Es interesante lo que una nación considera esencial y otras no. Una vez le preguntaron a Angela Merkel qué pensaba sobre Alemania. Su respuesta sorprendió a muchos: "Pienso en ventanas herméticas. Ningún otro país puede construir ventanas tan bonitas y herméticas como las nuestras". Es probablemente la cita más nacionalista que oirás de ella. Pero tenía razón: las ventanas alemanas no permiten ni la más mínima corriente de aire. Y puedes inclinarlas gracias a una sofisticada tecnología de bisagras.
Lo que le pasó por la cabeza a Merkel no era una nimiedad, ni mucho menos. Basta buscar en YouTube "ventanas alemanas" para descubrir todo un subgénero de videos en los que gente de Corea y de los Estados Unidos se fascina con el mecanismo y la eficacia de nuestras ventanas europeas.
Un mapa para entenderlo. Un estudio, realizado entre diciembre de 2019 y enero de 2020 en 80.000 hogares, concluyó que una casa del Reino Unido con una temperatura interior de 20°C y una temperatura exterior de 0°C pierde de media 3°C después de cinco horas. En comparación con algunos vecinos de Europa occidental, como Alemania, los hogares del Reino Unido pierden calor hasta tres veces más rápido. España no queda en la mejor posición tampoco, pierde 2,2°C. Pero Alemania se lleva la palma: apenas pierde un grado. Eran sus ventanas, claro.
Madame Chancellor, what feelings do you associate with Germany?
— Tom Nuttall (@tom_nuttall) January 10, 2022
Merkel - “Well-sealed windows! No other country can build such well-sealed and beautiful windows. "
(Bild, 2004) pic.twitter.com/uxYGoGsbRF
¿Qué pasa con nuestras ventanas? Podemos agradecer al movimiento ecologista y a la crisis del petróleo en la década de 1970 por los objetos de elogio de Merkel: las ventanas debían tener juntas de goma circunferenciales y marcos diseñados para mantener el calor dentro de un edificio, por ley. El primer reglamento sobre aislamiento térmico es de 1977. Y, por supuesto, existen autoridades de inspección y controles de calidad para mantener los estándares. De hecho, en el mercado de ventanas y puertas, hay dos tipos principales que destacan: las de América del Norte y las de Europa. El clima, los costes de la energía y las políticas energéticas han influido en los dos continentes para fabricar unas y otras.
Pero ganamos los europeos. Las ventanas europeas han sido probadas para estándares más altos en conservación de energía y calidad del producto. Han resistido la prueba del tiempo y han demostrado ser más eficientes. Son ecológicas, ya que se adhieren estrictamente a los estándares Passivhaus y, por lo tanto, reducen la huella ecológica del edificio. Los altos costes de la energía en Europa han llevado a los diseñadores y técnicos a utilizar al máximo los recursos naturales de sol y aire y por eso se pueden regular para permitir la máxima circulación de aire entre el exterior y el interior de una casa. Incluso permiten que el aire caliente se escape y que el aire frío entre a través de varias características.
Las ventanas norteamericanas vienen con opciones limitadas para aprovechar la energía sólo para la autosuficiencia. El otro factor importante que incita a poca innovación en los mecanismos es el abaratamiento de los costes energéticos.
Eficiencia térmica. Para hacerlo más simple: más vidrios usados, mejor propiedad aislante. Las ventanas europeas son más resistentes a la condensación, lo que reduce el consumo de energía especialmente en climas más fríos. Si bien la mayoría de las ventanas de EEUU usan modelos de doble panel, las ventanas europeas tienen paneles triples o incluso paneles cuádruples junto con persianas integradas. Aunque recientemente, las ventanas norteamericanas han estado utilizando cristales triples, tienen espacios más pequeños entre ellas en comparación con las europeas. Por lo tanto, son menos resistentes al clima exterior.
El uso de materiales no conductores en las ventanas europeas (UPVC, vidrio Low-E y un valor U) bajo mejoran la eficiencia térmica de los cristales de las ventanas. Las ventanas de UPVC reducen los rayos infrarrojos y ultravioleta que penetran a través del vidrio, sin minimizar la cantidad de luz que entra en la casa. Eso mantiene el calor fuera en verano y evita que el calor interior se escape durante el invierno.
Por qué en España son más pequeñas. Puede que nunca te hayas preguntado por qué nuestros diseños tienen un tamaño menor al del resto de Europa. El tamaño medio de una ventana de dos hojas en España es de 1,15 metros de alto por 1 metro de ancho; en Suiza, un modelo estándar similar es de 2,15 metros de alto por 1,20 metros de ancho, según las tiendas de Leroy Merlin en ambos países. "La percepción es clara, allí dejan de ser un agujero en un muro para convertirse en una pared transparente, explicaba el arquitecto Carlos Tomás en este reportaje de EL PAÍS.
Si en España tenemos una media de 2.500 a 3.000 horas de luz al año, en países como Holanda tienen 1.600. Así que parece lógico que las ventanas aquí sean más pequeñas, como medida quizá de protección solar. Pero no siempre fue así. No hay más que pensar en los balcones verticales de las calles del centro de Madrid o Barcelona para darse cuenta de que un día nuestras construcciones abrazaron el sol a cristal abierto y recurrieron a persianas y contraventanas para protegerse de él cuando fuera necesario.