sí.
Que el capitán sea el del Costa Concordia
Qué grande es Francesco Schettino. Y sabemos que el Titanic II lleva botes salvavidas para todos.
Que se suba Yoko Ono
Porque:
Que vaya a parar a una isla misteriosa
Una isla que hace un rato no estaba ahí.
Pase lo que pase, viajeros del Titanic, recordad: en la tabla caben dos
Salvo que James Cameron lo niegue todo.