En el mundo aeroespacial, una leyenda urbana lleva contándose durante 50 años. La historia del famoso Skylab-4 ha quedado registrada en libros y en artículos y cuenta cómo, insatisfechos con la microgestión de sus cronogramas diarios, la tripulación de abordo organizó un ataque, algunos lo llamaron “motín”, apagando la radio de la estación espacial, tomándose el día libre y declarándose en huelga.
Pero después de una revisión exhaustiva de la evidencia disponible, está claro que no hubo huelga ni motín durante la misión. De hecho, Ed Gibson, el único del equipo que sigue vivo, dice que la idea de que ellos dejaron de trabajar es un mito. Pero lo que sucedió sigue siendo surrealista y apasionante. Esta es la verdadera historia del Skylab-4.
El Programa Skylab fue concebido como una plataforma de investigación en órbita, centrándose principalmente en estudiar la adaptación humana a los vuelos espaciales de larga duración, observar el Sol y monitorear la Tierra. Buscaba utilizar hardware del programa de aterrizaje Apollo Moon para desarrollar la primera estación espacial de EEUU. Para construir Skylab, los ingenieros convirtieron la etapa superior de un cohete Saturno en un taller orbital diseñado para albergar a tres tripulaciones sucesivas de tres astronautas durante períodos de 28, 56 y 56 días.
La NASA seleccionó a nueve astronautas como las tripulaciones principales para vivir y trabajar a bordo del Skylab. La tercera tripulación estaba formada por el comandante Gerald P. "Jerry" Carr, el piloto científico y el piloto William R. Pogue. Aunque ninguno tenía experiencia previa en vuelos espaciales, todos habían servido en funciones de apoyo para las misiones de aterrizaje del Apolo en la Luna.
La estación espacial Skylab se lanzó desde el Centro Espacial Kennedy de la NASA el 14 de mayo de 1973, y en 63 segundos ya parecía condenada. Durante el ascenso, las fuerzas aerodinámicas provocaron que el escudo térmico se desprendiera, dejando la estación desprotegida de los rayos solares al llegar a la órbita. Los escombros del escudo atascaron una de las matrices, impidiendo que se abriera, y una columna de un retrocohete impactó en la segunda matriz, arrancándola. Los gerentes cancelaron el lanzamiento del primer equipo, planeado para el día siguiente.
Para cuando los astronautas del Skylab 4 despegaron el 16 de noviembre, los responsables de la misión habían extendido su misión de 56 días a 84 días, dependiendo de su salud y la de la estación a medida que avanzaba el vuelo. La extensión de un mes resultó en que los investigadores agregaran nuevos experimentos médicos para monitorizar mejor la salud de los astronautas. Sin embargo, a la tripulación le quedaba un tiempo mínimo para entrenar. Aumentaron el tiempo de ejercicio diario en un 50% y agregaron una cinta de correr improvisada para ayudar a minimizar la pérdida ósea y el descondicionamiento muscular.
El desgaste de la tripulación
Al poco tiempo, a los científicos se les ordenó comenzar una serie de observaciones del cometa Kohoutek recién descubierto, que requirieron la adición de dos nuevas caminatas espaciales. Por lo general, los planificadores de la misión permitieron a las tripulaciones un período de ajuste mientras se aclimataban a trabajar en condiciones de ingravidez a bordo de la estación al no sobrepasar sus cronogramas durante las primeras semanas, en parte debido a las actividades adicionales.
Eso llevó a algunas frustraciones mientras los astronautas luchaban por mantenerse al día con el ritmo vertiginoso, sin dejar tiempo para familiarizarse o recuperarse de errores de hardware. Las repetidas solicitudes de los astronautas al Control de la Misión para aligerar su agenda no fueron atendidas, lo que generó tensión entre la tripulación y el suelo. El director de vuelo de Skylab, Neil B. Hutchinson, admitió más tarde que los controladores de tierra se equivocaron en la forma en que planearon los plazos durante la primera parte de la misión Skylab 4.
Ed Gibson estaba sentado entre sus dos compañeros y recuerda escuchar unos ruidos extraños provenientes de Bill y una bolsa de vómito flotando de derecha a izquierda. "Estábamos desanimados porque sabíamos que teníamos mucho trabajo por hacer y fue entonces cuando cometimos nuestro primer error", cuenta. A la NASA le preocupaba mucho que alguien se enfermara, pues implicaba perder un tiempo precioso.
Así que los astronautas ya estaban bajo presión cuando tomaron su primera mala decisión. "Queríamos organizarnos antes de que comenzara el gran revuelo en Tierra, así que decidimos retrasar comunicarles que Bill estaba enfermo", dijo Ed. Pero habían olvidado que todo lo que decían a bordo se estaba grabando y que el control de la misión estaba escuchando. No pasó mucho tiempo antes de que la voz del jefe de la Oficina de Astronautas, Alan Shepard, llegara a la radio desde el control de la misión, un intercambio que también se transmitió al público. "Se puso en línea y nos regaño", contaba Ed. "Al estaba bien, simplemente no nos gustaba que nos regañaran frente a todo el mundo".
No fue un buen comienzo y sentó las bases para una mayor tensión entre la tripulación y el control. La relación entre los tripulantes de la misión y el personal de la NASA en tierra no era de las mejores. Cada contacto comenzaba con un bombardeo prolongado de preguntas, instrucciones y demandas, además de la lista detallada de instrucciones del control de la misión que llegaban a través del teletipo cada mañana.
Todas las misiones espaciales se llevaron a cabo rigurosamente, pero estos niveles altos de microgestión fueron los que llevaron al llamado "motín". Con Bill todavía enfermo, trabajaron turnos de 16 horas para tratar de mantenerse al día con las listas de tareas pendientes y se saltaron los días de descanso durante el primer mes. Sabían que se harían comparaciones con la tripulación anterior, Skylab 3, que por hacer más de lo esperado, se ganó el apodo de "la tripulación al 150%". Con la moral baja y con exceso de trabajo, la tripulación comenzó a retrasarse y sus solicitudes al control de la misión para aliviar su agenda no fueron atendidas.
Comunicaciones sacadas de contexto
"Fue entonces cuando cometimos nuestro segundo error", afirmó Ed. Los astronautas decidieron que solo uno de ellos tenía que sintonizar la sesión informativa matutina y que la harían por turnos. "Funcionó muy bien, excepto que en nuestra condición de fatiga allá arriba, un día se cruzaron nuestras señales y no hubo nadie escuchando". Estuvieron fuera de comunicación durante unos 90 minutos. En aquellos días, la comunicación solo era posible durante los 10 minutos en los que Skylab pasaba por encima de las estaciones de control terrestres en la Tierra. "La palabra 'motín' llegó a la velocidad de la luz por toda la sala de control y a los medios de comunicación que se deleitaron con eso", cuenta Ed.
"En la Tierra lo interpretaron como una huelga. Pero no fue intencional. Los medios crearon este mito que ha estado flotando por ahí desde entonces y simplemente hemos tenido que vivir con él". Para Ed, la idea no tenía ningún sentido. "¿Qué íbamos a hacer? ¿Amenazar con vivir en la Luna?" Al final del día, CAPCOM Richard Truly llamó en broma a la tripulación: "Oigan, si quieren, supongo que pueden tomarse el día libre mañana", refiriéndose al 26 de diciembre. "Mañana tendremos nuestro servicio de contestador", respondió Jerry Carr en broma.
No hay nada que sugiera que el día libre se tomó sin permiso. Las transcripciones de las conversaciones con el control sugieren que, como mucho, hubo un par de horas sin comunicaciones, nada lo suficientemente largo como para merecer la etiqueta de "motín". Con huelga o sin huelga, las tensiones entre la tripulación y el control eran reales. Se convocó una reunión de crisis entre las dos partes el 30 de diciembre.
"Fueron dos órbitas muy tensas de discusiones", asegura Ed. Ambas partes expresaron sus frustraciones y el control en tierra acordó aflojar la supervisión del programa y dar a los astronautas un poco más de autonomía. Jerry se refirió más tarde a ese momento como "la primera sesión de sensatez en el espacio". Las cosas mejoraron drásticamente a partir de eso. No solo aumentó la productividad, sino que comenzaron a disfrutar de estar en el espacio.
La historia realmente cobró vida propia cuando un artículo de la revista New Yorker en 1976 se refirió a "una especie de huelga de brazos cruzados en el medio de la misión". La Universidad de Harvard construyó un estudio de caso sobre los peligros de la microgestión llamado "Strike in Space".
La historia persiste en algunos informes más recientes, donde el incidente se conoce como "el motín en el espacio". Desafortunadamente, una versión también apareció en el obituario del New York Times de Bill Pogue en 2014. ¿Cómo se siente Ed al saber que eso es lo que la gente cree que sucedió? "No es muy divertido haber entrenado mucho, hacer un buen trabajo y luego que una historia así sobre nosotros se recuerde para siempre".
Imágenes: NASA