Cerrad los ojos e imaginad un futuro singular. Uno en la que la Federación Terrestre está en guerra con Deneb, y en dicha guerra se utilizan armas de largo alcance controladas por ordenadores que son caros y complejos de sustituir. Nadie entiende muy bien cómo funcionan, hasta que un técnico de grado inferior, Myron Aub, descubre por ingeniería inversa los principios de la aritmética básica. Ese sencillo descubrimiento, escondido en lo más profundo de la memoria de la humanidad, provoca que por fin los humanos vuelvan a saber coger un lápiz y un papel y hacer algo tan simple como una suma o una multiplicación.
Ese es el argumento de 'El sentimiento de poder', una premonitoria historia corta incluida en la novela de Isaac Asimov "Sueños de Robot". Y aunque exagerada, lo cierto es que su principio fundamental es aterrador. Las máquinas, la tecnología, están haciendo que perdamos gradualmente todo tipo de tradiciones, rutinas y aprendizajes que hasta ahora conformaban nuestra vida. Esa tecnología que nos hace la vida más cómoda también nos está haciendo perder libertad y capacidad en muchas áreas que ahora miramos casi con desprecio. ¿Para qué pensar si una ordenador puede hacerlo por nosotros? ¿Para qué trabajar con nuestras manos si un robot puede superarnos en velocidad y precisión, ahorrándonos el esfuerzo?
¿Para qué recordar?
El autor americano Nicholas Carr precisamente centra en esas preguntas su último libro, 'Atrapados', en el que analiza el impacto que la tecnología ha tenido en nuestras vidas, sobre todo en estos últimos años en los que los smartphones se han convertido en nuestros inseparables acompañantes y en lo que el acceso a Internet hace que tengamos respuesta a (casi) todas nuestras preguntas.

La cuestión no es nueva, por supuesto. Ya en 2011 Wired se preguntaba sobre una idea que nos rondaba en la cabeza desde hacía años. ¿Está Google arruinando tu memoria? Un estudio conjunto de la Universidad de Columbia, la Universidad de Harvard y la Universidad de Wisconsin trató de evaluar el impacto de Google en nuestra memoria con cuatro sencillos experimentos.
En uno de ellos los participantes escribieron 40 hechos genéricos -por ejemplo, 'el ojo de una ostra es más grande que su cerebro'- en un ordenador. A la mitad de ellos se les dijo que la información quedaría guardada en el ordenador, mientras que a la otra mitad se les dijo que esa información se borraría más adelante. La conclusión de ese primer experimento era clara: "los participantes no hicieron ningún esfuerzo para recordar si sabían que luego podrían consultar los hechos que habían introducido".
Otras pruebas daban el mismo resultado, y en todos ellos se enfatizaban "los efectos amnésicos de Internet", lo que ha hecho que Google se convierta en muchas ocasiones en un perfecto y accesible sustituto de nuestra memoria. Los científicos destacan que hasta no hace mucho los seres humanos nos basábamos en nuestra 'memoria transactiva': la única fuente de información fiable habían sido precisamente otros seres humanos. Pero Google (o la Wikipedia, otro buen ejemplo) se ha convertido en esa referencia infalible, esa fuente de información que hace innecesario que tengamos que memorizar cualquier dato.
El artículo de Wired destaca que en realidad los humanos somos muy malos recordando. Nuestra memoria, de hecho, se 'reconsolida' continuamente. Cada vez que rememoramos un dato también lo reconstruimos, modificando de forma sutil cierto detalles, algo que provoca que cada nueva vez que recordamos algo, este recuerdo se vuelve gradualmente menos preciso -lo que podría tener que ver con que a menudo lo exageremos-. Pero Google no reconstruye nuestra memoria -o más bien, la suya-: la reproduce tal cual la registró por primera vez, salvo que lógicamente esa información haya sido modificada o actualizada de forma automática o manual.
Yo no soy tonto. O puede que sí.
La amenaza está presente en todos los ámbitos de nuestra vida, sobre todo para países desarrollados en los que la tecnología se ha integrado tan profundamente en nuestras vidas que, literalmente, nos está convirtiendo en un poco más estúpidos. La pregunta de Wired en 2011 era solo una de las muchas que nos hemos estado planteando desde hace años, porque 3 años antes, en julio de 2008, en The Atlantic se hacían una pregunta aún más inquietante: ¿Está Google convirtiéndonos en estúpidos?

Evidentemente la pregunta podría extenderse a otros servicios y herramientas similares, pero también a productos tecnológicos que evitan que tengamos que esforzarnos demasiado. Uno de los ejemplos que más se citan en los últimos tiempos es el de los lectores de libros electrónicos y sus competidores directos: los libros en papel de toda la vida.
Diversos estudios parecen demostrar que la concentración que se logra al leer libros en papel es mayor que la que ofrecen los dispositivos orientados a leer libros electrónicos. Hablaban de ello en Scientific American en abril de 2013 y revelaban cómo hasta 1992 "la mayoría de los estudios concluían que la gente lee más lentamente, con menor precisión y con menos compresión en pantallas que en papel. Los estudios publicados desde principios de los 90 indican no obstante resultados menos consistentes. Una ligera mayoría confirma las conclusiones previas, pero casi la misma cantidad encuentran muy pocas diferencias significativas en la velocidad de lectura o la comprensión entre la lectura en papel y en pantalla".
Aún así, continúan en dicha reflexión, tanto ciertos experimentos de laboratorio como informes de consumidores "indican que las pantallas modernas y los lectores electrónicos fracasan a la hora de recrear adecuadamente ciertas experiencias táctiles a la hora de leer en papel que mucha gente echa de menos y que, lo que es más importante, evitan que la gente navegue por textos largos en una forma intuitiva y satisfactoria".
Las distracciones que generan los dispositivos electrónicos y esa propensión a la procrastinación es una amenaza real en escenarios muy claros. Y el más preocupante, el de nuestros centros educativos, donde la introducción de la tecnología -con portátiles y tablets que prometían una revolución en la educación- está siendo muy discutida -algo que también discutían hace muy poco en The Atlantic-. De hecho, hay un texto cada vez más célebre sobre el tema, 'The Pen Is Mightier Than the Keyboard' en el que se alude a las desventajas de la toma de apuntes con teclado frente a ese proceso con el tradicional lápiz y papel.
El smartphone como asistente tóxico
Es, como decíamos, una de las áreas en las que la tecnología parece estar haciéndonos la vida más cómoda, pero no necesariamente mejor. Los smartphones son probablemente el mejor ejemplo de esa simplificación de nuestra rutina diaria que debemos tratar también de contemplar con cierta perspectiva crítica.

Porque esos terminales móviles sin los que ya no podríamos vivir -y sin los que la gente ha vivido perfectamente bien hasta no hace mucho- nos ayudan en todo momento. Evitan que nos perdamos en el coche, evitan que cometamos faltas de ortografía (algo que no parece importar demasiado en aplicaciones de mensajería instantánea), y nos permiten realizar cálculos y operaciones rápidas en todo tipo de situaciones.
Nos evitan, como en otros ámbitos, tener que pensar. Tener que recordar. Algo que lógicamente es peligroso y que crea un nuevo paradigma en nuestro uso de la tecnología -que debería ser analizado y diría más, hasta regulado- que puede llevar a situaciones en las que efectivamente acabemos por dejar de esforzarnos. ¿Para qué?
Un futuro aterrador
Es inevitable no hacer todo tipo de elucubraciones con lo que nos depara un futuro en el que la tecnología seguramente tendrá más y más relevancia en nuestras vidas. Las películas de ciencia ficción no suelen ser demasiado benévolas con la humanidad en esas predicciones -aunque casi siempre hay algún héroe salvador que nos saca las castañas del fuego-, y lo cierto es que tanto los estudios como la realidad cotidiana nos hace pensar que las desventajas de esa dependencia de la tecnología podrían ser más perjudiciales que sus ventajas.

Personalmente soy incapaz de no hacer referencia a otra de esas películas de ciencia ficción. Una dulce, fantástica e injustamente subestimada historia que ofrece una perspectiva distinta pero igualmente preocupante. Se trata de WALL-E, una producción de Pixar de 2008 que alude a esa dependencia de la tecnología de una forma prodigiosa.
En una de las escenas de la película (claramente no dirigida a niños) el pequeño protagonista llega a la nave en la que multitud de seres humanos viven, y allí observa algo asombroso. Todos ellos -orondos y orondas por la inactividad física y una dieta poco adecuada- van en sillas flotantes de las que no se bajan porque, sencillamente, no lo necesitan. En la escena en cuestión uno de ellos trata de obligar a WALL-E a que recoja su vaso de refresco para llevárselo, pero al intentar dárselo cae de la silla y queda en medio de la calle 'peatonal' -por la que no hay nadie andando- como un bebé, sin ser capaz de levantarse.
La escena, a pesar de estar retratada con la genialidad habitual de Pixar, es inquietante por la realidad que plantea. ¿Nos enfrentamos a un futuro en el que ya no necesitaremos andar, en el que apenas nos moveremos, o pensaremos, o nos esforzaremos? Terrible.
Irónicamente, Google -y por extensión, otros buscadores y servicios-, que parece tener todas las respuestas, no parece tenerla a una pregunta muy simple: ¿Google, nos estás haciendo más estúpidos? La respuesta es un silencio binario aterrador. Porque puede que en el fondo Google sí sepa la respuesta y no quiera dárnosla.
Nota: Aunque la reflexión tiene -adrede- un enfoque pesimista y tremendista, la idea precisamente es la de que ese tono obligue a que al menos durante unos minutos reflexionemos hacia dónde nos está llevando la tecnología. Obviamente, las ventajas que ha traído la adopción de todo tipo de tecnologías son asombrosas, y como convencido absoluto de sus ventajas personal y profesionalmente simplemente quería apuntar a una realidad patente: la de que hay que ser autocríticos y poco autocomplacientes. No dejéis de pensar. Ni de recordar.
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r a g n o r
Todos estos argumentos han aparecido a cada nueva invención tecnológica. Sea la imprenta, el telégrafo o Internet, siempre hay una premonición del acabóse.
Es curioso el temor que siempre ha habido a que nos volvamos más estúpidos, esa insistencia en querer demostrar que las futuras generaciones son/serán más estúpidas que nosotros.
Dudo mucho todo lo expuesto, y me parece, sin ánimo de ofender, un análisis bastante vago de la realidad. Lo cierto es que los móviles y ordenadores nos ayudan a potenciar muchas otras habilidades.
"Es que antes se recordaban los números de teléfono y ahora nadie se esfuerza en recordarlos". "Es que nosotros teníamos que aprendernos la lista de los reyes Godos y ahora ya no se hace". "Es que nosotros jugábamos en la calle y ahora los niños se quedan en casa". "Es que nosotros hablábamos por teléfono y ahora sólo se envían mensajes". Muy bien, las cosas cambian, pero del mismo modo, estamos potenciando otras facetas. Esta nueva generación ha dejado atrás un consumismo de contenidos para pasar a ser creador de contenidos, y esa estimulación favorece muchas facetas.
La posibilidad de hacer páginas web y blogs abrió un gran abanico de posibilidades creativas. Del mismo modo sucederá con las impresoras 3D, por ejemplo. Y todo se va masificando: trabajos que antes sólo hacían un pequeño número de personas, cada vez lo puede hacer más gente (y por gusto y sin buscar únicamente un ánimo de lucro). Antes la gente sería mucho más lista que ahora, pero estoy convencido que la relación entre trabajos "de proletariado" (me refiero a trabajos mecánicos en los que poco se pensaba) y trabajos creativos (y no me refiero únicamente al diseño, sino en los que se tiene que pensar y abstraer) ha disminuido considerablemente con el tiempo.
Por lo que no, no estoy nada de acuerdo con esa visión pesimista del futuro, sino que pienso todo lo contrario. ¿Acaso somos más tontos ahora que antes por culpa de la imprenta (porque escribimos menos) o por el telegrama (porque ya no enviamos tantas cartas)?
abceddn
Año 10000 A.C. compañeros, el uso de lanzas, martillos de piedra, y cuchillos de piedra nos esta quitando la capacidad de cazar con nuestras propias garras, posiblemente la tecnología nos está convirtiendo en niñitos que no podrán alimentarse o defenderse en este mundo cruel. Siglo XXI, el hombre es el animal más poderoso de la tierra con la capacidad de la destrucción masiva.
Siglo XVIII compañeros, los hilares automáticos y las locomotoras a vapor nos están haciendo más débiles, en un par de años no podremos cargar una sola caja, además con máquinas quitándonos los trabajos no podremos mantenernos y moriremos de hambre en pos de máquinas frías. Siglo XXI el mundo está completamente globalizado, con mercados nacientes por doquier, y economías (aunque frágiles), de tamaño mastodóntico.
Siglo XXI compañeros, la tecnología nos está haciendo más estúpidos, ya no recuerdo casi nada, pues todo está guardado en mi teléfono, si seguimos por este camino, seguramente acabaremos como bolas de carne que necesiten de un respirador para vivir. Siglo XXIII el hombre se ha extendido por gran parte de la galaxia y ha encontrado vida primitiva, semi inteligente y a través de la comprensión de su primitivo lenguaje descubrió que esta sociedad no avanza, pues decidieron que era mejor cazar con sus garras y dejar de lado esos creadores de inútiles, llamados cuchillos de piedra.
Lo cierto es que la tecnología nos hace más capaces, comprendemos mejor nuestro entorno y amplia nuestros límites en todas direcciones. La tecnología es una herramienta y como tal, depende de quien la use y la intención con la que se use, es decir, mientras que la mayoría usa el Smartphone para recordar su día, otros lo ocupan como fuentes de datos masivos para predecir eventos mediante patrones humanos.
galtxu
También somos los mamíferos con la dentadura menos desarrollada, porque la tecnología ha hecho que dejemos de necesitar dientes como cuchillos para poder cazar y no veo a nadie quejandose por ello.
SigsegV
Los romanos se limpiaban el culo con un palo. Ahora usamos papel higiénico. LA decadencia es brutal, qué pena.
josemicoronil
Hay un fallo en todo ésto: Básicamente decís tanto ustedes en este post, como en las investigaciones, que nos hacemos más tontos por el simple hecho de que no necesitamos memorizar tantos datos como antes ¿Acaso la capacidad de memorizar nos hace más o menos inteligentes? Yo la verdad creo que, tal y como hacemos ahora, no tenemos la necesidad de memorizar gran cantidad de datos ya que éstos pueden almacenarse y/o consultarse un una gran cantidad de medios distintos, sin embargo la lógica, la creatividad, la genialidad, etc. son características humanas insustituibles y que la verdad creo que son las que verdaderamente nos hacen más o menos inteligentes, y quizá si tenemos la mente algo más abstraída de de memorizar datos quizás podremos utilizar más nuestro ingenio.
Un saludo !
venzedor
Es lógico que en el avance tecnologico se pierdan artes y formas. ¿Quien usa pluma y tinta, tiralineas o una máquina de escribir a diario? Evolucionan nuestras herramientas y costumbres.
Fruto de ello perdemos ciertas habilidades pero avanzamos en otras.
Interesante sin embargo la reflexión de si en términos absolutos involucionamos.
vorpal
Avanzamos a hombros de gigantes.
Google no es más que un apoyo o ayuda para seguir avanzando, pero se nutre del conocimiento y la experiencia humanos.
Saludos.
silver2048
mi novia me dijo la computadora o yo y bueno, aunque la extraño sigo jugando. no se quien perdio.
Usuario desactivado
Una puntualizacion. Google si tiene una respuesta para "¿Google, nos estás haciendo más estúpidos?", en concreto 1.010.000 resultados. XD
moises.fco.rod
Esta gente que critica los grandes avances, suena a veces como egoísta,la gran diferencia que yo veo, es que la tecnología esta más cerca del "populacho", cosa que antes no sucedía.
Un saludo,
virusaco
Estúpidos siempre han existido. Lo que hace la tecnología es darles más oportunidades a esos estúpidos, y facilitarles tanto la vida que se distinguen cada vez menos del resto.
Sin esta tecnología, esos estúpidos no destacarían en nada. Ahora, con un par de búsquedas en su móvil, pueden responder sin saber de qué hablan, a cualquier cuestión que se plantee.
El mundo siempre premiará a los listos, a los que se esfuerzan. Pero la tecnología hace que los estúpidos parezcan cada vez menos tontos.
Salu3
Sporty
tenemos a nuestras disposición más información y tecnología que nunca pero al movernos siempre en la capa que necesitamos, cada vez hay más información que desconocemos debajo nuestra.
Es un avance inexorable de la humanidad, cada vez aglutinamos más y más conocimientos porque partimos de los anteriores. Llega un momento en que apenas sabremos de donde procede la información, simplemente estará ahí (a no ser que nosotros, como seres vivos, evolucionemos consiguiendo almacenar mucha más información que hacemos ahora)
jordi.cerveragarcia
Quisiera aportar nada más que un par de detalles, el cambio de paradigma que intuyo que ocurrirá con el paso realmente masivo de todo a los ordenadores no será una pérdida de memoria, más bien, será la falta de necesidad de recordar datos inanes. Y eso es un gran avance.
En la educación perderá sentido el intento de memorización para exámenes, las pruebas pasarán a ser exámenes de capacidad de comprensión, porque es mucho mejor ver un diagrama de como funciona, qué se yo, un motor turbojet y entender rápidamente y de forma visual su funcionamiento (Con pocos conocimientos básicos, que el aire se expande al calentarse y poco más) que el ensalzamiento de la memoria que aún en estos días sufrimos, o al menos, en las instituciones educativas de este país continuamos memorizando inumerables listas de vocabulario en biología, (O memorizan, por suerte) para aprobar un examen, olvidar, y repetir.
Este cambio nos permitirá una cambio de paradigma en el cual podremos aprender a hacer más, a crear más, a entender más, y para recordar, sí, tendremos esos pequeños aparatos en los bolsillos, conectados a el mayor proyecto de conocimiento humano que ha existido jamás.
nemeus
Gran artículo, creo que es una reflexión necesaria. Un warning que no hay que perder de vista. A los que nos gusta la tecnología solemos comprender sus entresijos y nos gusta precisamente por el ingenio que se encuentra detrás de ella. Pero no es lo general de esta sociedad en la que cada vez las matemáticas y las ciencias están más alejadas del gran público. Y ahí radica el peligro, en que la ciencia y la tecnología se están convirtiendo en seudoreligión y seudomagia respectivamente, para las que se aceptan sus postulados por argumentos de autoridad en lugar de por convencimiento racional. Para evitar un futuro parecido al presentado en el artículo, creo que el uso de la tecnología debería ir acompañado de la comprensión de la ciencia en la que se basa y de una continúa reflexión del uso que le damos.
mariovb
Un artículo sumamente genial, que poco crítico se es hoy en día con gran parte de la información que recibimos... ¡¡Nos la creemos toda!! Sin duda algo que la escuela del futuro (presente) debe aprender a potenciar
Usuario desactivado
"Temo el día en que la tecnología sobrepase nuestra humanidad.Entonces el mundo sólo tendrá una generación de idiotas"-Albert Einstein-
mikilink
Es cierto, yo no sé pescar con un palo afilado ni hacer fuego frotando un trozo de madera.... qué pena, je sus desolé :(
berfraper
Yo utilizo el teléfono como complemento de la misma forma que mi abuelo usaba una libreta: yo en lugar de llevar papel y boli encima llevo una máquina electrónica en la que anoto las cosas. Ocupa lo mismo y me resulta más cómodo. De la misma forma que un teléfono o la tecnología en general nos puede hacer perder memoria nos lo puede hacer perder una biblioteca. ¿Para qué aprender si tengo una biblioteca en mi ciudad? Falacias.
nicoosuna
Bueno, Google en general (y su ingeniero jefe Ray Kurzweil en particular) precisamente ven (y construyen) un futuro mucho más positivo. Prevén en 20-30 años que se produzca la singularidad. Momento en el que la genética, la nanotecnología y la robótica hagan que lo artificial y biológico se fundan.
Muy recomendable leer la biografía de Ray Kurzweil y su libro "La singularidad está cerca"
maxwe11
Creo que en mayor o menor medida, todos hemos pensado alguna vez sobre este tema. Como todo, la tecnología tiene su parte positiva y su parte negativa y lo importante es conocer la negativa para que no nos domine.
"Lo único a lo que tenemos que temer es al propio miedo."