Un conductor en Gales circulaba con su coche, como cualquier otro día. En la distancia, observó un letrero de McDonalds y decidió parar a tomarse un café para el viaje de vuelta. Una semana más tarde, recibió una multa de 70 libras: había invadido un carril bus.
No es la única persona a la que le ha sucedido, según le indicaron desde el propio Consejo de Carmanthenshire, en tan solo un año la recaudación por esa misma multa ascendía a más de medio millón de libras.
Es la historia de este conductor de Gales que, el 29 de noviembre del año pasado conducía por la B4304. Justo en la llegada al cruce de McDonalds, hay un pequeño carril. Este carril, en un despiste, pudiera parecer la entrada al restaurante. Spoiler: no lo es.
En realidad, este carril ubicado justo al lado del McDonalds es un carril bus, uno que tiene una cámara apuntando hacia él y que, en el último año, recaudó más de medio millón de libras en multas.
Ampliando sobre la escena, se aprecian dos señales azules que indican la existencia del carril bus. Dos señales que, en despistes de los conductores (con la vista más que probablemente en el letrero enorme del restaurante), no suelen ver.
Como dato curioso, desde el propio restaurante sí que hay dos señales que indican que está prohibido el paso, señales que según los conductores que han caído en la "trampa" deberían ser las mismas tanto a la entrada como a la salida de dicho carril.
El problema, además, es que viendo la imagen en Google Maps, el carril parece realmente la entrada al restaurante. Pero verdadera entrada no está ahí: es necesario recorrer dos rotondas y acceder por la parte de atrás para acceder a él. La vuelta es considerable y es bastante caótico averiguar cómo se entra.
¿La multa? 70 libras, 35 pronto pago. El carril, al no estar en una zona residencial, es frecuentada por múltiples conductores que pasan por primera vez por allí o no conocen bien la zona. Tendrán que afinar la vista si no quieren seguir engordando las cuentas del condado.
Imagen | Google Maps
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