“Las normas de la comunidad de YouTube prohíben el contenido destinado a fomentar actividades peligrosas que tienen un riesgo inherente de daño físico. Trabajamos para eliminar rápidamente los videos marcados que infringen nuestras políticas”. Este ha sido el discurso oficial lanzado por la compañía para justificar la retirada de todos los vídeos de la plataforma sobre el “Tide Pod Challenge”.
Para quien no lo sepa, hablamos de ese nuevo reto por el que la gente está comiendo o mordiendo las coloridas pastillas de un conocido detergente estadounidense, una moda que arrastra cada vez más contenido (videos de retos, pero también multitud de memes irónicos) y que por eso está alertando a las autoridades sanitarias.
Y’all ever just get the urge to eat a tide pod? pic.twitter.com/9vy49VdG7U
— ursula 🖤 (@xangirI) December 31, 2017
Dentro del universo de las cíclicas modas descerebradas para adolescentes, el caso de las Tide Pods sea probablemente una nueva cumbre inalcanzada, sólo equiparable a la Ballena Azul o a la afición a prenderse fuego.
Por si hacía falta decirlo: por favor, no comáis pastillas de detergente.
Y con esta nueva medida, YouTube ha decidido cruzar una línea que no había cruzado antes: la del borrado general de un tipo de contenido en principio no claramente identificable como un riesgo.
¿Qué quiere decir esto? Las normas de YouTube que han citado desde la plataforma para justificar su censura servían como pretexto sólo para eliminar todo rastro de videos de autolesiones, suicidios, asesinatos, propaganda del ISIS y otro tipo de cosas que son, por consenso, extremas e innecesarias. Así que, al margen de las infracciones por copyright, todo lo demás se encontraba en una permisividad por defecto.
tide pods are the best thing ever to go on pizza🤤 pic.twitter.com/oA7MYTVuLs
— 𖤐₆⁶₆𖤐 (@MoonEmojii) December 31, 2017
1998: In 20 years we'll have flying cars
— Greg Baroth (@gbaroth) January 15, 2018
2018: we literally have to tell people not to eat Tide Pods
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— rosie mcmahon (@rosiemcmahon_) December 27, 2017
┃┃╱╲ in
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╱╱╭╮╲╲house
▔▏┗┛▕▔ we
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eat tide pods
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Que se borre un vídeo depende casi siempre de las denuncias de otros usuarios y del análisis posterior de los revisores de YouTube. Una política que, pese a los problemas que conlleva, es bastante aperturista.
Pero en el caso de las cápsulas ha hecho que la plataforma de un paso al frente y se posicione como elemento más activo en la selección de contenidos. Por supuesto, la redacción de sus normas de la comunidad son lo bastante laxas como para que muchos de los videos caigan en la infracción de su código, pero YouTube nunca había echado mano de ese “riesgo inherente de daño físico” para borrar otros retos absurdos y potencialmente peligrosos para los adolescentes, como los vídeos de tirarse sobre mesas de plástico o directamente toda la comunidad de ejercicio extremo y parkour.
Además, este gesto llega a las pocas semanas de que viésemos otro hito histórico de la compañía: después del enorme revuelo que causó el execrable youtuber conocido como Logan Paul, los de San Bruno decidieron no sólo eliminar los canales de este creador con más de 15 millones de suscriptores de Google Preferred, sino también redactar un comunicado oficial abordando este hecho.
Like many others, we were upset by the video that was shared last week.
— YouTube (@YouTube) January 9, 2018
It’s taken us a long time to respond, but we’ve been listening to everything you’ve been saying. We know that the actions of one creator can affect the entire community, so we’ll have more to share soon on steps we’re taking to ensure a video like this is never circulated again.
— YouTube (@YouTube) January 9, 2018
En estos 12 años que lleva en activo la plataforma (y dejando al margen los creadores que se han enfrentado a los strikes) sólo otro youtuber de este nivel ha sido expulsado del sistema lucrativo, PewDiePie, y ni él provocó que Youtube enviase una nota de prensa afrontando el debate.
Son actitudes en una clara senda de compromiso de la empresa por abandonar un poco más su faceta de plataforma neutral y mostrar una voluntad por mejorar el ecosistema que un emporio del entretenimiento atrae a millones de personas cada día. Una demostración de su poder de conmutación y la intención de hacerlo si lo ve necesario.
Please don't eat laundry pods. Learn more ways to #preventpoison https://t.co/jjJGA8N1H4 pic.twitter.com/WxJFmeO3Y7
— US Consumer Product Safety Commission (@USCPSC) January 13, 2018
Las familias de los 39 adolescentes norteamericanos que llevan en 2018 protagonizando casos de intoxicación por consumo de pastillas de detergentes probablemente lo agradezcan.