No hay bloqueo ni cuarentena que pare el ciclo de renovación de Huawei y muestra de ello ha sido la presentación de no dos, sino tres P40 de gama alta. Los Huawei P40, P40 Pro y P40 Pro+ suponen la primera ronda de buques insignia del fabricante para 2020 y ya tenemos unas primeras impresiones del Huawei P40 Pro tras haberlo podido probar incluso en las relativamente complicadas condiciones en las que nos encontramos.
Una renovación que supone un mayor salto a nivel de diseño , centrándose en la curvatura y dando protagonismo a las cámaras tanto a nivel de especificaciones como de aspecto. La pantalla, eje de la interacción usuario-interfaz, forma parte de ese salto y en este primer contacto os contaremos qué tal con ese "Overflow Display" y los 90 hercios de tasa de refresco.
Bienvenida, trasera mate (aunque te me quieras escapar)
Del Huawei P20 Pro al Huawei P30 Pro el salto fue bastante menor que del segundo al P40 Pro. Sobre todo hablando del acabado en mate, que recuerda mucho más a un iPhone 11 Pro que a cualquier antecesor.
La trasera mate efectivamente se ensucia menos: no es indemne a todo pero si aguanta muchísimo más que el habitual acabado en brillo, normalmente más proclive a que queden las huellas. Eso sí, el móvil resbala muchísimo, casi obliga a llevar funda si no queremos que pueda salir volando en cualquier momento.
Aunque hay otros aspectos de diseño y construcción que nos han llamado más la atención: uno es que en mano no sólo es cómodo, sino que parece compacto. Una sensación que comprobaremos en el análisis a fondo (con dimensiones y volumen en comparación), pero que resulta especialmente agradable si no nos acabamos de acostumbrar a esa media de tamaños y diagonales que no para de subir desde hace un tiempo.
El módulo de cámaras traseras es grande y llamativo, pero tampoco es algo fuera de lo habitual viendo la tendencia. El borde de metal, eso sí, esta vez destaca más que en su predecesor (para bien o para no tan bien, para gustos, colores) y se percibe en mayor medida en el agarre, no teniendo demasiada continuidad con la pantalla sobretodo en las esquinas (ahí estéticamente es, quizás, más cuestionable).
De momento nos parece que se mantienen las sensaciones bastante con respecto al P30 Pro en cuanto a agarre, aunque el anterior fuese “más puntiagudo” en su borde metálico y este casi dibuje una semiesfera perfecta. Tendremos que probarlo más para ver cómo sienta la curva al manejo, así que ya os contaremos en el análisis.
En la pantalla vemos dos buenas noticias: se aumentan la resolución (un poco) y la tasa de refresco. A falta de ver si esto repercute en la autonomía de manera notable, en este primer contacto nos han dado muy buenas sensaciones.
Aún no hablamos de una resolución de récord, y a nivel de tasa de refresco los móviles gaming aún miran al resto por encima del hombro, pero ambas mejoras suponen haber puesto un adoquín más en el camino de lograr una experiencia de verdadero tope de gama a nivel de panel. El grado de nitidez, contraste y brillo son más que correctos, y aunque viene sobresaturada de fábrica, EMUI sigue dando opción para que pongamos el modo de color normal (y no el vívido), así como ajustar la temperatura de los blancos.
La curvatura no crea demasiada sombra al menos de marea frontal, por lo que no es molesto al leer cualquier texto. Sí se ve más al ladear el móvil, pero no es una posición natural y tampoco parece un drama.
Tanto resolución como tasa de refresco pueden ajustarse de manera manual o automática. Sobre la primera hemos de hacer más pruebas, pero en su primer momento nos da la sensación de que scrolls y transiciones van más fluidas.
Lo que más preocupa a medio plazo es que haya toques accidentales al apoyar los dedos en los bordes. Los había en el P30 Pro y la app de cámara, pero de momento no los hemos observado salvo al intentar manejar el móvil con una mano (los dedos “achuchan” los bordes).
Hardware y software conocidos, para bien y para no tan bien
Los Huawei P heredan procesador de los Mate y en este caso se ha repetido la jugada. En este P40 Pro y en los otros P40 (a excepción del Lite) vemos el Kirin 990, un procesador que ya probamos bien en el Huawei Mate 30 Pro, también esta vez con 8 GB de RAM.
Estamos viendo memorias más altas en Android, llegando a los 16 GB, pero tampoco es necesario como llevamos viendo un tiempo para que se ejecuten tareas exigentes y los procesos del sistema de manera correcta. A falta de exprimir bien el P40 Pro, tiene pinta de que en cuanto a rendimiento irá sobrado como su antecesor el Mate.
Hemos probado a reproducir vídeos, jugar, usar la cámara y lo que hemos podido para contaros qué tal en la toma de contacto y la sensación es ésa: no hay lag ni parones. Esta vez encontramos algún juego más en App Gallery como ‘Asphalt 9’, así que veremos qué tal a la larga.
Hablando del software, los Huawei (como los Honor) siguen sin servicios de Google. El sistema operativo es Android pero no hay ni Play Store ni otros servicios habituales en otros móviles, y como es habitual es EMUI la capa de personalización que viste al software base de Google, estrenándose la versión 10.1 con este lanzamiento.
En nuestra experiencia todo es bastante familiar en lo referente a aspecto y prestaciones, viendo que todo gira cada vez más en torno a que el usuario base su uso en los servicios propios de Huawei como el almacenamiento, la música, los contenidos o los datos de salud. Si no tenemos una cuenta con Huawei la experiencia quedará bastante limitada, así que compensa ir leyendo la información que compartimos cada vez e ir registrándose e iniciando sesión en las diferentes apps, sobre todo la tienda.
En App Gallery vemos que sigue habiendo mucho surtido, pero no tanto directamente útil. Novedades como Telegram destacan, siendo una app de mensajería relativamente conocida que puede venir muy bien en ausencia de WhatsApp y otras, así como la archiconocida y tan de moda TikTok.
Lo que parece que falte son apps más conocidas en cada mercado, al menos en lo referente al occidental. Por ejemplo, aún no encontramos clientes de correo habituales como Outlook (pese a que hay apps de Microsoft ya preinstaladas) ni la gran ausente: WhatsApp.
Por lo demás, el software parece funcionar bien y ser completo si no tenemos dependencia de Google y su Play Store (y está el recurso de buscar la apk e instalarla, lo cual suele funcionar con fuentes fiables). EMUI ofrece un buen menú de personalización a nivel de navegación, pantalla, consumo y herramientas habituales como el Equilibrio digital o las herramientas de mantenimiento.
En cuanto a la batería, no ha habido evolución e integra una pila de 4.200 mAh. En principio podría dar una experiencia similar, pero son procesador y pantalla distintos entre otros componentes, así que veremos cómo sientan los 90 Hz y la mayor resolución al consumo energético.
Una fotografía que nos suena
En las cámaras han seguido por el camino del zoom, el sensor con píxeles amarillos y los objetivos telescópicos, de modo que la versatilidad parece garantizada con el triplete de moda y los precedentes. El P30 Pro demostró estar entre los mejores en fotografía el año pasado, destacando en zoom y foto nocturna, y es lo que esperamos ver como mínimo en ese P40 Pro.
En esta ocasión, el P40 Pro integra en su cámara principal un sensor de mayor tamaño. Como hemos dicho, es también de tipo RYYB y de 1/1,28 pulgadas, y según han explicado con él se logra más rango dinámico, menos ruido y que los fotodiodos (más grandes) recojan más luz.
Esto, junto con el Octa PD Autofocus y Huawei XD Fusion Engine (una tecnología de combinación de varios disparos para obtener mejor resultado) son las principales mejoras. Además, el teleobjetivo mantiene el zoom óptico de 3x y también integra un sensor RYYB.
Es pronto para hablar de la calidad fotográfica de manera definitiva, pero en las pocas pruebas que hemos podido hacer parece que las sensaciones serán parecidas. En la app hemos visto poco cambio, estando la pestaña “más” con el HDR y otros modos, apertura y retrato siguen siendo modos distintos y el modo noche permite hacer ajustes manuales como anteriormente.
Esta vez lo que no hay son opciones para elegir en cuanto a la resolución de la fotografía, pudiendo ajustar la del vídeo. Así, dispararemos siempre a unos 13 megapíxeles si tiramos con la principal (4.098 x 3.072 píxeles).
Lamentablemente, hemos podido probar las cámaras poco y no en las mejores condiciones (confinamiento y día nublado no han sido buenos aliados), pero ya nos da para comentar algunas pinceladas del desempeño fotográfico. Las cámaras parecen destacar de nuevo en baja luz y planos alejados, con buen resultado incluso de los zoom digitales y con una nitidez y limpieza destacables de noche y en interiores, cuando otros móviles dan fácilmente acuarelas y grano.
El modo de apertura también nos ha gustado. Cabe recalcar que el modo retrato no exige de manera activa que se ejecute con personas, pero si lo hacemos con cualquier cosa que no lo sea veremos como la foto queda como si la echásemos en automático.
El HDR parece bastante agresivo al menos en interiores, habrá que ver qué tal en las distintas situaciones. Y el modo noche sigue disparando con menor ISO que el automático pero logrando más definición en una misma situación.
Hablando un poco de la experiencia multimedia, por ahora parece cumplir con lo esperado en cuanto a calidad de imagen y sonido. El audio parece correcto y de calidad tanto en los sonidos de los videojuegos como a la hora de reproducir un vídeo en streaming o la música de Huawei Music (especialmente en este tercer caso), con buen rango dinámico y volumen de sobra.
No hay jack de audio pero se entregan auriculares con USB tipo-C de tipo in-ear que también dan buena experiencia (a falta de probarlos en llamada, tanto auriculares como el propio teléfono). Se ha mantenido la opción de que la pantalla sea el propio auricular, lo cual estéticamente siempre es una buena alternativa y en este caso además resulta correcto en términos de desempeño.
Cuando el continuismo parece el buen camino
Teníamos muchas ganas de saber qué tenían preparado en Huawei para hacer frente a la primera hornada de buques insignia de 2020, que desde (casi) su propia casa empezó bien pronto con el Honor View30 Pro. La apuesta es, a priori, continuista: es un P30 Pro actualizado y mejorado que mantiene gran parte de la genética ya conocida, pero como en otras ocasiones esto no es, ni mucho menos, un reproche.
Los cambios estéticos tendrán sus seguidores y sus contrarios, pero se mantiene la buena construcción y la calidad de los materiales. Y lo que nos ha gustado (esto quizás con cierto sesgo, sí) es que se mantiene con bastante aproximación el volumen del P30 Pro, que aunque pequeños no son logran ser algo contenidos en comparación a otras propuestas como el Samsung Galaxy S20 Ultra.
Veremos qué tal queda en la batalla fotográfica y en nuestro análisis en profundidad, pero por ahora nos deja buen sabor de boca. La principal incógnita: si el software propio sale compensado con el hardware y se convierte en un buen candidato para quienes dudan en este aspecto.
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