Llevo dos años conduciendo con el asistente de velocidad que será obligatorio en todos los coches nuevos. Es un infierno

  • La Unión Europea se ha propuesto reducir a cero las víctimas de tráfico en 2050

  • Desde julio, todo coche nuevo vendido en Europa debe contar con el nuevo asistente de velocidad

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Europa se ha propuesto que reducir drásticamente las víctimas en carretera. Es un proyecto denominado Visión Cero y tiene como objetivo conseguir que nadie resulte herido gravemente o muerto en la carretera en 2050. Antes, entre 2020 y 2030, se aspira a registrar un 50% menos de fallecidos que los contabilizados entre 2010 y 2020.

El proyecto tiene diferentes espacios de actuación. Por ejemplo, se ha hablado de armonizar algunos detalles sobre las licencias de conducción, propuestas de sanciones para toda Europa y hasta se ha propuesto dividir en dos el carné de conducir, dependiendo del peso del vehículo.

Y en otra línea, han obligado a los fabricantes a mejorar (de serie) la seguridad de sus coches. En un proyecto que contempla dos etapas y que terminará en 2026, todos los coches nuevos que se vendan deberán contar con una serie de sistemas y características que hagan de nuestros coches los más seguros de la historia.

La primera línea de actuación comenzó en 2022 y termina este mes de junio de 2024. Desde mayo de 2022, todos los coches nuevos homologados en Europa tienen que contar con las siguientes sistemas:

  • Asistente de velocidad inteligente (ISA): Avisador y limitador de velocidad que puede ser desactivado.
  • Detector de fatiga y somnolencia: Sistema de vigilancia que avisa al conductor si está distraído.
  • Frenada de emergencia: Detención automática del coche si existe riesgo de colisión.
  • Cámara trasera con alerta de tráfico cruzado: Detección del coche si una persona o un vehículo cruza la parte trasera de nuestro coche y estamos dando marcha atrás.
  • Alerta de cambio involuntario de carril: Si cambiamos de carril sin alertar al resto de conductores con el intermitente, el coche nos lo recordará.
  • Alerta de cinturón en las plazas traseras: Sistema de aviso si los pasajeros omiten el uso del cinturón de seguridad.
  • Caja negra: El coche recopila todos los datos del vehículo en movimiento y los guarda en un archivo si detecta que ha sufrido un accidente.
  • Alcoholímetro integrado: Sistema que da la posibilidad a, más adelante, añadir un alcoholímetro que impida el arranque del coche si el conductor supera la tasa máxima permitida.

Todos estos sistemas y herramientas son, como decimos, obligatorios desde mayo de 2022 en todos los coches nuevos homologados en Europa para su venta. Pero, a partir de julio de 2024, todo coche nuevo vendido en Europa (independientemente de cuándo fuera homologado) debe contar con toda esta batería de sistemas.

Como persona que se encarga de probar los vehículos que pasan por la sección de Movilidad de Xataka, creo que todos los avances que sean posibles en materia de seguridad vial y sirvan para reducir las víctimas en carretera deben ser recibidas con los brazos abiertos.

Pero también opino: el asistente inteligente de velocidad es desesperante.

Qué es el asistente de velocidad

Como decíamos, a partir de julio de 2024 todos los coches nuevos deberán contar con un asistente de velocidad  inteligente.

Este sistema puede recibir diferentes nombres en cada marca, pues hay multitud de opciones que, realmente, ejercen la función de este. Lo que es obligatorio es que llegado el momento, el asistente de velocidad inteligente pueda impedir o poner trabas al conductor que quiera saltarse la velocidad máxima permitida.

Por lo tanto, el coche debe ser capaz de leer las señales o conocer la velocidad máxima de la vía mediante posicionamiento GPS. Normalmente, las marcas ofrecen el control de crucero adaptativo, al que se le puede pedir que respete siempre la velocidad máxima de la vía.

Pero, como mínimo, el sistema tiene que alertar al conductor (con avisos sonoros y visuales) de que se está excediendo en la velocidad máxima permitida. Esta función, además, tiene que activarse por defecto y de manera automática siempre que se arranque el coche. Puede ser desactivado pero el conductor debe hacerlo manualmente cada vez que se pone en marcha.

Desde hace dos años, todos los coches que he probado y el que utilizo para mi día a día tienen que cumplir con este requisito. Para activarlo o desactivarlo las marcas han optado por diferentes soluciones. Hay fabricantes que han dispuesto un botón en el tablero de instrumentos, accesible y a mano, que desactivan el sistema con un solo toque. Otros, sin embargo, obligan a pasar por los diferentes menús del sistema de infoentretenimiento.

Evidentemente, en el segundo caso hablamos de una opción mucho más engorrosa. Porque, realmente, dudo mucho que alguien que se haya comprado un coche nuevo en este tiempo con los requisitos técnicos arriba mencionados no desactive el asistente inteligente de velocidad por defecto.

El sistema es realmente útil en carretera abierta donde, además, puede también ser de gran ayuda activar el control de crucero. Pero en ciudad se convierte en un infierno de ruidos y alertas que ponen nervioso a cualquiera. Y eso es un problema si una persona que no conoce esto renueva su coche después de más de una década y el comercial de la marca o del concesionario no le alerta de ello y de cómo puede apagarlo.

Esto último no es una suposición. Según un informe de Fesvial, el 40% de los conductores no sabe qué son los sistemas ADAS de ayuda a la conducción y el 60% de los que sí los conocen no saben explicar con claridad cómo funcionan o cuáles son sus ventajas. Además, entre los que conocen los sistemas, el 30% no está convencido de que ayuden a reducir los accidentes y el 40% de ellos no confía en un buen comportamiento de los sistemas de emergencia en una situación de riesgo.

Tampoco está claro si existe una brecha generacional en el uso de los sistemas ADAS de ayuda al conductor pero RACE sí nos ha confirmado que ofrecen cursos de reciclaje a mayores de 65 años y les explican todas estas funciones.

Un sistema útil pero que puede ser desquiciante

Cuento todo esto antes de explicar mis sensaciones. Y mi experiencia con el sistema es que es absolutamente desquiciante.

Mi coche particular, y la mayoría de los que he tomado de prensa se comportan igual, lanza un sonido cada vez que superamos la velocidad máxima. En autopista, por ejemplo, lanza tres avisos luminosos y sonoros si superamos los 120 km/h. Pero, si por cualquier motivo la velocidad de la vía se reduce a 100 km/h en un tramo, por ejemplo, el coche vuelve a lanzar el aviso. Y volverá a hacerlo cuando la vía retome los 120 km/h.

Si no estamos por la labor, es muy probable que al llegar ese momento ya hayamos desactivado el asistente de velocidad. Y lo habremos hecho porque es en ciudad donde el sistema desespera.

Teniendo en cuenta que las señales en ciudad son menos habituales que en carretera (donde las encontramos en cada entrada a la vía), el coche tomará la posición por GPS y decidirá cuál es la velocidad máxima. Y digo decidirá porque no siempre coincide con la real.

Si el fabricante no tiene su base de datos actualizada, puede que el sistema entienda que la velocidad máxima de la vía es 30 o 40 km/h cuando, en realidad, es de 50 km/h. Y para muchos coches el sistema queda totalmente inservible porque pocos tienen en cuenta que, en España, todas las calles de un solo carril por sentido están limitadas a 30 km/h desde 2021.

Esto dura, lo que tarda el reconocimiento de señales en encontrar la primera limitación. Limitaciones que suelen coincidir con una reducción todavía mayor de la velocidad genérica que muchos coches no saben leer bien. Por ejemplo, un paso por un colegio a 20 km/h habrá coches que lo entenderán correctamente pero si el sistema falla el coche creerá que la velocidad máxima permitida sigue siendo de 20 km/h una vez pasa el colegio, alertando irremediablemente al conductor.

Y esto, en una ciudad, pasa constantemente, especialmente en el centro de los núcleos urbanos. Tratar de respetar escrupulosamente todas y cada una de las limitaciones que varían en unos pocos cientos de metros suele conllevar una oleada de avisos sonoros. Si lo conseguimos, serán otros los que nos dejen claro que estamos ralentizando el tráfico. Si no lo conseguimos, nuestro coche se convertirá automáticamente en una verbena de sonidos y luces alertándonos de que circulamos a 33 km/h en una zona limitada a 30 km/h.

No quiero que esto se entienda como un alegato a no respetar los límites de velocidad. Además de conductor soy peatón y ciclista, sé muy bien los peligros que entrañan los atropellos y cómo la velocidad multiplica los daños producidos por los mismos. Pero sí creo que el sistema falla donde más falta hace.

Porque en ciudad las distancias se acortan y los tiempos de reacción son más decisivos ante un accidente pero es justo aquí donde el conductor será más propenso a desactivar el sistema. Quizás me equivoque y dentro de unos años los avisos por exceso de velocidad se refinan, funcionan como un reloj y su uso se extiende como un reloj.

Quizás acabamos adoptando esta idea de Ford de vallar las ciudades con GPS para reducir los atropellos.

Imagen | Xataka

En Xataka | Me he comprado este coche por una sencilla razón: estoy harto de las pantallas gigantes

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