El último anuncio de Tesla, el de su esperado robotaxi, ha hecho levantar la ceja a más de un experto. "Nos decepcionó la falta de detalles con respecto a la hoja de ruta del producto a corto plazo de Tesla", señalaba Garrett Nelson, analista de CFRA Research, en palabras recogidas por Bloomberg.
Y es que Elon Musk no fue demasiado específico con sus promesas. Según dejó entrever en la presentación, Tesla tiene todo para fabricar un biplaza autónomo, sin pedales, sin volante, con carga inductiva y funcionamiento basado en la inteligencia artificial. Pero esto no quiere decir que puedan ponerlo en la calle.
"Probablemente, bueno, tiendo a ser poco optimista en los plazos, pero en 2026. Antes de 2027, permítanme decirlo así", ha asegurado Musk sobre la aprobación para hacer funcionar su Cybercab en las calles en lo que suena a poner la pelota en el tejado de los reguladores y quitarse todas las culpas de encima.
Aunque el propio CEO de Tesla habla de ser "poco optimista en los plazos", la realidad dice todo lo contrario. El historial está lleno de promesas incumplidas, incluido este mismo Tesla Cybercab.
Un historial que nos hace sospechar
Estamos en octubre de 2024. Quedan 26 meses para que se termine el plazo impuesto por el propio Musk para tener su Cybercab listo si tenemos en cuenta esa promesa de "antes de 2027".
Curiosamente, la propia presentación del Tesla Cybercab ya llega con retraso pues la puesta en escena del modelo se esperaba para el ocho de agosto de este año. Alegando unos cambios de última hora en el prototipo, la compañía retrasó el evento hasta el 10 de octubre, dos meses después de la primera fecha dada.
A esto hay que sumar que ya teníamos una fecha para la llegada de un coche de Tesla sin volante ni pedales: 2023. En 2021, Musk aseguró que la compañía tendría listo un Model 2 con estas características el año pasado. Su coste, además, sería de 25.000 dólares, cinco mil dólares menos que el nuevo Cybercab, que debería partir por debajo de los 30.000 dólares.
Un año después de que se haya cumplido ese plazo no tenemos ni Tesla de 25.000 dólares ni vehículo completamente autónomo. De hecho, tampoco el Full Self Driving, el sistema de ayuda al conductor más avanzado de la compañía, hace honor a su nombre porque obliga a mantener la atención en todo momento en lo que sucede frente al parabrisas y a estar en disposición de tomar el control siempre que se requiera de intervención humana.
Se hace difícil, por lo tanto, no mirar a este evento de Tesla con una mirada realmente escéptica. La compañía está poniendo las bases para volver a repetir las jugadas que ya hemos visto en los últimos años: prometer y cumplir (a medias) años después.
Ese mismo año en el que Tesla ponía fecha a un modelo muy asequible y completamente autónomo, también se hablaba de un Tesla de 25.000 dólares compacto que pudiera hacer frente a la parte baja del mercado. Este sí, con volante, pedales y todos los aparatos propios de un vehículo tradicional. Tres años después, se habla de que Tesla habría pausado el proyecto.
Algo parecido ha ido sucediendo con el Tesla Cybertruck. El gigantesco todoterreno eléctrico de la compañía fue anunciada en 2019 y tenía como objetivo lanzarse al mercado en 2021 por un precio de menos de 40.000 dólares. No fue hasta diciembre de 2023 cuando la vimos en la calle por 79.990 dólares.
La versión de acceso, la que debería llegar por menos de 40.000 dólares, creció en precio hasta los 60.990 dólares y su llegada está ahora en el aire, teniendo en cuenta que durante la presentación del año pasado se anunció para 2025 y la compañía ha terminado por centrarse en las versiones más costosas para el cliente, las que superan los 100.000 dólares y que son más rentables para la compañía.
A estas alturas, Tesla no ha entregado su esperado vehículo asequible pero tampoco ha cumplido por la parte alta de la gama. Si un proyecto parece enterrado es el del Tesla Roadster, un eléctrico descapotable y deportivo que anunciaba unas prestaciones absolutamente escandalosas.
El primer Roadster fue un vehículo clave para la compañía. El camino habitual de los fabricantes de coches es presentar un vehículo aspiracional que muestre las mejores especificaciones que una compañía tiene entre manos para incitar a la compra de modelos más asequibles. No importa que ese coche no sea un superventas pero sí es necesario que te ponga en el mapa.
Eso mismo consiguió Tesla con el Roadster, abrazado por Hollywood y otras figuras de la alta sociedad estadounidense. 11 años después de su lanzamiento en 2006, Tesla presentó la segunda generación del deportivo eléctrico. Era el año 2017 y la fecha límite impuesta por Musk era la nueva década.
Según la compañía, el vehículo estaría listo en 2020 con unas capacidades técnicas que están tan desaparecidas como el propio coche. Se hablaba de una aceleración de 0 a 100 km/h en 1,9 segundos pero, sobre todo, de autonomías de 1.000 kilómetros y una velocidad punta de 400 km/h. Casi un lustro después, seguimos esperando el coche, aunque puede reservarse por más de 40.000 dólares. El año pasado se dijo que este año sí entraría en producción. Estamos en octubre y no tenemos noticias.
Esperando si el Tesla Cybercab cumple los plazos, sin Tesla Model 2 asequible, con un Cybertruck (mucho) más caro de lo esperado y con un Roadster que ya ni lo esperamos, nos queda una duda: ¿cumpliremos aquello de llegar a Marte en 2026?
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En Xataka | En 2016, Tesla lanzó un vídeo promocionando las habilidades de su coche autónomo. Era un montaje
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