Desde el pasado 1 de enero de 2017, las empresas francesas tendrán que garantizar a sus empleados el "derecho a desconectar", una regulación que obliga a compañías con más de 50 empleados a negociar con ellos su derecho a ignorar llamadas y emails de trabajo fuera de la oficina.
Este tipo de uso del móvil fuera de las horas de trabajo para contestar llamadas o correos electrónicos hace que los trabajadores tengan, según la medida, problemas de estrés, de descanso e incluso de relaciones personales: muchos empleados no saben si pueden desconectar o cuando pueden hacerlo, y en Francia quieren poner fin a este problema.
A favor de la conciliación
La medida fue elaborada por la ministra de trabajo Myriaim El Khomri, que ya en septiembre de 2015 alertó de los peligros de esa "info-obesidad" que lleva a los empleados y a las empresas a tener una filosofía de conexión constante al trabajo, esté uno dentro o fuera de la oficina.
La regulación obliga a que haya una negociación para establecer esos derechos a desconectar y que ese trabajo no sea un obstáculo para sus vidas privadas. En caso de no llegarse a un acuerdo, la empresa debe publicar un documento en el que se hagan demandas explícitas de las exigencias que deben cumplir los empleados fuera de sus horas de oficina.
La medida, eso sí, no prevé sanciones para aquellas empresas que no definan este tipo de planificación, algo que podría hacer poco efectiva esta nueva regulación. Sea como fuere, parece una medida prometedora para que la conciliación entre la vida laboral y la personal.
Vía | The Guardian
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