Hay gente que no escucha palabras en su cabeza cuando leen en silencio. Y, para ellos, los raros somos el resto

La voz interior está enraizada en nuestro cerebro, pero eso no la convierte en universal. No todos los humanos funcionamos igual

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Si has clicado en este artículo, has empezado a leerlo en silencio y consigues llegar hasta el final de esta frase, es muy probable que escuches cada una de las palabras que la componen dentro de tu cabeza. Eso es lo que significa para la inmensa mayoría de la gente "leer para dentro": escuchar "nuestra propia voz interior" pronunciando mentalmente aquello que vamos leyendo.

Pues bien (como se deduce del párrafo anterior) eso no le pasa a todo el mundo.

Es decir, hay gente para la que leer en silencio consiste en leer en silencio. Es más, hay gente que es incapaz de imaginarse esa voz interior leyendo dentro de nuestra cabeza.

¿Cómo es esto posible? No podemos decir, desde luego, que sea algo inconcebible. Desde hace mucho tiempo sabemos que hay personas que no tienen monólogo interior. Es decir, desde hace mucho tiempo sabemos que una de cada diez personas hablan consigo mismos y no se escuchan.

Es más, hay personas que no son capaces de imaginar nada en absoluto. Teniendo esto en cuenta es razonable que haya personas para los que eso de la "voz interior" es una metáfora y no una experiencia vívida de carácter íntimo. Lo que últimamente se denomina "adenofasia" (pero aplicada a la lectura).

¿Pero qué es exactamente eso de 'voz interior'? Como explicaba Adriana Castro, neurocientífica de la Universidad de Málaga, "este discurso interno se ha relacionado directamente con la conciencia, el estado mental que implica estar atento a nuestros pensamientos, emociones, sensaciones y percepciones y del entorno que nos rodea".

Además, está profundamente enraizado en el sustrato neurobiológico del cerebro.

¿Es problemático? No tiene por qué. Aunque es verdad que en casos de daño neurológico, los pacientes tienen problemas para apañárselas sin esa voz interior. En los casos de personas que han crecido sin ella, suelen haber desarrollado estrategias para vivir sin ella. Por ejemplo, se sabe que las personas sordomudas "pueden sentir ese discurso interno de una manera diferente".

"Hay más cosas en el cielo y en la tierra, Horacio... de las que han sido soñadas en tu filosofía", decía Hamlet y, al ver este tipo de cosas (tan poco estudiadas), es fácil concluir que pasa igual con las ciencias. La humanidad es mucho más diversa de lo que nos podemos imaginar.

Porque, como dice Castro, "el estudio de la voz interior no solo nos permite comprender mejor la complejidad de nuestra mente, sino que también podría tener aplicaciones prácticas en áreas como la educación o la psicoterapia".

Tendría también la capacidad de ampliar la imaginación moral de todos nosotros.

Imagen | Road Trip With Raj 

En Xataka | Hay gente que nunca experimenta el monólogo interior. Y no entienden cómo podemos vivir así el resto

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