Ha sido uno de los productos más atípicos del año en el mundo de los smartphones. Todo partía de una pregunta muy sencilla ¿y si hacemos un móvil con hardware de buque insignia a precio de gama media? La respuesta fue One Plus One, el producto de un pequeño fabricante chino con una estrecha relación a una compañía más conocida en el sector: Oppo.
En su día os trajimos un completo análisis de este terminal y ya ahí vimos una buena prueba de su potencial, aunque había algunos cabos pendientes por atar en la parte del software. Desde que escribimos nuestra reseña ha pasado un buen tiempo y un servidor se decidió a aventurarse más a fondo y convertirlo en su terminal principal.
La experiencia en vídeo con el One Plus One
El tope de gama asequible
Una vez vendido mi Nexus 5, mi anterior móvil principal, y haber conseguido una invitación para el One Plus One, decidí apostar por el modelo de 64 GB con acabado tipo pizarra en la parte trasera. Tenía algunas dudas con el servicio técnico aunque en todo este tiempo que llevo usándolo no he tenido que recurrir a la garantía.
Sin duda alguna, el One Plus One es un terminal grande. Es una línea muy sutil comparado con los modelos de cinco pulgadas pero se nota. Es un smartphone para quien quiere (o no le importa) tener un smartphone que usaremos muchas veces con dos manos. Las líneas son cómodas y aunque no es el más ligero (155 gramos) no es una mala proporción tamaño/peso.
Ya hablamos del diseño en nuestro análisis y a lo que dijo Kote en el análisis añado que es un terminal resistente. En este tiempo ha sufrido alguna que otra caída (de unos 50 centímetros sobre suelo de madera) y todavía no tiene ningún arañazo en los marcos y la pantalla se mantiene intacta.
Resistente, bien diseñado, es la prueba de que los fabricantes chinos se están aplicando con este apartado y pueden producir móviles con acabados de mucha calidad. El acabado tipo piedra sorprende al principio pero nos deja de resultar extraño al poco tiempo. Mucho mejor que el blanco satinado del modelo de 16 GB.
La pantalla con el paso del tiempo, y en comparación con terminales posteriores, sigue demostrando que el Full HD es un valor seguro y el salto al WQHD no es una condición para competir en lo más alto. Un panel bien elegido donde, como vimos, le falta un poco de iluminación.
El cristal frontal no refleja en exceso pero los nits que tiene nos muestran que en días con mucha luz vamos a tener algún que otro problema intentando ver qué hay en la pantalla. Nada grave pero si algo molesto. Un panel notable pero sin llegar a la excelencia que han conseguido otros fabricantes. En realidad no es algo que haya echado de menos.
Hay varios motivos por los que decidí vender mi Nexus 5 y pasarme al One Plus One. Uno de los que más peso tuvo fue la batería. Los algo más de 2.000 mAh del buque insignia de Google en 2013 se me quedaban cortos y necesitaba algo que me durara un día sin tener que estar arañando batería o dependiendo de cargadores.
En autonomía siempre se ha portado excelente. Tanto en días tranquilos donde he estado todo el día con conexión WiFi y no he llegado a usar más del 30% de la batería a jornadas intensas recurriendo a la tarifa de datos y usándolo para trabajar. En IFA, por ejemplo, fue donde me di cuenta de que el One Plus One daba la talla.
Hay días, es cierto, en los que el consumo de batería se ha disparado de forma ridícula. Casos puntuales donde un calentamiento excesivo de la antena para coger cobertura ha condicionado la autonomía. Nada nuevo: los procesadores usan más potencia cuando tienen poca señal. Un círculo vicioso que afecta a la mayoría de los terminales.
Hubo, como decía, muchas cosas que hicieron que decidiera comprarme este terminal y adoptarlo como principal pero había algo que me generaba ciertas dudas: el software. La versión que probamos en su día tenía unas cuantas carencias y un rendimiento más que discutible.
Tanto Cyanogen como One Plus han sacado pecho y actualización tras actualización han ido puliendo CyanogenMod 11S para hacerlo una opción viable al gran público, no solo al sector más afín a la tecnología. Mejor rendimiento en la batería, menos fallos en el sistema y mucha estabilidad.
Las aplicaciones que incorpora por defecto ofrecen mucho valor y no comprometen la experiencia de uso: un explorador de archivos propio, una galería de fotos que se sincroniza con nuestras cuentas en la nube, screencast para grabar la pantalla de nuestro One Plus y muchas opciones de personalización.
En este último punto es donde quizá su propuesta se queda un poco más descafeinada. Hay temas y muchos packs de iconos para personalizar la ROM de Cyanogen pero si echamos un ojo a la tienda las opciones que hay no son especialmente atractivas ni interesantes. Algunas están bien pero una vez instaladas no dan la sensación de acoplarse al 100% con el estilo del terminal.
Muchos puntos positivos, sí, pero todavía hay margen de mejora. Con la última revisión vimos cómo además de darle una vuelta al diseño de la pantalla de bloqueo también añadieron soporte a la fotografía RAW. Muy útil pero hay algunos aspectos que repasar: problemas puntuales con el reconocimiento táctil, fallos en la interfaz a la hora de mostrar y borrar elementos de la pantalla…
Sin necesidad de hacer grandes alardes en ningún aspecto del hardware, la experiencia de uso es redonda en todos los apartados.
Hay que ser justos: no es nada grave y en mi caso ha sido algo puntual pero son pequeños aspectos que afean un poco la experiencia. Por defecto no viene rooteado pero existen varias opciones para hacerlo sin muchas dificultades. Si nos gusta trastear merece la pena porque hay algunas aplicaciones exclusivas bastante interesantes.
En la cámara One Plus decidió apostar por un sensor de Sony, buena elección tanto de proveedor como de colocación: en la parte superior central. Muy buen rendimiento en situaciones de mucha luz aunque con un rango dinámico un poco corto, si no tenemos cuidado es muy fácil conseguir imágenes subexpuestas.
La cámara frontal, que cada vez acapara más protagonismo, ofrece un ángulo de visión grande y una calidad que sorprende para ser un sensor de menos resolución. Buen trabajo en la parte de hardware y procesado pero con una interfaz poco intuitiva en ocasiones.
Si bien es cierto que los controles básicos los tenemos todo a mano (exposición, balance de blancos, flash…) cuando queremos utilizar efectos (el HDR es útil para solventar el rango dinámico) es poco intuitivo. Por fortuna hay una buena selección de aplicaciones para la cámara en Android.
El futuro de One Plus One: las actualizaciones
Con Android 5.0 Lollipop sobre la mesa, One Plus no tardó en afirmar que esta versión llegaría en un plazo de tres meses una vez se publicara el código. Sorprende que den una fecha y se comprometan a hacerlo en ese tiempo si recordamos el historial de Cyanogen, una compañía que nunca se ha abalanzado con las fechas de sus actualizaciones.
Por lo tanto seguirán manteniendo el soporte con la próxima gran novedad de Android. Sobre el servicio técnico poco puedo decir, nos generó dudas en su momento sobre su funcionamiento y es algo que se lo recuerdo a todo el mundo que me pregunta por este terminal. Espero no tener que recurrir a ello a lo largo de la vida útil del móvil, aquí preferiría algo local que no enviar mi móvil a China y abandonarlo a su suerte.
Tras estar usándolo durante tanto tiempo, puedo decir sin problema que es uno de los móviles que más me ha gustado en lo que va de año. Sin necesidad de hacer foco en ninguna especificación puntera, han logrado hacer un tope de gama con un precio en el que nadie puede competir.
Una estrategia, como vimos en su día, muy agresiva ya que estaban vendiendo sin obtener apenas beneficios. Han llamado la atención y se han posicionado muy bien, a pesar de su incómodo sistema de invitaciones y lo limitada que es su distribución.
One Plus One ha demostrado y confirmado que se puede hacer un excelente móvil por poco dinero. La pregunta ahora es ¿cuánto tiempo podrá seguir así?
Su futuro más inmediato pasar por recibir una revisión el año que viene. Será difícil mantener esa relación calidad precio con los nuevos componentes que veremos de forma masiva el año que viene (Snapdragon 810, pantallas WQHD…) y si al final no son capaces de mantener esa apuesta se producirá una decepción similar a la ocurrida con el Nexus 6.
Resumiendo ¿un terminal recomendable? Si nos gustan los terminales grandes (y nos hacemos con una invitación) la respuesta es clara: sí. En relación calidad precio es imbatible y por encima el único terminal, en Android, que tiene es el Samsung Galaxy Note 4.
Por supuesto hay otros muchos tope de gama que ofrecen aspectos muy punteros pero como experiencia redonda en todos los apartados solo el nuevo phablet de Samsung es capaz de plantarle cara a este pequeño fabricante que quiere quedarse y no ser un one hit wonder.
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