Volar es fascinante. O lo era. Subir al avión, buscar el asiento y comprobar con ilusión que tiene ventanilla. Un ligero cosquilleo cuando inicia el recorrido hacia la pista. El tremendo empujón contra el asiento en el momento de acelerar. La incoherente sensación de ingravidez cuando gana altura y nos sentimos presionados contra la parte inferior del asiento. El aviso de que podemos quitarnos el cinturón y sí, cerciorarnos de que, misteriosamente, estamos volando.
Un viaje formidable. Así recuerdo yo mi primer viaje en avión. Con ilusión, con nerviosismo. Pero todo cambia cuando, por circunstancias de la vida, el avión deja de ser algo excepcional y pasa a convertirse en un medio de transporte más o menos usual.
O cuando llegas al aeropuerto y compruebas con horror la enorme cola para pasar un control policial que, por suerte, debería simplificarse muy pronto. O cuando descubres que mides más de 1,70 metros y entrar en el asiento se convierte en un ejercicio de contorsionismo. O cuando tu mirada visualiza en el cartel que el vuelo está retrasado. O cuando esa pequeña escapada de puente se desmorona por una cancelación imprevista. O cuando llegas al destino y tienes a mano las llaves y la cartera, pero la maleta se ha perdido por el camino. O cuando...
Un golpe de realidad. Hemos pasado de ver al avión como un transporte de lujo y asociarlo con una experiencia atractiva y única a rezar porque nada ocurra si tenemos que tomar uno. En 1951, Iberia volaba por primera vez a Nueva York. En su página web podemos leer cómo "un grupo selecto de chefs preparó cada comida, vertió sirope sobre los pasteles y preparó las bandejas que luego se servirían a los pasajeros a bordo de los aviones de Iberia".
No había rastro de enormes colas antes de subir al avión, de la distinción de los pasajeros en cuatro grupos, de "esa maleta no entra" porque mide dos centímetros y medio más de lo esperado o de cobrar importantes cantidades por elegir un asiento. En los años 50 en Iberia, "sólo el avión recibe más atenciones que usted".

No son solo sensaciones. No es una cuestión únicamente de sensaciones. Los pasajeros empiezan a estar realmente hartos de las prácticas de las compañías. En Financial Times ponen como ejemplo un pasajero estadounidense que viaja regularmente con Southwest Airlines. En sus cinco viajes anuales al mismo destino vivió retrasos, cancelaciones por diversos motivos y hasta la pérdida de la maleta.
No es un caso aislado. Por primera vez en más de una década, la percepción negativa sobre los vuelos supera a la positiva. En Estados Unidos, la cuarta parte de los vuelos de 2022 se retrasaron o cancelaron y solo en octubre el Departamento de Transporte de los Estados Unidos registró 3.000 quejas de los usuarios, cinco veces más que en 2019.
Dos horas. Y 10.800 vuelos cancelados. Este fue el resultado de un problema en el software de la Administración Federal de Aviación de los Estados Unidos que obligó a dejar en tierra todos los trayectos aéreos del país durante un par de horas. 120 minutos que, como se comprobó, causaron estragos en el país con mayor tráfico aéreo del mundo. Se calcula que en 2019 viajaron 925.500.000 de pasajeros.
Con datos de 2022, Estados Unidos es el país que más aeropuertos del mundo tiene. Sus enormes distancias y la ausencia de cualquier tipo de apuesta por el tren como medio alternativo ha provocado que el año pasado se contaran hasta 16.890 aeropuertos. El segundo país es Brasil, con 4.093. Los datos más recientes de España son de 2013, pero entonces sumaba apenas 150 instalaciones de este tipo.
Un embudo. Uno de los problemas que señalan en el artículo del Financial Times es la falta de trabajadores. La pandemia de coronavirus había limpiado, más o menos, el cielo de aviones. El aumento de las reuniones a distancia hizo que muchas compañías aseguraran a Bloomberg que los tiempos de los viajes de negocios habían terminado. Pero nada más lejos de la realidad. Retiradas las restricciones, el número de viajes ha vuelto a dispararse.
Mientras Airbus y Boeing se reparten miles de millones en compras de aviones, faltan pilotos. Muchos. Solo en Estados Unidos se calcula que son necesarios 8.000 nuevos empleados. Para 2032 se espera una escasez mundial de hasta 32.000 pilotos.
Y no solo pilotos. Pero la escasez de pilotos no es la única que está provocando retrasos, cancelaciones y un molestias generalizadas en los viajeros. En nuestro país sabemos bien que viajar en vacaciones es sinónimo de riesgo. Las huelgas de trabajadores de tierra, personal de cabina y pilotos se han generalizado en verano y Navidades.
Los trabajadores de las aerolíneas denuncian, generalmente, demasiada presión en el trabajo por una falta de empleados que se arrastra desde los meses más duros de los confinamientos por el Covid-19. Se calcula que aquellos días se despidieron a 191.000 trabajadores en los aeropuertos y las aerolíneas.
Foto | Carlos Coronado
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Nacho
El infierno no es volar sino lo que sucede en los aeropuertos (controles de seguridad, restricciones innecesarias respecto a líquidos...) y como se saltan las leyes las aerolíneas (normas sobre equipaje, overbooking...).
ngggr
Llevo tres semanas con viajes a Alemania, Austria, Inglaterra, Portugal e interiores en nuestro país. Tan sólo un retraso de una hora por niebla en Londres (cosa muy razonable, por cierto). 0 problemas, todos con Iberia y con puntualidad (excepto el que sufrió las inclemencias metereológicas).
Una vez más el clickbait de Xataka en todo su esplendor... La conclusión de su titular es "Volar es un horror" y el texto únicamente habla de experiencias negativas. Como siempre, falta contexto...
holgazan
Yo volé por primera vez de recién nacido y por segunda con un año de vida. Para la tercera ya hube de esperar a los 14. Era entonces, con los 14, cuando "sólo el avión recibía más atenciones que yo". Pero volar era caro, bastante caro. Mis padres podían pagárselo; yo, bastante menos (en condiciones decentes, quiero decir).
¿Y qué os creíais? ¿Que íbais a volar como entonces por los cuatro chavos que pagáis por un pasaje que os lleva a comer en el McDonald's (porque no da para más) de cualquier país del culo del mundo (porque esto es lo que se hace, no VIAJAR?
Los viajes DE VERDAD, son cosa de aventureros o de gente adinerada porque lo es de natural o porque ha ahorrado toda su vida para ese viaje soñado; y en ese caso, se vuela en 'bussiness' como mínimo (o en turista preferente, en plan quiero y no puedo).
Si queréis que sólo el avión reciba más atenciones que vosotros y que os traten a cuerpo de rey, tendréis que pagar por un asiento de turista (eso sí, muchísimo más decente que el comedero de borregos en que te sientan ahora) lo que ahora se paga por un asiento 'bussiness'. ¡Ah, sería de nuevo una gloria volar! Pero, en ese caso, olvidaos del turismo: de hacerlo y de recibirlo.
Se siente.
paco1004
La sensación con los vuelos es como en un colegio privado de Corea: todo son reglas y castigos.
La misma experiencia de compra es denigrante, todo lleno de trampas para hacerte comprar servicios que no quieres (seguros, maletas extra, donaciones a ONG), aunque sea por error.
La aerolínea puede cambiar o cancelar los vuelos casi arbitrariamente, tú no puedes hacer ni la más mínima modificación, ni tan siquiera 5 minutos tras haberlo comprado.
Si tienes un vuelo al que no puedes ir, no hay forma de obtener ninguna compensación, no se puede revender la plaza, aunque sea con grandes pérdidas.
Te obligan a estar horas antes en el aeropuerto, pero ellos abren el embarque a veces con retraso sobre la salida. Y luego, pueden cerrarlo hasta 30 minutos antes del despegue. Aparte que no muestran la puerta de embarque hasta 1 hora antes del vuelo. Estás dos horas antes, pero no sabes a dónde tienes que ir, y cuando lo sabes, es a la carrera.
Hay restricciones con el equipaje, y controles arbitrarios sobre el tamaño. Pero aún así, llegas al avión y es posible que no tengas sitio donde dejarlo.
Deliberadamente rompen grupos familiares y los asignan en asientos separados por todo el avión. Luego esa gente siempre intentando reunirse y moviéndose en mitad del vuelo.
La comida tiene precios surrealistas, en el aeropuerto, en el avión, con una calidad y variedad lamentable.
Los aviones no están limpios. A veces los baños no funcionan.
thmmkr
Si el avion sube y te pegas al asiento lo que sientes no es ingravidez sino todo lo contrario, ingravidez podrías tener si el avion baja en picado. Pero en vuelos comerciales normalmente ni lo uno ni lo otro....
tecnoman
Como te toque el típico niño cansino del cual sus padres pasan olímpicamente, la llevas clara.
dsa10
Volar es una puta mierda a no ser que vayas en business y con fast track en el aeropuerto. Ya os lo regalo a quien os guste, y sé de lo que hablo, cojo muchos vuelos al año por trabajo.
Usuario desactivado
El tiempo es el problema. Si fuesen vuelos supersonicos, y el viaje duraste 2 horas, nadie se quejaría. La aviación progreso democratizandose, pero descuidó el avance técnico.
Virutas
Volar es una mierda pero más mierda es cuando te toca el ultimo vuelo de la ruta/día y el avión huele a choto que te dan ganas de vomitar.
Eagle
No había rastro de enormes colas antes de subir al avión, de la distinción de los pasajeros en cuatro grupos, de "esa maleta no entra" porque mide dos centímetros y medio más de lo esperado o de cobrar importantes cantidades por elegir un asiento.
Tampoco había rastro de vuelos por 15€, habrá que contarlo todo. Si ahora más gente vuela es porque los precios han bajado.
gordonfreeman
Ayer volé a Praga con Ryanair.
Llegamos con 20 min de adelanto.
0 problemas en mis últimos 10 vuelos y a precios ridiculos.
imf017
¿El infierno es volar en sí o tirarse varias horas de espera en los aeropuertos?
Itopo
Es que antes era una experiencia. Asientos largos, cucharas de iberia gratis en todos los hogares...
SchummelHummel
volar y viajar está sobrevalorado
JGP
Yo no suelo viajar pero las veces que lo he hecho sin problemas. El vuelo sale a tiempo y no he tenido que hacer esperas largas ni nada similar. Siempre trato de volar con compañías principales (Siberia, Lufthansa, Air France…) aunque tenga que pagar más
retorta
La primera vez que volé, íbamos 4 colegas a Mallorca. Nada mas apagarse el piloto de abrochar los cinturones, fuimos todos disparados al baño a ver si era como el de los trenes, que caían los chorizos al vació xD.
A mi se me avinagra el estomago, cuando veo esos videos, en los que los putos maleteros tiran las maletas a mala hostia.
manuelcr
Volar no es un infierno, el infierno es moverse por los aeropuertos.
Si tienes que facturar, prepárate a hacer cola porque no abren los mostradores de embarque con más antelación.
Ve a pasar el dichoso control de seguridad, donde cualquier día te dejan en calzones para ver si llevas algo, y si tienes suerte que no te pidan abrir la maleta de cabina donde has metido todo a presión.
Luego pasea por la zona de embarque con mucha antelación, porque aunque lo hayas mirado al salir de casa y al llegar al aeropuerto, lo mismo por el camino te han cambiado la puerta y te toca correr.
Ponte a hacer cola, otra vez, pero para embarcar. Viendo que, aunque hayas llegado antes, los que pagan más embarcan delante tuya.
Sube, ¡¡por fin!!, al avión, y de nuevo atasco para llegar a tu asiento porque la gente ya no quiere facturar y se encojonan en llevar maletones en cabina, demorando el sentarte mientras el fulano/a de turno intenta encajar la maleta en su sitio.
Encuentras tu sitio y cuando no te toca decir 'estás sentado en mi asiento', te toca pedir que salgan para poder pasar tú.
Te sientas, y ahora te peleas para quitarte la chaqueta, meter la mochila con el portátil bajo el asiento y encontrar acomodo en un hueco estrecho donde tus rodillas van pegando con el asiendo de delante.
Si tienes suerte, no te toca un cretino que tumba el asiento para hacerlo cama, sin importarle que termines con su coronilla en tu nariz. Para estos, ya aprendí el truco de bloquear su asiento con la rodilla para que no puedan tumbarlo, pero siempre lo intentan.
Mientras terminan de subir los rezagados, ya te empiezas a hartar de ir encajonado. Y cuando por fin han terminado, que no pase nada y el avión empiece a moverse hasta la pista de despegue.
Y llega el rato de volar, donde te pones tu tablet con alguna serie o película, tus auriculares y te sacas algo comprado en el aeropuerto para comer, porque ya ni un triste sandwich te ofrecen si no es pagando el jamón de york a precio de caviar.
Te aproximas al destino, recoges, te colocas y aterriza el avión.
Ahora toca el paseo triunfal, como el César llegando de conquistar la Galia, por todas las pistas del aeropuerto. Si tienes suerte, conexión al finger y sales directo. Si no, al autobús borreguero, cuando consigues salir 15-20 minutos después de haberse parado el avión, que te da otro paseo.
Ve cruzando medio aeropuerto hasta la zona de salida de equipaje (horroroso lo de la T4 de Barajas, para cortarse las venas la caminata por el desierto que hay que hacer), y de nuevo a esperar a que lleguen con el equipaje y empiece a salir.
Y cuando piensas que ya se termina, lo mismo te paran en la salida para una última inspección de maleta y preguntar de dónde vienes, qué haces allí y que abras (otra vez) la maleta.
Total, una mierd... de experiencia, muy lejos de lo que era volar hace años, pero muy lejos. Y eso que no he includo los problemas de overbooking, pérdida de equipaje o que el avión se estropee camino del despegue y te hagan volver a la terminal.
Y todo por la codicia de las compañías, que cada día son más y más cutres, tienen los aviones en movimiento como si fuesen autobuses (sin parar) y a la que se retrasan por cualquier cosa, lo arrastras durante los siguientes vuelos.
Usuario desactivado
Hay que tener en cuenta también, que antes en relación al nivel de vida era mucho más caro volar y que las restricciones eran muchas menos (las han aumentado en abse a la experiencia de estos años).
Al final somos muchos los que queremos viajar y en ciertas condiciones de seguridad con lo que es un poco inevitable lo que sucede en los aeropuertos.
jose_juan
Hubo un día en que cuatro gatos se podían permitir tomar un avión, ahora está al alcance de muchos, guste o no. Y respecto a las normas de seguridad y controles, lo prefiero, quiero tener la seguridad de que no salga ningún cafre con una movida en pleno vuelo. Y llegando con tiempo y cumpliendo las normas, no tiene porqué haber inconvenientes, los que se quejan son los que se piensan que pueden hacer lo que les da la gana.
fenix76
Personalmente vuelo mucho en Invierno, todo viajes cortos por trabajo a Europa. Al final, hay de todo un poco. Aunque no suelo tener muchos retrasos , lo peor como dicen otros , depende el aeropuerto y el país, los controles, colas etc... son bastante cansinos. Al final yo antes de coger el avión o salgo de casa sin cinturón etc.. o desde el hotel. Ya me olvidé una vez un reloj que nunca más recupere en una de las bandejas... También cuidado si llevas botas tipo panaman o parecidas de altura , te las tienes que quitar!!!, así que esto es una prenda que no llevo nunca a ningún aeropuerto.
Decir que ahora es un poco más fácil, hace unos años, en según que aeropuerto hasta las gafas ( normales) te hacían ponerlas en la bandeja.
nk7
Es como cualquier cosa, cuando más viajas, más fácil lo tienes. Hace años cogía avión 4-6 veces al año y lo encontraba estresante e incómodo. Al cuadruplicar los viajes, me encuentro como en casa en cualquier aeropuerto, la planificación del viaje es fluida, te das cuenta que los retrasos realmente son pocos, los controles se pasan bien si vas preparado… hasta la torpeza de aquella gente que bloquea el paso de 100 personas al salir ya molesta poco.
Lo de las mascarillas si fue una tortura, pero desde unos 10 días ya ni en los nacionales. Y me encanta volar 😀
unkim
Es que la gente quiere viajar a 10€ con servicios de bussiness class?
Duros a 4 pesetas no existen...
bernardmartin
Buena parte de los problemas que se cargan a las "huelgas de los trabajadores" tienen que ver precisamente con que las empresas durante pandemia despidieron trabajadores a mansalva y viendo lo que redujeron sus gastos de personal ahora quieren hacer su agosto explotando a los trabajadores que continuaron con el recargo de labores, jornada y un mínimo ajuste salarial.
Conclusión, las huelgas y reclamos deberían leerse como lo que finalmente son, denuncias y reclamo de seguridad, un empleado aeroportuario explotado, con un sueldo de miseria y jornadas abusivas es un peligro para miles de personas, no sólo los que hacen uso del servicio.
Es nefasto. Tienen que meter en cintura a las empresas de aviación y demás relacionados, eso es una bomba de tiempo volando, literalmente.
manuelmunozcastano
Bonito, cómodo y GRATIS,,, antiguamente la mayoría de los privilegiados que volaban en IBERIA lo hacían con los billetes pagados por la empresa, el Estado ó empleados de la Compañía, así cualquiera volaba.