Las guías alimentarias recomiendan que frutas y verduras formen un pilar básico de nuestra dieta diaria. Los plátanos suelen ser de gran ayuda a muchos para cumplir con estos requerimientos, ya que se trata de frutas disponibles todo el año y muy prácticas para llevar con nosotros.
Consumir esta fruta con frecuencia es sin duda beneficioso para nuestra salud pero, ¿hay algún límite?
En primer lugar podemos recordar qué es lo que hace a los plátanos una importante fuente de nutrientes, empezando por los básicos. Por cada 100 gramos de plátano, en promedio consumimos 20 de carbohidratos; 1,2 g de proteínas; y 0,3 g de lípidos o grasas según datos de la Fundación Española de la Nutrición.
Estas cifras son superiores a las de otros clásicos de nuestros fruteros como naranjas o manzanas. Esto viene acompañado con un mayor aporte calórico por cada 100 g de producto: si el plátano nos aporta 94 kilocalorías (Kcal), naranjas y manzanas aportan 42 y 53 Kcal respectivamente.
Los plátanos también son una importante fuente de fibra, pero sin duda el nutriente estrella de estas frutas es el potasio. Este elemento funciona como un electrolito, ayudando a regular funciones vitales como conducir las cargas eléctricas utilizadas por el sistema nervioso para, por ejemplo, contraer nuestros músculos.
Los electrolitos como el potasio y el sodio ayudan a regular los líquidos en el cuerpo. El potasio ayuda por ejemplo a contrarrestar el efecto del sodio en nuestra presión sanguínea.
¿El cielo es el límite?
El exceso de cualquier cosa puede acabar siendo nocivo, incluso el exceso de agua. Pero no siempre es sencillo pasarnos con la cantidad. En el caso de los plátanos son dos los nutrientes que nos aporta en cantidades relativamente altas, carbohidratos y potasio. Es por eso que, si nos preocupa el consumo excesivo de plátanos, tengamos que considerarlos.
El 90% de las calorías del plátano (una pieza de 160 g tiene unas 99 Kcal) proceden de los hidratos de carbono, pero la naturaleza de estos hidratos cambia a medida que la fruta madura: en los plátanos “verdes” estos hidratos aparecen en forma de almidones, que poco a poco van transformándose en azúcares.
La segunda cuestión a resolver es si el consumo de plátanos puede hacer que ingiramos demasiado potasio. Al exceso de este elemento en nuestro cuerpo se lo denomina hipercalemia.
Esta afección suele no suele aparecer tanto cuando consumimos demasiado potasio como cuando nuestro cuerpo tiene problemas para procesarlo y desecharlo como causa de un fallo renal. Aun así a los pacientes con este trastorno se les recomiendan cambios dietéticos, entre ellos reducir o evitar el consumo de plátanos y frutas como naranjas, kiwis o melones.
Se han dado casos en los que el consumo excesivo de plátanos se ha vinculado con la aparición de hipercalemia. Sin embargo se trata de casos extremos, algunos asociados a consumos “obsesivos” de esta fruta.
Más difícil aún es la posibilidad de inducirnos una “sobredosis” de potasio por consumir demasiados plátanos. La dietista del hospital londinense de St George's, Catherine Collins, explicaba a la BBC que haría falta ingerir de una sentada unos 400 plátanos para causarnos una sobredosis de este elemento.
¿Podemos comer entonces plátanos a diario? La respuesta depende de muchos factores, pero una persona adulta, sana y con una dieta variada puede comer un plátano de forma diaria sin que esto suponga un riesgo para su salud.
El aporte calórico de una pieza plátano representa una pequeña fracción de nuestro consumo calórico diaria (entre un 4 y un 5% aproximadamente). Una unidad tampoco alcanza por sí misma a suplir el aporte en potasio que necesitamos, aunque esto también lo suplimos con otras fuentes.
Quizá por tanto la principal consideración a tener en cuenta es que los plátanos no pueden ser la única fruta de la que dependamos. Existen otros micronutrientes, como la vitamina D, que no están tan presentes en esta fruta como en otras. Es por eso que, si bien consumir un plátano al día pueda ser perfectamente saludable, debemos recordar también consumir otras variedades de fruta.
En Xataka | El plátano debe morir (y sólo la ciencia puede resucitarlo)
Imagen | Eiliv Aceron
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