Casi un millar de turistas han sido aislados en un hotel del sur de Tenerife después de que un turista italiano que se alojaba en las instalaciones diera positivo por coronavirus. El Gobierno de Canarias ha puesto en cuarentena a la pareja del contagiado, ha activado el protocolo preventivo y ha movilizado a la policía para asegurarse que nadie pueda ni entrar ni salir del hotel de Adeje.
El paciente de COVID-19 se encuentra ingresado en el Hospital Universitario Nuestra Señora de Candelaria de Santa Cruz de Tenerife y evoluciona favorablemente. Sin embargo, mientras las autoridades investigan si durante la semana que ha apsado en la isla pudo contagiar a alguien más, España se enfrenta no solo al primer gran aislamiento masivo por la epidemia, sino a una crisis que examinará la eficacia de sus protocolos y su capacidad para hacer frente a un brote nacional que cada vez parece más probable.
Las autoridades se preparan
Mientras el Ministerio y las Comunidades Autónomas ultiman las nuevas medidas preventivas contra la epidemia y esperamos a que la Comisión Interministerial valore la nueva situación provocada por el positivo de Tenerife, los protocolos están en marcha y las autoridades siguen llamando a la calma. El pánico solo añade más complejidad a la gestión del problema.
Sin embargo, el brote italiano ha devuelto el virus a la conversación pública y los expertos empiezan a asumir que no va a ser posible controlar el virus antes de que se vuelva pandémico. Como decía la OMS, "tenemos que hacer todo lo posible para prepararnos para una potencial pandemia". Hay que esperar lo mejor, preparándonos para lo peor.
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