Hablar de Polestar es hablar de innovación y, en concreto, del fabricante que puso de moda Android Automotive como sistema operativo. La principal diferencia entre Android Automotive y Android Auto es que el primero es un sistema del propio coche, es decir: la interfaz del vehículo depende del sistema operativo de Google, sin necesidad de que tengamos un teléfono conectado.
Android Auto es una aplicación nativa de nuestro teléfono Android que, al conectarse con un coche compatible, permite ejecutar en su interfaz las apps que ya teníamos en el móvil. En otras palabras, Android Auto depende completamente de nuestro móvil.
Sobre el papel, Android Automotive es superior, ya que no es necesario usar un teléfono. La realidad es que los usuarios de Polestar estaban pidiendo a gritos poder usar Android Auto en sus coches, deseo que ha sido concedido en la actualización P3.3.16. Tiene más sentido del que parece.
La experiencia con Android Automotive depende del propio sistema, y de que los desarrolladores optimicen sus apps para el mismo. A día de hoy, es bastante minoritario, y esto se acaba notando. Muchas de las apps para Android Automotive funcionan peor que las de Android Auto: tienen menos opciones, una interfaz menos atractiva y actualizaciones poco regulares.
Sin embargo, Android Auto es bastante popular, y las apps suelen funcionar bastante bien, amén de estar actualizadas -ya que son las apps que usamos en el día a día-. La actualización está empezando a llegar vía OTA a los usuarios del Polestar 2, así que se espera que Android Auto sea compatible con todas sus unidades muy pronto.
Imagen | Polestar
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