Noruega será el primer país del mundo en borrar prácticamente los coches con motor de gasolina y diésel del mercado de coches nuevos
Christina Bu, portavoz de la asociación noruega de vehículos eléctricos, explicaba con estas palabras a Reuters el impacto que tienen las ventas de coches eléctricos en su país. No es casual porque el 88,9% de los coches nuevos comprados en Noruega en 2024 fueron eléctricos.
La cifra ya roza el objetivo de que todas las ventas en 2025, el 100% del mercado, sean de coches eléctricos. Es el objetivo que se marcaron desde el Gobierno en 2017 y que han conseguido. Al menos lo han conseguido si tenemos en cuenta que no son los noruegos los que apuestan por el coche eléctrico.
Hay un motivo por el que el coche de combustión sigue vendiéndose en el país: lo turistas.
El último escollo
En su camino para potenciar y consolidar la compra de coches puramente eléctricos, Noruega ha sostenido durante años un apoyo económico considerable por parte del Estado. Los compradores de coches eléctricos no han tenido que hacer frente al IVA de sus nuevos vehículos, lo que dejaba a esta tecnología en una posición muy ventajosa frente a los vehículos de combustión. Además, han pagado menos impuestos (hasta ahora) y se ha encarecido el mantenimiento del coche de gasolina.
Según los datos de Opplysningsrådet for Veitrafikken (OFV), la asociación noruega encargada del transporte por carretera, donde se recoge el desempeño en las ventas de todo 2024, apenas el 0,8% del total de las ventas (986 unidades en todo el año) las representaron coches de gasolina. Por encima tienen cualquier otra tecnología. La segunda más comprada fue el híbrido pero su 5,3% de cuota de mercado está lejísimos de la registrada por el coche eléctrico.
Estos coches, con motores de combustión, son comprados casi en exclusiva por las alquiladoras, según Ulf Tore Hekneby, responsable de Harald A. Moeller (el improtador de coches de Noruega) en palabras recogidas por Reuters.
Un rápido vistazo a la oferta de coches de las alquiladoras de mayor tamaño deja claro que el cliente sigue buscando el vehículo de combustión fuera de sus fronteras.
Para una semana en Noruega el próximo mes de febrero, Sixt nos ofrece 29 coches de todo tipo de tamaños. De ellos, solo nueve son completamente eléctricos. Algo parecido sucede con Hertz aunque en este caso la proporción de eléctricos es mayor. En los mismos días, la alquiladora nos ofrece 20 coches, de los cuales ocho de ellos son completamente eléctricos.
El principal problema con el que se encuentran las alquiladoras noruegas al proponer vehículos eléctricos a los clientes es que éstos no están habituados a la tecnología. Un estudio de BDC Travel deja claro que la ansiedad por la autonomía y la complejidad logística de tener que dedicar tiempo a estudiar dónde y durante cuánto tiempo recargar siguen siendo las principales preocupaciones que alejan a los coches eléctricos del alquiler.
Las dudas, incluso, acechan a quienes están acostumbrados a manejarse con un coche eléctrico. Andrew Moseman, especialista en tecnología, explicaba en Heatmap que pese a ser dueño de un coche eléctrico sigue siendo reacio a alquilar un coche eléctrico cuando viaja fuera de su país por “el miedo a lo desconocido”.
Todavía se leen muchas historias de terror de personas perjudicadas por enchufes rotos, cargadores lentos, largas colas o interfaces pésimas. Se supone que las vacaciones se tratan de relajarse, no de sentir ansiedad por la autonomía. Hasta que los cargadores se vuelvan mucho más fiables y se acerquen a lo omnipresente, los viajeros elegirán lo ya conocido: llenar sus tanques de gasolina y apartar la parte climática a otro lugar de su cerebro.
Ese sigue siendo, desde luego, el mayor problema. Un país donde el coche eléctrico es omnipresente y ha demostrado que tiene la capacidad suficiente para que su parque móvil ya esté representado por más coches eléctricos que de gasolina, la experiencia local de los consumidores sigue siendo clave a la hora de cambiar de país.
Alex Adalid, periodista de Soy Motor, explicaba en X una situación similar a la antes mencionada. En este caso contaba el caso de un amigo llegado desde Estados Unidos que había optado por alquilar un Polestar en España. Su experiencia se había ido al traste por la falta de información de los cargadores que tenemos en las carreteras y el uso de los mismos.
Países como España necesitan que sus cargadores sean fiables, numerosos y visibles. Es el primer paso para que más compradores se atrevan a dar el salto a una tecnología que, con los números en la mano, puede suponer mucho ahorro a igualdad de precio. Hasta entonces, si el cliente no está acostumbrado, será muy complicado que el alquiler de vehículos eléctricos siga creciendo.
Foto | Leonardo Venturoli
En Xataka | He visitado Oslo, la capital del país líder en coches eléctricos: es un laboratorio para asomarse al futuro
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