El café tiene todas las papeletas para seguir los pasos de la crisis inflacionaria del cacao. Hace unos meses fuimos testigos de una tremenda escalada en el precio del cacao debido a diferentes causas, pero con voces apuntando directamente a los efectos de El Niño tanto a nivel de producción como de enfermedades de las plantas. Ahora es el café el que, tras unos meses de tregua, está siguiendo el patrón de subida de precios del cacao.
El principal problema es que no podemos echar toda la culpa al clima y la crisis en el Mar Rojo también tiene buena parte de culpa en un aumento de precios del café que no va a relajarse a corto plazo.
La situación en Europa. A comienzos de este año, el portal de estadísticas de la Unión Europea publicó un gráfico en el que podíamos ver una bajada en la inflación del café desde el máximo en octubre de 2022 (con un pico de +17,4%)a un nivel del 1%, acercándose al punto más bajo del 0,8% en julio de 2021. No parecía una mala noticia, pero el problema es que se encontraban diferencias significativas cuando se ponía el foco en cada uno de los países de la Unión.
15 de los países de la Unión Europea tenían una tasa de inflación mayor en marzo de 2024 que la existente en marzo de 2023, con países como Croacia, Rumanía o Bulgaria por encima del 6%. Otros 12 países tenían tasas de inflación decrecientes, con Finlandia y Lituania con un -15,5% y 15,4% respectivamente, que maquillaban los datos del resto de los 27. Más allá de los gráficos, la situación de mercado parece diferente.
La negatividad de Lavazza. Como podemos leer en The Guardian, Giuseppe Lavazza, presidente de la empresa homónima, afirmó en 2023 que los precios empezarían a caer este año. Y sí, como vimos a comienzos de 2024, así fue, pero ahora admite que se equivocó. El pasado lunes 8 de julio, los precios alcanzaron los 4.300 dólares por tonelada de café y, en Reino Unido, esto significa que el precio de una bolsa de un kilo aumentará un 15% en un año.
"Nunca hemos visto un aumento de precios tan grande como el que estamos viviendo ahora", afirma Lavazza, y según el empresario, esto no ha acabado: la situación actual podría hacer que el precio aumente entere un 20% y un 25% durante 2025. "Nos estamos enfrentando a vientos en contra muy, muy fuertes y no veo razón por la que los precios del café vayan a bajar", afirmó Lavazza. Y lo cierto es que esa analogía con el clima parece acertada.
El Niño y malas cosechas. El Niño es un fenómeno climático relacionado con el calentamiento del océano Pacífico que se asocia a fuertes lluvias en Brasil y sequías en India. Sin embargo, tiene influencia en otras áreas y Vietnam, el mayor productor de la variedad robusta del mundo, está sufriendo las consecuencias. Se prevé que la sequía que está azotando el país asiático provoque una caída del 10% en la producción del café debido a que esa sequía ha azotado el país en la fase de formación de las cerezas de café.
Será la cosecha más pequeña de los últimos cuatro años y hay empresas de café instantáneo como Volcafe que afirman que será la cosecha más baja en los últimos 13 años debido, precisamente, a esa falta de lluvias.
China. La variedad robusta es muy demandada porque su precio suele ser menor. Debido a eso, es ese café el que se usa para mezclas y el café instantáneo y la demanda no para de subir en todo el mundo. Sin embargo, si hay algo que puede estar inflando el precio, es la entrada de China en este mercado no como productor, sino como consumidor.
Como apuntaron hace unos meses desde Bloomberg, China estaba desarrollando un nuevo gusto por el café. Tras un consumo que se mantuvo prácticamente sin cambios hasta 2008, empezó a aumentar hasta 2012 y alcanzó en la temporada 2022-2023 un pico de cinco millones de sacos (cada uno de 60 kilos). Es una línea que no ha parado de crecer y, si hace 20 años no está entre los primeros países consumidores de café, ahora es el séptimo.
Mar Rojo. Pero no todo tiene que ver con el consumo y la producción, también con la regulación y las propias rutas de suministro. Relacionado con esto último tenemos algo que no sólo afecta al comercio del café, sino a cualquier cosa que tenga que ser transportado de oriente a occidente. El comercio sigue siendo marítimo en su mayoría y se realiza mediante barcos portacontenedores. Estos barcos cuentan con unas rutas optimizadas y, si algo ocurre, deben tomar rutas alternativas más largas.
Precisamente es lo que está ocurriendo en varios puntos del mundo, pero el café robusta de Vietnam e Indonesia se mueve a través de un Canal de Suez por el que hay barcos que se niegan a pasar. ¿El motivo? Los ataques de rebeldes hutíes a los buques, lo que está obligando a que estos barcos pasen por el sur de África en una ruta más larga que cuesta más dinero por el aumento de salarios y el mayor gasto de combustible. Y luego eso se nota en el stock y en el precio de la mercancía.
La regulación europea. Del lado de la regulación, tenemos la nueva normativa de la Unión Europea por la que se combatirá la importación de productos procedentes de zonas deforestadas. Esto afecta a bienes como el café, el cacao, la soja, el aceite de palma, el carbón vegetal, la madera o el caucho, todos productos que contribuyen a la deforestación, siendo la UE responsable de un 10% de la deforestación mundial debido a sus importaciones.
Brasil y el café Arábica capeando el temporal. Parece que esta tormenta perfecta está afectando más a la producción de Robusta, pero puede arrastrar a la variedad arábica. Si quienes utilizan robusta para sus mezclas no pueden acceder a su materia prima o si el precio no es competitivo, pueden apostar por arábica, pero en cualquier caso el precio subiría. Brasil, sin embargo, puede ser un oasis en todo este jaleo debido a que sí, El Niño también afecta, pero apuntan desde Bloomberg que tienen un excedente de una variedad de robusta conocida como 'conilon' que está disponible para la exportación.
Veremos qué ocurre y, aunque Lavazza se centró en las cifras del mercado británico, no deja de ser el décimo mercado más cafetero a nivel mundial. Además, China no ha dicho su última palabra, ya que queda ver si se trata de una moda o si se convierte en una bebida diaria. En ese caso, el hambre de China por los granos de café pueden ensombrecer aún más las perspectivas de mercado.
Imágenes | Visual Capitalist, Adrián Cerón
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