Neuralink llevaba la delantera en el desarrollo de implantes cerebrales. Cada vez le sale más competencia

Paradromics planea comenzar sus ensayos clínicos en humanos en 2025, si todo va según lo previsto

Corte Paradromics
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Los interfaces cerebro-ordenador son ya una realidad. Una realidad aún en etapas embrionarias, pero una realidad al fin y al cabo. Prueba de ello es la diversidad de empresas que, poco a poco, van asentándose en el mercado.

Nuevo competidor. Una de ellas es Paradromics, una empresa estadounidense que recientemente anunciaba un gran paso a la hora de entrar a este mercado. La empresa se encuentra ya ultimando los preparativos para comenzar los ensayos en pacientes humanos de su implante cerebral destinado a funcionar como interfaz cerebro-ordenador.

O no tan nuevo. Paradromics fue fundada en Texas en 2015, un año antes de la llegada de Neuralink. Sin embargo los primeros ensayos clínicos de su dispositivo, al que han denominado Connexus Direct Data Interface, aún no han comenzado.

En 2017 la empresa recibía financiación por parte de la Agencia de Proyectos de Investigación Avanzados de Defensa de los Estados Unidos (DARPA) por una cantidad de 65 millones de dólares. El objetivo: crear interfaces entre cerebro y módem capaces de facilitar la conexión entre el órgano encefálico y el ordenador.

Registro de pacientes. A finales del mes pasado la empresa daba cuenta de sus preparativos y ya en julio de este año, Paradromics anunciaba la creación de un registro de pacientes. Los ensayos clínicos podrían comenzar en 2025.

Para asegurar el buen ritmo del proceso, el proyecto ha sido aceptado en el programa Total Product Life Cycle Advisory Program de la FDA (Food and Drug Administration), la agencia reguladora a cargo de tratamientos médicos y farmacológicos. Este programa busca agilizar la llegada de aparatos seguros y efectivos a los pacientes en casos considerados de “importancia en salud pública”.

Connexus DDI. El sistema Connexus DDI (Direct Data Interface) cuenta con dos aparatos clave y un cable que los conecta, todos ellos introducidos quirúrgicamente en el paciente. El primero de los aparatos, es el módulo cortical, que va conectado al cerebro. Este dispositivo cuenta con un procesador en su chip y 421 microelectrodos que lo conectan al cerebro.

El segundo de los aparatos clave es el transceptor interno. Este es el encargado de recibir la señal y transmitirla inalámbricamente a un segundo transceptor, este externo, que es el encargado de comunicarse con una unidad computacional. Esta, explica la empresa, aplicará modelos de inteligencia artificial y aprendizaje computacional para poder interpretar las señales recibidas desde el cerebro del paciente.

De cuatro en cuatro. El sistema ideado por Paradromics permite la instalación de hasta cuatro módulos corticales en distintas regiones del cerebro, lo que sumaría un total de 1684 electrodos conectados.

Panorama cambiante. Los implantes neuronales poco a poco pasan del dominio de la ciencia ficción al de la ciencia a secas. A empresas como Neuralink y Paradromics hay que sumar muchas otras. Entre ellas, Synchron es una de las que podríamos considerar aventajadas en el mercado. También puede destacarse Neuroscroll, el proyecto con el que China entra en este mercado emergentes.

En conjunto, estos proyectos suman ya varios ensayos clínicos con pacientes humanos que comienzan a beneficiarse de este tipo de innovaciones. Estos dispositivos tienen el potencial de ayudar a personas con problemas de movilidad, como los causados por las esclerosis o accidentes, a comunicarse de forma rápida y eficiente con su entorno. Cuantas más innovaciones haya en este campo más fácil será que estas lleguen antes y a un mayor número de usuarios.

En Xataka | Synchron: la empresa australiana que va por delante de Neuralink en la carrera por los chips cerebrales

Imagen | Paradromics

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