El mundo vive la peor epidemia de gripe aviar conocida. Una que ha matado a más de 250 millones de aves y que ha conseguido pasar bajo el radar de algunos de los sistemas epidemiológicos más avanzados del mundo. Durante meses.
Sin embargo, la OMS ha estado relativamente tranquila. Desde 2003, hemos identificado 889 casos en humanos y, aunque la mortalidad es muy alta, siempre habíamos identificado el origen: "el riesgo general para la salud pública que plantea el A(H5N1) es bajo". Eso acaba de cambiar.
¿Qué ha pasado? Estados Unidos acaba de confirmar el primer caso de un paciente infectado por la gripe aviar H5N1 del que se desconoce la vía de contagio. El paciente, que residía en el estado de Misuri, no parece haber tenido contacto con animales de granja (o mascotas) ni consumió leche de vaca cruda. Esas dos son son las vías más comunes de infección y, una vez descartadas, ponen al Centro de Control de Enfermedades norteamericano en problemas.
Sobre todo, porque no es el único caso bajo sospecha: los investigadores del CDC investigan tanto un contacto cercano del paciente que experimentó síntomas en mismo día (pero, al recuperarse, no se le realizó ningún test) como un trabajador sanitario que también sufrió síntomas (pero que, por ahora, parece haber dado negativo).
¿Por qué esto es un problema? Conforme crecía la gripe aviar y la zoonosis se hacía más grande, la comunidad científica se empezó a preocupar. Pero cuando el brote mundial alcanzó una dimensión tan extremadamente grande, los mismos científicos empezaron a calmarse. Parece una paradoja, peor no lo es.
Después de tanta circulación, copias y saltar a tantas especies, si el virus no había saltado al ser humano de forma contagiosa era porque no era algo sencillo. Y esa dificultad jugaba a nuestro lado.
El problema es que, si el virus ha saltado ese muro, la situación cambia.
¿Debemos preocuparnos? Es pronto para saberlo. Es cierto que en Misuri no se han detectado casos en los últimos meses. Ni en personas, ni en animales. Eso hace muy complicado encontrar una explicación.
Sobre todo, cuando han tardado más de un mes darse cuenta del tipo de gripe que era, secuenciarla y rastrear a los posibles contactos. Hemos aprendido cosas de la pandemia, pero epidemiológicamente hablando no son tantas: el "momento cero" de la próxima pandemia puede ocurrir en nuestro patio de atrás sin que nos demos cuenta hasta mucho después.
No bastante, también es posible que en Misuri (por pura desorganización) hayan sido incapaces de encontrarle una explicación "estándar" al contagio; aunque exista.
Y, mientras se aclara todo, ya hay cosas que están cambiando. La jefa de prevención de epidemias y pandemias de la Organización Mundial de la Salud (OMS), María Van Kherkove, ha mostrado su "preocupación" por este caso. El CDC ha redoblado los esfuerzos en la vigilancia de gripes de tipo H5.
¿Es suficiente? No. De ninguna manera. Tenemos aún reciente la experiencia de que un epidemia puede parar el metabolismo mundial y exponernos otra vez a ello tiene riesgos sistémicos ejemplares. No obstante, nadie tiene muy claro qué ocurrirá en los próximos días y semanas. Lo que está claro es que no hay mucho tiempo que perder.
Imagen | CDC
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